Salvados: el Celta sufre y sonríe ante el Osasuna

La parroquia celeste puede respirar con la calma usurpada en las últimas temporadas, en las que el coqueteo con el descenso era ya insoportable

Tranquilidad, al fin. La parroquia celeste puede respirar con la calma usurpada en las últimas temporadas, en las que el coqueteo con el descenso era ya insoportable. Hoy el Celta no solo se aferró a la categoría de oro -por noveno año consecutivo-, sino que consiguió ganar después de solo cosechar un empate en los tres últimos encuentros, rompiendo la racha de un Osasuna que venía de dulce tras seis partidos consecutivos sin conocer la derrota, los últimos tres, incluso llevándose el gato al agua.

Coudet había apostado desde la partida por una revolución en la retaguardia contra todo pronóstico: Fontán por Aarón Martín y Aidoo por Néstor Araújo. Y resultó óptimo. Ambos cumplieron y franquearon una defensa celeste a prueba tras los últimos partidos, junto al goleador hoy Murillo y un Hugo Mallo que tuvo que ser sustituido por Kevin Vázquez tras sufrir unas molestias musculares en el bíceps femoral de su pierna izquierda, según ha confirmado el club tras el duelo dominical. De hecho, el único tanto pamplonica fue de pena máxima. El resto del plantel, el de gala, para firmar una parte inaugural de sometimiento absoluto a los de Arrasate, acostumbrados a un juego de contragolpe y madurez en defensa que hoy no surtió efecto.

El Celta comenzó a merodear el área rival ya al cuarto de hora, con sendas ocasiones del propio Kevin de volea y de Brais Méndez a ras de suelo. La más clara antes de encetar el electrónico la tuvo Santi Mina, que recogió un pase de lujo de Tapia, pero que se topó con el palo en la ejecución. Al filo del descanso, cuando más duele, Aspas, en un alarde de calidad al nivel de los mejores del país (por lo menos), previa asistencia de Mina en pleno contraataque, sorteó a la defensa rojilla con una bicicleta y colocó el cuero con mimo en la madera más lejana de Herrera.

El tanto del de Moaña encendió las alarmas en un Arrasate que sacó la artillería tras la reanudación: Roberto Torres, Manu Sánchez y Jony mudaron por completo el aspecto de los suyos y tornaron la situación de dominio en el lado opuesto con las peores intenciones hacia los vigueses. En el 50, 58 y 60, Brasanac avisó con varias amenazas: remate desde la frontal menospreciado con una actuación de un brillante y seguro Iván Villar, otro conato tras un pase de Ramalho, y un testarazo que se fue lamiendo la portería, todos ellos, caídos en saco roto. Entre tanta ocasión, el VAR anulaba a Nolito un gol por un fuera de juego observado con lupa. La sensación era de peligro constante en los dominios celestes y, cuando menos se lo podría esperar cualquiera, Murillo dilató la diferencia con el segundo, seguida una celebración entre lágrimas llenas de emoción: cabezazo imperial en lo alto tras un córner botado por Denis Suárez.

Tan solo diez minutos más tarde, regresaban los nervios a Balaídos (como de costumbre) con un penalti revisado también por el videoarbitraje. Aspas golpeaba con el codo en un salto a un Roberto Torres que terminaría materializando desde los once metros. Hasta el pitido final, Osasuna apuró sus posibilidades con un asedio continuo en territorio comanche, pero se fue de vacío.

Los de Coudet duermen novenos con 41 puntos, a tan solo ocho de Europa, y superan en dos peldaños a un Osasuna que marcha con 40. La próxima cita, el viernes 30 ante el Levante, también en casa.