Athletic 2-1 Celta

El Celta prolonga su vuelo en picado

Los vigueses sufren una nueva derrota en Bilbao y entran en las últimas tres jornadas sin asegurar su salvación

J.C.A

Decidido a complicarse más la vida y convertir el final de temporada en una interminable tortura, el Celta sumó una nueva derrota en San Mamés y dejó el cuatro puntos el margen con el descenso a falta de tres jornadas. Otra vez el mismo equipo adormecido, raquítico y flojo que llevamos viendo desde hace mes y medio, sometido por una versión menor del Athletic y lastrado por su incomprensible manera de entrar en los partidos.

Porque una vez más el Celta no llegó al minuto cinco sin recibir un gol. Un triste hábito contra el que resulta complicado combatir pero que retrata la realidad de este equipo que sale al campo decidido a sestear. El primero balón que cayó al área fue cabeceado por Iñaki Williams a la red con Aidoo sorprendentemente blando en ese duelo.

Con esa carga tuvo que arrancar una vez más el Celta el partido. Una losa inmensa teniendo en cuenta que los de Carvalhal están en un momento de la temporada en la que son incapaces de generar peligro en el área rival. Y mucho menos en un día en el que no contaba con el lesionado Aspas. Cervi, Carles y Larsen fue el trío de atacantes que eligió el técnico portugués. No hubo noticias de ellos. De lo poco en ataque interesante lo hizo Gabri Veiga, algo mejor que en las últimas semanas, que obligó a Unai Simón a una gran parada en un disparo lejano.

El Celta mejoró en el segundo tiempo con la entrada en escena de Mingueza y de Miguel Rodríguez que le dieron un poco más de toque y de mordiente al ataque de los vigueses. De hecho, en una de sus primeras intervenciones el equipo vigués encontró el gol en una buena combinación de ataque, un centro de Miguel y el cabezazo de Larsen que dejó a Unai Simón sin respuesta.

Fue un instante de lucidez del Celta que poco después tuvo una buena llegada para marcar el segundo, pero los vigueses no tardaron en sufrir un nuevo síncope. En una jugada mal defendida por los vigueses extremadamente blandos en la marca (Mingueza y Gabri) fue aprovechado por Berenguer para sacar un buen remate que dejó a Villar sin opciones de hacer nada.

Con media hora por delante la situación para el Celta era límite. Pero nada de nada. Esa es la peor conclusión para los vigueses que con un panorama que les obliga a lanzarse a por el rival fueron incapaces de generar una sola situación de peligro.

Carvalhal meneó lo que le quedaba en el banquillo e incluso situó a Mingueza en el medio del campo para darle al equipo un poco más de control, pero lo cierto es que no hubo nada rescatable en ese tramo del Celta tan impreciso como desnortado. Incluso estuvo más cerca el tercer gol de un Athletic que no sufrió para sujetar la victoria. El Celta sigue necesitando un punto (tal vez dos) para respirar. Y a este paso cuesta trabajo adivinar dónde lo va a conseguir.