El Celta pierde el paso en la carrera europea

El grupo de Coudet cede dos puntos claves con un insípido empate ante un Levante que sacó más partido a los cambios

Cervi celebra el gol de ayer.

Cervi celebra el gol de ayer. / ALBA VILLAR

El Celta pierde el paso con un insípido punto frente al colista que deja al grupo de Eduardo Coudet a 7 puntos de la frontera europea con demasiados y poderosos aspirantes por delante. Un inesperado retroceso del conjunto celeste, que no logró hacer bueno el punto obtenido en el Nuevo Mirandilla y que volvió a tener problemas para superar a un rival ordenado y bien disciplinado que le esperó con cinco defensas y le cerró el camino del gol, cercenándole la última línea de pase.

El equipo vigués hizo lo más complicado, abrir el marcador, pero fracasó en la gestión de la ventaja cuando el Levante arriesgó con los cambios en busca del empate y el Celta se fajó en un intercambio de golpes del que salió mejor parado el conjunto granota. Otros dos puntos que vuelan frente a un adversario de la zona baja que dio más quebraderos de cabeza de los que cabía esperar y sacó un gran provecho a los cambios cuando lo le quedó más remedio que ponerse al descubierto.

El empate deja un regusto amargo que relega a un segundo plano las mejores noticias del partido: el inmenso momento de Aidoo, la ascendente influencia de Beltrán en la construcción del juego, el creciente protagonismo de Franco Cervi en el juego ofensivo y el esperado debut de Orbelín Pineda.

El rectificador

El duelo de anoche frente a los granota fue otro claro ejemplo de la enorme importancia que ha adquirido Joseph Aidoo en el juego defensivo celeste. El ghanés sujeta al equipo desde atrás, domina el juego por alto y muestra un sexto sentido para situarse en el lugar oportuno para cortar con limpieza el balón cuando el rival amenaza el marco céltico. A este higiénico sentido de anticipación añade Aidoo una innata destreza par rectificar errores ajenos que está resultando providencial. Esta capacidad correctora quedó plasmada en los primeros minutos del choque con un fallo letal de Araújo que, sin estar exigido, se fue el suelo antes de tiempo para atajar un balón y dejó a Morales y Dani Gómez mano a mano frente a Dituro. El Comandante dio el temido pase de la muerte para que su compañero la empujase contra la red, pero no contó con que Aidoo si interpusiese en su camino para propiciar con un liguero toque de balón el fallo del delantero granota a puerta vacía. Una muestra más del vasto repertorio de recursos que posee el ghanés, infranqueable en el uno contra uno, para blindar la portería.

La acción de Aidoo resultó clave en un partido en el que, hasta que Cervi abrió la lata entrado el segundo tiempo, el Celta gobernó la pelota, pero fue el Levante el que generó mayor sensación de peligro.

El yermo balón parado

Cuando los partidos se traban y el rival cierra el camino la área, las acciones de estrategia ofensiva se convierten en un recurso muy aprovechable. El Celta, sin embargo, rara vez ha sido capa capaz de sacar partido esta temporada a este tipo acciones. Anoche no fue una excepción, hasta el punto que en demasiadas ocasiones le fue complicado poner un balón en el área de Cárdenas en condiciones medianamente aceptables de ser rematado.

Buenos y malos cambios

Al Celta le ayudaron y le perjudicaron anoche los cambios; al Levante solo le beneficiaron. El equipo celeste encontró el gol cuando el Chacho movió sus fichas. Entraron Pineda y Carlos Domínguez y el Celta halló (tras mucho dominio de balón y muy pocas ocasiones) el camino de la portería de Cárdenas en un gran centro de Javi Galán que Cervi, llegando por banda derecha, cabeceó contra la red granota con un inapelable remate desde el pico del área pequeña.

El gol obligó a Alessio Lisci asumir riegos (el italiano retiró un central y potenció y refrescó el ataque) y convenció a Coudet de la necesidad de fortalecer el medio campo con la entrada de un poco reconocible Tapia, pero sus pupilos no interpretaron bien la señal de aprovechar el viento a favor para proteger el resultado y el peruano tampoco contribuyó a ordenar el tráfico.

El Celta entró al trapo del ida y vuelta y salió perdiendo en el intercambio, pues el Levante fabricó el empate en una gran acción entre los recién ingresados Cantero y Roger Martí, que aprovechó una leve indecisión de Carlos Domínguez para anotar un gol magnífico y poner justicia en el marcador.

Más víscera que cabeza

Los últimos diez minutos de partido, con el empate en lo alto, fueron un ejercicio desesperado. Pineda cortejó el gol en una buena acción que Cárdenas abortó en el último instante con la bota. Coudet quemó las naves con la entrada de Galhardo, pero el gol esquivó al Celta.

Un debut prometedor

Tras una larga espera de cinco partidos, Balaídos asistió por fin al esperado estreno de Orbelín Pineda. Aunque la posición (de enganche con la delantera) no le ayudó desde el punto de vista posicional, el mexicano mostró intuición y determinación para buscar la pelota en el área rival y hasta rondó el gol tras un buen pase de Brais que Cárdenas impidió con una intervención providencial. Necesita tiempo, pero también minutos.

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