La labor Óscar García Junyent al frente del Celta ha sido agridulce. El técnico ha cumplido con el objetivo de mantener al equipo en Primera División, pero su gestión del equipo en los últimos tres partidos del curso y, sobre todo, sus dificultades para reactivar a sus futbolistas en el momento decisivo ofrecen dudas sobre su idoneidad para liderar el próximo proyecto.

Sin llegar a estar del todo convencidos de capacidad, precisamente por el apurado final firmado por el equipo, los analistas consultados por FARO consideran que debe concederse al técnico el beneficio de la duda y permitirle empezar de cero con un plantel más acorde con su idea de juego.

"Yo creo que a Óscar no le gustó en ningún momento el Celta que vio. Sí que hubo momentos que jugaron un poco mejor, pero el Celta que él tiene en la cabeza no tiene nada que ver con el que vimos", opina Roberto Trashorras.

El lucense ve luces y sombras en la gestión del preparador céltico. "Es difícil de valorar porque no es lo mismo coger a un equipo desde la pretemporada, con una plantilla hecha a lo que él quiere, que cogerlo como lo cogió, y además todo este tema del coronavirus ha trastocado bastante las cosas. Puso algunas buenas ideas, como tener un equipo ordenado y sobre todo tener más presencia en la parte de arriba, se notó por momentos, pero creo que él no está nada contento de cómo fueron las cosas. Me da la impresión de que quiere un Celta mucho más ofensivo y protagonista, que tenga más el balón y no sufra tanto. Creo que las condiciones y las circunstancias le han hecho modificar lo que él tenía pensado", comenta.

El excéltico admite que el fiasco de lo últimos partidos empaña su trabajo, pero confía en que, con nuevos mimbres, el sabadellense sea capaz de corregir los problemas de este año. "Lógicamente, las dudas existen por lo que se ha visto, pero merece la oportunidad de empezar un proyecto desde cero", dice. Pero advierte: "La próxima temporada tiene que dar un paso adelante y hacer del Celta un equipo mucho más ofensivo y protagonista, capaz de dominar, de filtrar muchos más balones a la gente de arriba y que sean mucho más importantes los jugadores de nivel y no un Celta corriendo detrás del balón".

Toni Otero considera que es el club el que debe decidir si Óscar es el hombre adecuado para dirigir al nuevo Celta. "Al final él llega tarde y en un mal momento. Es el club que el tiene que reflexionar si es el entrenador adecuado para liderar el próximo proyecto.", manifiesta el director deportivo de la UD Las Palmas, que recuerda que no es la primera vez que el Celta rompe con un entrenador con contrato en vigor después de obtener la salvación. "Hace unos años, salvando el equipo Abel, no siguió él y llegó Luis Enrique, así que es el club el que debe sopesar los pros y los contras sobre su continuidad", sostiene.

Moncho Carnero no pone objeciones a la continuidad de Óscar, que entiende que está asegurada después de que el club lo renovase por dos temporadas. Pero el extécnico ve claroscuros en la gestión del catalán. "Empezó bien. Al principio tenía claras las ideas y, en momentos puntuales, hizo lo que tenía que hacer en función de los jugadores que tenía a su disposición, pero en la recta final tomó decisiones equivocadas. Creo que le pudo la presión", observa Carnero. "Al final hicimos unos partidos horrorosos y él no fue capaz de levantar al equipo. Hubo momentos puntuales en que se le vio en el banquillo como entregado, mirando al suelo, sin saber qué hacer", detalla. Y concluye: "Es un entrenador que tiene mucho que demostrar en Vigo,. Está renovado, con lo que es el que va a liderar al equipo la próxima temporada, y yo solo pido que le den libertad para decidir en los fichajes. Aunque nos hemos salvado con más pena que gloria, merece el beneficio de la duda".

Iago Bouzón, mientras tanto, opina que la continuidad del entrenador debe basarse más en el método que en los resultados. "Cuando lo renovaron, la mayoría de la gente estaba de acuerdo en que siguiera. Es cierto que con el final de temporada que hizo el equipo entran más dudas, pero las dudas con el entrenador tienen que ser por la metodología que usa y por cómo él cree que debe jugar el equipo, no por los resultados porque si no vamos a estar siempre igual: gana dos partidos y es el adecuado; pierde dos partidos y hay que cambiarlo. Necesitamos ir un poco más allá. El Celta debe olvidarse del pasado y marcar un nuevo camino. Más que para pensar en nombres, es momento de trazar una línea de trabajo, ver qué Celta se quiere hacer en el futuro y tirar por ahí", establece.