El Celta cumple hoy 44 días de confinamiento ante la pandemia del Covid-19, que afronta con determinación desde que el 13 de marzo, un día antes de decretarse el estado de alarma, decidiese suspender los entrenamientos en A Madroa. El club vigués se convertía de este modo en uno de los primeros clubes de LaLiga en suspender toda actividad. Después vendrían otras decisiones sin vacilaciones, como anunciar a sus socios las devoluciones de dinero por los partidos aplazados, descartar la aplicación de un ERTE a sus trabajadores y cuestionar el plan de Javier Tebas de acelerar el retorno a la actividad competitiva.
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El Celta ha cumplido una cuarentena de primera, con la excepción de dos de sus futbolistas: Pione Sisto y Fedor Smolov, que se saltaron el encierro domiciliario para viajar a Dinamarca y a Rusia, respectivamente. Ambos tendrán que volver en los próximos días, pues, como prevén las autoridades deportivas, a principios de mayo la normalidad se irá recuperando de manera paulatina ante el descenso del número de afectados por el coronavirus.
el 13 de marzo, a casa
LaLiga había decidido suspender las jornadas en las que el Celta tenía que enfrentarse al Villarreal y al Valladolis. Era obligado ante la propagación del coronavirus. El técnico céltico había diseñado un plan de trabajo pero el club decidió interrumpir toda actividad el viernes 13 de marzo, un día antes de que el Gobierno anunciase el estado de alarma. Los futbolistas se marchaban a casa con unas pautas para seguir la preparación en sus domicilios. A Madroa se clausuraba un día después de que el club blindase el recinto para impedir la presencia de personas ajenas al equipo. Además de las tablas de ejercicios, los jugadores recibían instrucciones sobre la alimentación. No había plazos para recuperar la normalidad, todo se trasladaba a un indefinido "hasta nuevo aviso". Solo un par de días antes, el Atlético de Madrid había logrado un épico triunfo en Anfield, donde los célticos tuvieron el honor en 1998 de romper el maleficio español en Liverpool. Ahora tocaba dejar todo a un lado, la salud era lo importante.
reembolso a los socios
Después de anunciarse la suspensión de la vigésimo octava jornada de LaLiga, en la que el Villarreal visitaría Balaídos, el fútbol español se planteó proseguir el campeonato a puerta cerrada. Entonces, el club vigués dio respuesta a los socios que querían recuperar el dinero de esos partidos. "El club realizará el reintegro en un único pago, por eso es importante conocer el número de partidos afectados", apuntaban desde el Celta, que añadía en su página web: "El club está desarrollando una plataforma online para que cada abonado pueda introducir sus datos bancarios y así recibir por transferencia el correspondiente abono. De momento no es necesario que realices ninguna gestión, puesto que debemos conocer primero el número de partidos afectados".
Tres ya han sido aplazados (Villarreal, Alavés y Barcelona). Los tres restantes (Betis, Atlético de Madrid y Levante) tampoco se celebrarán con público si finalmente se reanuda la competición. Eso supondrá para el Celta la devolución del 31,5 por ciento de los 4,2 millones de euros que tenía presupuestados este curso para cuotas de abonados y socios. En ese caso, el club tendrá que reembolsar a sus socios 1,3 millones de euros. La cifra de pérdidas se elevaría hasta los 4 millones si finalmente se mantiene la prohibición de permitir público en los estadios en 2020 debido a la pandemia del coronavirus.
erte descartado
Aunque Javier Tebas, presidente de LaLiga, animó a los clubes de Primera y Segunda División a aplicar un Expediente de Regulación Temporada de Empleo (ERTE), el Celta descartó desde un primer momento aprovechar la situación para ahorrarse un dinero. El club presumía de músculo financiero antes de la pandemia y ha descartado que el Estado asuma parte de las pérdidas que acarreará la Covid-19 en la entidad viguesa, que dispone en caja de unos 30 millones de euros. Clubes como Barcelona, Atlético de Madrid o Espanyol sí han decidido ejecutar regulaciones temporales de empleo.
A principios de abril, el Celta anunciaba un acuerdo con sus empleados que, según sus palabras, le ayudará a "afrontar con las mayores garantías posibles el supuesto de que la competición de Liga no se pueda reanudar". El club pactó una reducción salarial con los integrantes del cuerpo técnico y jugadores del primer equipo y del filial y con el resto de empleados con salarios más elevados. Y agradeció públicamente el gesto. La plantilla del primer equipo está dispuesta a rebajarse el sueldo anual un 16,6 por ciento si LaLiga no completa las once jornadas que restan. Los sueldos de los jugadores suponen poco más del 30 por ciento del presupuesto del conjunto celeste, que además dispone de la veintena de millones de euros por la venta de Lobotka al Nápoles.
rechazo a los test de tebas
Después de que el club ofreciese material sanitario a los servicios hospitalarios que luchan contra la pandemia y abrir Balaídos a la unidad móvil del servicio de donación de sangre, tanto los jugadores como el jefe de los servicios médicos del Celta, Juan José García Cota, mostraron su oposición al plan de Javier Tebas para una utilización masiva de test de control del coronavirus y acelerar así la vuelta a los entrenamientos. El Celta, junto a Valladolid, Eibar, Osasuna y Racing de Santander, fue de los primeros clubes en cuestionar esas pruebas tan demandadas en la sanidad. LaLiga las ha aplazado hasta conocer la opinión del Ministerio de Sanidad. La solidaridad de equipos como el Celta ha servido para recordar que ahora mismo lo importante es la salud.
