Llegó el 'Chacho' y todos se han subido a su autobús -o al colectivo, que diría un argentino-. Es la ya bautizada como la 'Chachoneta' celeste de Coudet y que ha conducido al Celta desde la última posición de la clasificación hasta una zona más cálida después de lograr su cuarta victoria consecutiva en LaLiga, la quinta contando el partido del jueves en Copa del Rey. El técnico ha revivido en poco más de un mes a unos jugadores que parecían haber tocado fondo y que ahora dominan a sus rivales a base de fútbol, orden e intensidad. El Alavés ha sido la quinta víctima atropellada por esta 'Chachoneta', esta vez con un copiloto inesperado. Brais Méndez fue el as en la manga de Coudet, una amenaza indetectable para la defensa rival jugando como falso nueve al lado de Aspas. El mosense rubricó su partidazo con los dos goles de la victoria, uno en cada parte. En la primera el Celta se comportó como una apisonadora capaz de anular al Alavés a la par que generaba una oportunidad tras otra. En la segunda, los vigueses bajaron el ritmo y se llevaron algún susto, pero finiquitaron el encuentro en cuanto se les presentó la ocasión. Con este triunfo, el Celta se coloca momentáneamente en la séptima posición con 19 puntos.

Ha tenido que llegar diciembre para que empezase a brillar el sol sobre el celtismo. Habían pasado seis años desde la última vez que los celestes encadenaron cuatro victorias en LaLiga. El equipo de Coudet ha igualado este domingo una racha que data de los tiempos de Luis Enrique. Además, lo ha hecho sin encajar goles. Desde que el Granada le marcó a Rubén hace tres semanas van quince goles a favor y ninguno en contra. Unas cifras que no hacen más que consolidar la cómoda posición del Celta a seis puntos de la zona de descenso.

Este Celta se ha convertido en un rodillo. Poco pareció importar el contratiempo de la baja de Santi Mina. El trabajo del ariete, magullado el pasado lunes en el hombro, permitía a Iago Aspas moverse con libertad. Pero su ausencia ante el Alavés se suplió con astucia. La de Brais Méndez actuando como delantero junto al moañés. Un falso nueve tan imprevisible como Aspas que volvió loca a la defensa visitante. El de Mos tanto se bajaba al barro para bregar con los centrales rivales como daba dos pasos atrás para adherirse a la línea de creación. Y es que el intercambio de posiciones en todo el frente de de ataque vigués fue una constante. Desde el punto de partida, donde a veces era Tapia y otras Denis quienes iniciaban las jugadas, hasta la zona de finalización, a donde las camisetas celestes llegaban en tropel.

En la primera mitad el Celta dominó por completo a un Alavés que pudo golpear primero si Joselu y Lucas Pérez hubiesen aprovechado un traspié de Tapia frente al área de Rubén en el primer minuto del choque. A partir de ahí el equipo de Coudet se hizo amo y señor. Los atacantes del Celta atravesaban sin complejos las líneas enemigas. Transitaron una y otra vez por los pasillos interiores y desde ahí era más fácil encontrar la espalda de los zagueros del Alavés. Además, lo hacían a una velocidad endiablada. Así, después de varios acercamientos infructuosos, Olaza puso un centro al primer palo donde apareció el falso nueve haciendo de nueve. Cabezazo y gol de Brais Méndez para adelantar a los locales.

El Alavés no encontraba la manera de librarse del asedio. No había manera posible de que los babazorros conectasen con tus atacantes porque cada vez que daban dos pasos ahí aparecía un futbolista del Celta para quitarle la pelota. Y si el contrario pasaba, no había miramientos para frenarlo con una falta. Los celestes robaron innumerables balones en el campo rival gracias a su orden y a su intensidad.

"Al Celta le bastó un instante de lucidez para finiquitar el encuentro"

El botín del único tanto de Brais se antojaba escaso al descanso. Más todavía al comprobar la mejoría del Alavés en la segunda mitad. La escuadra dirigida por Pablo Machín por fin consiguió crecer con la pelota y empezó a inquietar al Celta con las cabalgadas de Luis Rioja por la banda izquierda. Y tuvo que aparecer Rubén Blanco. El portero sacó una mano salvadora a un testarazo e Joselu en un córner que era medio gol. Pero el mosense, al igual que el resto de sus compañeros, está de dulce. También tuvo que intervenir minutos después Araújo para desviar en el área pequeña un buen disparo de Jota.

Coudet trató de oxigenar a los suyos desde el banquillo. Entraron Okay y Baeza por Denis y Nolito, que se habían vaciado sobre el campo. Salió poco después Fontán por Beltrán para apuntalar la defensa. Con la ventaja mínima en el marcador y con el Alavés buscando el empate parecía que iba a tocar sufrir. Pero al Celta le bastó un instante de lucidez para finiquitar el encuentro. Una transición rápida, una apertura al primer toque de Tapia hacia la izquierda, un pase al espacio de Olaza para la carrera de Aspas y otra asistencia de libro del moañés. El destinatario en el segundo palo fue Brais Méndez, que celebró su doblete y los tres puntos. Ahora al Celta le quedan tres días por delante para ir a la caza del sexto triunfo el próximo miércoles en Getafe.

 Ficha técnica:

Celta: Rubén Blanco; Hugo Mallo, Araujo, Murillo, Olaza (Aidoo, min. 92); Tapia; Beltrán (Fontán, min. 74), Denis Suárez (Okay, min. 70), Nolito (min. 70); Brais Méndez, Aspas (Emre Mor, min. 92).

Alavés: Pacheco; Navarro, Lejeune, Ely (Tachi, min. 40), Duarte; Jota (Tavares, min. 73), Battaglia (Manu, min. 84), Pina, Rioja (Borja Sainz, min. 84); Joselu, Lucas Pérez (Guidetti, min. 73).

Goles: 1-0, m.19: Brais Méndez. 2-0, m.79: Brais Méndez.

Árbitro: Alberola Rojas (colegio castellano manchego). Amonestó por parte del Celta a Araujo (min. 55) y Nolito (min. 60); y por parte del Alavés, a Battaglia (min. 20) y Pina (min. 35)

Incidencias: Encuentro correspondiente a la decimocuarta jornada de la Liga Santander disputado en el estadio Abanca Balaídos.

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