Un emocionado Eduardo Coudet se despidió del Celta con la sensación de haber “estado a la altura” aunque lamentando la decisión del club de prescindir de sus servicios. Tras un vídeo homenaje que fue proyectado en el Salón Regio de la sede de Príncipe y en el que se incluía el gol que Gabri Veiga le dedicó hace solo cinco días, el técnico argentino reconoció que “no era una decisión que esperaba. Sabía lo comprometidos que estábamos y pensaba que íbamos a hacer los partidos hasta el parón. Teníamos los mismos puntos que el año pasado siendo el equipo que más se ha desarmado. No es una excusa. No me esperaba la decisión pero la respeto”, explicó.

"Teníamos los mismos puntos que el año pasado siendo el equipo que más se ha desarmado"

El técnico, que llegó a llorar en algunos momentos de su intervención, se mostró muy agradecido durante su intervención y en relación a su emoción comentó que “estaba muy bien hasta llegar y ver a mucha gente querida. Lo había tomado de manera natural. Después el sentimiento es difícil. Me hace mal no ver gente que tenía que estar acá”, precisó. “Estoy triste, veo caras tristes, eso es bueno. Hemos devuelto una filosofía al club. Después de ocho años, es la primera vez que me dan de baja. Me emociono, no era la idea”, bromeó sobre su emoción en esos momentos.

Después de muchos años, esta afición volvió a cantar 'fútbol de salón' y no es fácil

Coudet, que puntualizó que Antonio Chaves le comunicó el despido hoy por la mañana, trató de evitar polémicas o análisis de los momentos más delicados que haya podido pasar en el Celta. En su despedida, prefirió quedarse con lo bueno: “No tengo nada que ocultar, nada que no decir en este momento. Todo lo demás son conjeturas. Agradecido a todos, sobre todo, a la afición. Creo que hemos hecho muchas cosas bien. Hablando de momentos lindos, después de muchos años, esta afición volvió a cantar 'fútbol de salón' y no es fácil”.

El técnico mostró su deseo de despedirse de sus jugadores y de que las cosas le vayan muy bien al Celta en el futuro, al tiempo que defendió su forma de dirigir: “Hemos reído, hemos discutido, es parte de la convivencia. Soy insoportable porque soy exigente pero soy respetuoso”. Coudet se despidió reconociendo que desde la llegada de Luis Campos el proyecto cambió, pero “que son cosas del fútbol”.