El Celta estira el suspense

El equipo vigués empata con el Girona y aplaza una vez más su pasaporte hacia la permanencia - Carles Pérez adelantó a los de Carvalhal, que encajaron el empate en un penalti que Mateu ordenó repetir tras la parada de Villar

Juan Carlos Álvarez

Juan Carlos Álvarez

A la novela de intriga del Celta aún le restan capítulos por vivir. Estuvo cerca de echar el cierre ayer cuando dominaba en el marcador al Girona en Balaídos, pero en el último momento la trama vivió un nuevo giro que obliga a seguir enganchado a esta historia truculenta que protagonizan los vigueses desde hace mes y medio cuando decidieron tirar por la borda una temporada cómoda para enredarse en una pelea cuyo desenlace cuesta imaginar en estos momentos.

Los vigueses sumaron ante el Girona un punto que podría ayudarle a alcanzar la permanencia pero que ahora mismo mantiene el suspense de cara a las dos próximas jornadas en las que el equipo de Carvalhal seguirá pendiente de sus resultados y lo que hagan sus rivales directos. Cuando esta noche finalicen sus compromisos el Espanyol y el Getafe el Celta conocerá el verdadero valor del punto cosechado ayer en Balaídos ante el buen equipo de Michel.

Más allá de sus consecuencias a nivel matemático, la igualada produce una inmensa rabia porque el Celta hizo méritos para ganar al Girona, se puso en ventaja gracias a un remate de Carles Pérez poco antes del descanso y se vio penalizado en el segundo tiempo por un penalti algo discutible que Mateu Lahoz ordenó repetir tras una gran parada de Iván Villar. El esfuerzo vigués por encontrar el segundo gol se encontró con Gazzaniga y en el último suspiro fue de nuevo el portero de Aldán quien apareció para evitar una derrota que habría sido tan injusta como destructiva para un Celta que mejoró sus prestaciones con respecto al último mes de competición, pero sin dejar de mostrar las profundas carencias de su plantilla. Pero a diferencia de otras tardes sí mostraron alma, esa misma que parecieron perder después de aquel atroz parón de selecciones, cuando las cabezas del vestuario volaron demasiado lejos de Vigo.

Celebración del gol de Carles.

Celebración del gol de Carles. / Alba Villar

Mucha precaución

Jugaron los de Carvalhal con mucha precaución, midiendo siempre los riesgos y esperando a generar peligro por pura velocidad gracias a un ataque que formaban Carles Pérez, Larsen y Miguel Rodríguez (la gran novedad de una alineación donde Tapia ejerció de pivote en lugar de Beltrán). Un primer tiempo jugado tal y como imaginaban los técnicos en su pizarra. El Celta hizo bandera de su angustia, entregó la pelota al Girona, se apiñó en su campo y centró sus esfuerzos en las segundas jugadas y las disputas. Era ahí donde sacaba el colmillo para morder a los de Michel con la idea de cogerles en un descuido. Tapia y Galán fueron quienes mejor interpretaron ese escenario. De sus robos y anticipaciones sacó el Celta las mejores situaciones de peligro. En una de ellas, ya cerca del descanso, Galán aculó a la defensa del Girona en su área. El lateral extremeño encontró en el balcón del área a Carles Pérez que sacó un remate sin aparente peligro, pero el balón rozó en Oriol Romeu y se alojó junto al palo izuierdo de la portería catalana. Eso era lo que el Celta llevaba esperando desde comienzo del partido. Después de semanas haciendo aguas, los planes de Carvalhal volvían a salir bien.

Esa situación confortable con la que los vigueses se fueron al descanso duró muy poco tiempo. El partido se le enredó al Celta en una jugada algo absurda pero que desnuda una vez más el uso que se está haciendo en la Liga con el VAR. Javi Galán, demasiado basculado a la derecha, se comió un regate para cometer un “penaltito” que no resistía el mínimo análisis. Un suspiro pareció derribar al atacante del Girona. Mateu Lahoz, en su última función en Balaídos porque le espera la jubilación dentro de diez días, señaló el punto de penalti.

Lanzó Stuani que encontró una respuesta maravillosa de Iván Villar en una de las paradas de su vida. El estallido de felicidad del estadio, los gritos liberadores del portero de Aldán y los abrazos que le llovieron de sus compañeros fueron frenados de forma inesperada por el colegiado que ordenó la repetición del lanzamiento a instancias del VAR. Unai Núñez había pisado el área en el momento del tiro. Una meticulosidad pocas veces vista en la Liga que Stuani, a la segunda oportunidad, no perdonó para empatar el partido con media hora por delante.

Un gol dañino

El gol del Girona hizo daño al Celta que durante un tiempo anduvo por el campo algo aturdido. No está el cuerpo de este equipo para aceptar golpes. Su plan se había caído ligeramente por uno de esos guiños extraños del vIdeoarbitraje. Pero regresaron de la conmoción con decisión. Volvieron los de Carvalhal a apretar en el robo, a ganar los duelos y a aprovechar que el Girona cada vez estaba más preocupado por cazar al Celta en algún descuido. Encontraron los vigueses más metros para atacar el espacio y Larsen remató desviado por poco después de una gran jugada individual. Fue un pistoletazo de salida para la entusiasta reacción de los vigueses que en ese momento se volcaron sobre el área de Gazzaniga.

Primero Larsen tuvo un mano a mano con el portero del Girona en el que no encontró el hueco para superarle; luego fueron Carles Pérez y Cervi quienes obligaron al portero del Girona a intervenir con acierto. Apretaba el Celta, con el espíritu resucitado, decidido a zanjar la permanencia cuanto antes, pero le faltaba una pizca de acierto. Michel renovó a casi todo su ataque cuando Carvalhal decidió jugarse la baza de Aspas, renqueante de su espalda, para que tratase de obrar el milagro en los últimos diez minutos. No fue suficiente. Rozó un cabezazo salvador casi en el descuento.

Ese fue su último intento antes de que el corazón de los aficionados del Celta diese un nuevo vuelco. En una jugada algo embarullada en el último minuto de descuento Joel Roca se encontró un balón en el área y colocó el balón en dirección a la escuadra derecha de la portería del Celta, pero surgió entonces el vuelo salvador de Iván Villar que cazó de manera majestuosa el balón. El portero de Aldán reclamó el protagonismo que un penalti repetido le había negado minutos antes. Perfectamente podría ser la jugada que le diese la salvación al Celta esta temporada. Lo sabremos en el próximo y, esperemos, último capítulo.