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El Celta ejecuta sin mella el plan de Coudet

Una armónica combinación de rigor, talento, pragmatismo y pegada da al Celta un revitalizante triunfo en San Mamés

Iago Aspas es sujetado por Vivian en un lance del encuentro disputado ayer en San Mamés. // EFE

Una armónica combinación de rigor, talento, pragmatismo y pegada abrió de par en par al Celta la puerta de una victoria en San Mamés que despeja el horizonte de nubes y acerca de modo casi definitivo al grupo de Coudet a la permanencia. Con este prestigioso triunfo en un escenario históricamente esquivo (5 triunfos en 56 visitas), los celestes ponen fin a una racha negativa como visitantes que se prolongaba desde el pasado 2 de enero, cuando se impusieron al Betis en el Benito Villamarín con otro solvente ejercicio de rigor y calidad en el último partido de la primera vuelta.

El Celta se plantó en La Catedral con la lección bien aprendida. El toque de atención de Coudet por la pobre actitud en Cornellà caló en los futbolistas celestes, que ejecutaron con brillantez y sentido práctico el plan de Coudet para llevarse los tres puntos. El Celta aprovechó con extraordinaria eficacia sus llegadas a la portería de Unai y hurtó toda concesión al Athletic, que apenas fue capaz de rematar en un par de ocasiones y tan solo fue capaz de exigir lucimiento a Dituro con un acrobático remate de Raúl García cuando el partido consumía sus últimos minutos en cómoda ventaja para los celestes.

Ni un paso en falso dio el Celta, que se puso en ventaja con dos zarpazos de Aspas y Beltrán al comienzo y final del primer tiempo y gestionó con inteligencia su renta su dar opciones al rival de meterse en el partido, a pesar de los múltiples movimientos que Marcelino hizo en el banquillo rojiblanco para reactivar a su equipo.

Romance con San Mamés

El pasado curso Eduardo Coudet se convirtió en el cuarto el Celta que conseguía ganar en 55 visitas del cuadro celeste a La Catedral. Antes que él tan solo Txetxu Rojo, Víctor Fernández y Fernando Vázquez lo habían logrado. El Chacho no solo ha sido el primero en poner en dos ocasiones una pica en el estadio del Athletic, sino que es el también el único que puede presumir de haberlo hecho de modo consecutivo.

Todo se dio esta vez a pedir de boca. El preparador argentino intuyó lo que el partido requería en cada momento y supo transmitírselo a sus jugadores, que ejecutaron el plan sin cometer errores.

Coudet acertó con los cambios. Hizo los movimientos adecuados en el momento oportuno, neutralizando cualquier conato de reacción de los leones, que no encontraron el modo de hincarle el diente a una defensa celeste que rayó la perfección.

Dos zarpazos inapelables

El Celta se llevó el partido con dos oportunos zarpazos (al comienzo y final del primer tiempo) que merecerían figurar en las más exigente antología del gol. Dos preciosos goles de muy diferente ejecución con firma de Iago Aspas y Fran Beltrán.

El goleador moañés inauguró el marcador con una de esas pequeñas obras de arte que tan a menudo es capaz de sacarse de la chistera. Kevin abrió el juego desde la media luna hacia Brais y el mosense centró al primer palo un balón que el astro céltico golpeó de primera con el exterior de la bota, cruzándolo lejos del alcance de Una Simón.

Un maravilloso gesto técnico que permitía al moañés anotar su diana número 14 del curso, su cuota mínima desde su regreso al Celta. Cien partidos lleva el astro céltico anotando en Primera y siete campañas consecutivas marcando 14 o más goles.

Si el tanto de Iago fue hermoso, el de Fran Beltrán resultó espectacular. El de Seseña se estrenó como goleador este curso con un misil desde 30 metros que hizo estéril la estirada de Unai Simón. El tanto llegó de forma inesperada, tras un balón despejado por la defensa rojiblanca hacia medio campo que recogió Araújo. El mexicano combinó con Denis y éste se la pasó a Beltrán que avanzó algunos metros, vio el terreno despejado y descerrajó un trallazo inapelable que cogió un efecto endiablado al que no pudo responder el portero titular de la selección española. Dos goles como dos soles.

Perfección defensiva

El Celta firmó probablemente su mejor actuación defensiva de la temporada en San Mamés. El Athletic apenas inquietó a Dituro, que prácticamente se convirtió en un espectador más. Solo Raúl García, uno de esos tipos especializados en amargar la fiesta el Celta, puso en aprietos al guardameta argentino, que sacó fácilmente el trabajo y se afanó en evitar errores con la salida de pelota. Ni un solo balón en corto jugó el argentino, evitando el menor riesgo.

Dituro tuvo una tarde inusitadamente plácida en San Mamés en gran medida gracias al impagable trabajo realizado por la pareja de centrales, intratables para la sucesión de delanteros (primero Iñaki Williams y Sancet; luego Nico Williams y Villalibre y finalmente Raúl García y Serrano) con los que Marcelino trató en vano asaltar el marco celeste. Rápidos, seguros y siempre bien situados neutralizaron la ventaja física y de centímetros de los rojiblancos, tanto con el balón en juego como con la pelota detenida.

Excelente también el trabajo de Kevin, seguro atrás y participativo arriba, al que Coudet retiró con amarilla para evitar riesgos. Con su salida del campo, el técnico rectificó con acierto piezas y esquema (primero desplazando a Aidoo al lateral diestro) y finalmente modificando el esquema (con Carlos Domínguez como tercer central y Solari de carrilero) para cerrar un partido redondo.

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