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Castillos en la arena

Cuando se reanude la Liga llegará la lucha final por la salvación. De una salvación que, a pesar de lo que digan, llega muy tarde para el Celta. ¿Por qué? Porque su entrenador no supo, en ningún momento, ni saber jugar los quince partidos que lleva al frente del club, ni plantearlos para salvar en su recta final el "escollo" que lo puede llevar a la Segunda División, por mucho que diga el técnico y los que solo ven los resultados de cada jornada, por cerrar los ojos a esa realidad. A pesar de que Aguirre, un buen entrenador, curtido ya en estas batallas, le hizo ver, al igual que un servidor, desde estos sensatos comentarios, que según los "paniaguados" solo sirven para hablar mal del Celta, ya que son ellos, los ignorantes, quienes hablan bien de la agónica marcha del equipo. Cuando solo dejan palabras huecas que lleva el viento, mientras lo dicho en estos comentarios quedan escritas, no solo para saber sino para aprender. Aunque no hay peor ciego como el que no sabe y no quiera saber.

Así pues, razonando lo que otros ignoran, recordemos que el señor Oscar García, cuando se hizo cargo del equipo, en los 15 partidos jugados, se disputaban 45 puntos importantísimos, que eran en definitiva los que marcaban la pauta para la salvación o condenación, en el final de la segunda vuelta, que es donde se confirma lo bien o mal que se trabajó en la primera. Y el señor Oscar García, en esos 15 partidos, no supo aprovecharlos como debe hacerlo un buen entrenador. Pues dándole por buenos los quince resultados obtenidos, comprobamos que fuera de casa, solo ganó uno de los nueve partidos jugados. O sea 3 puntos, más 4 de empates, que hace un total de 7 puntos de los 27 a disputar. Como se puede comprobar el cómputo es malo, pero lo daríamos por bueno si el entrenador céltico hubiera aprovechado los partidos, tanto en los que puntuó como no, para asentar al equipo en un sistema de juego con el cual jugar tanto fuera como en casa. Cosa que no lo hizo, después de su magnífico planteamiento contra el Villarreal en el campo de La Cerámica. Lo que hizo fue presentarse, menos contra el Getafe, con un 4-3-3 que los mismos jugadores sobre el terreno de juego convertían en lo único que saben hacer, defender su área defensiva y lograr dar por velocidad un contragolpe mortal al enemigo. Velocidad de la que carecen los célticos, salvo Sixto, que solo sabe aprovecharla con centros a la "olla". Solo contra el Getafe se presentó con un 3-5-2 que los jugadores también convirtieron en el "cerrojazo" de siempre. Lo que parecía muy bien por lo fácil que era "vender" los puntos que se ganaban fuera, que luego se perdían en casa, por no estar asentado el equipo para ganar, y porque a los equipos que se le arrancaban no jugaban en la misma Liga que el Celta. Era algo así, como esos magníficos y bonitos castillos de arena que se construyen en nuestra bella playa de Samil en verano, que con la subida de la marea se los lleva el agua del mar. Y así, de los seis encuentros jugados en Balaídos, o sea de los 18 puntos a ganar, solo hemos ganado diez. Por lo tanto el desfase de casa aún es peor, y no digamos en el total de los 45 puntos que se llevan jugados, de los que solo se han ganado 17 puntos. Dando por buenos los resultados obtenidos fuera, tenemos ocho puntos perdidos en casa que nos condenan al infierno, porque el Celta se tiene que enfrentar en estas once jornadas que falta a sus más directo rivales y a los que pretenden jugar en Europa, teniendo que superar con un gol más el golaveraje en contra con sus más directos rivales. Además, para recuperar los 8 puntos perdidos en casa, el Celta tendrá que ganar dos encuentros y empatar uno, sin que sus rivales puntúen. Lo que es extremadamente muy difícil de que así sea, pues repasando el calendario que falta por cubrir en esta última etapa de la Liga, tenemos que vencer al Villarreal, que tiene muchas posibilidades de jugar en Europa, lo que le convierte en un rival difícil a vencer en Balaídos. Luego nos tendremos que enfrentar, en Balaídos, al Alavés, que lucha por salvarse definitivamente, Barcelona, que tiene que venir a luchar por ser el campeón de Liga, Betis, que también lucha por la salvación, Atlético Madrid, que también no quiere perder el tren para la Copa de Europa, y Levante, que igualmente pelea por quedarse en Primera. ¿Podrá el Celta superar estos "escollos" finales en Balaídos?. A esta pregunta, por lo que hemos visto y comprobado hasta hoy en el banquillo céltico, a fuerza de ser sinceros creo que no podrá, máximo como está el equipo ensamblado solo en el coraje de la defensa de su área de meta. Lo que creemos no le va a ser suficiente.

Respecto a las posibilidades de salir del "atolladero", puntuando fuera de casa, tenemos que ver y analizar, fríamente, los partidos a jugar. Valladolid, que no será nada fácil el poder doblegarlo, dado que se está jugando el seguir siendo o no de Primera. Partido "encarnizado" por la supervivencia de ambos, con ligera ventaja del Valladolid al que hay que doblegar con un victoria, ya que el empate no nos puede valer, por el golaveraje general y particular, en caso de que se empate a puntos con dos equipos más, que buscan la salvación y que se puede dar, tal como va marchando la competición. Luego hay que jugar en San Sebastián, que aspira a completar le temporada jugando en Europa. Se viajará a Mallorca donde, después de estar frente a las puertas del infierno, se ve con los pasos contados para su salvación. Osasuna también se enfrenta a su liberación del descenso y Español, el último partido de Liga, seguro que tendrá en su mano el destino que le espera si pierde la categoría.

Como podemos ver, comprobar, y analizar, la situación de salvación céltica está muy difícil, tanto que tenemos que pensar que incluso el Leganés que, primero se daba por perdido, y luego "chingado" por el reglamento y por el club que, desde aquel entonces, ha dejado de ser más que un club, aún tiene todas las posibilidades de salvarse. Tantas como las que tienen los tres equipos que ocuparan los puestos del descenso. Uno de los cuales no pensamos que sea el Éibar que tiene un punto más, y mejor parcial, que normalmente equivale a tener un punto más de los obtenidos. Por todo esto, veo muy difícil la salvación del Celta, que en vez de preparar un equipo para afrontar con ciertas garantías, por lo menos mucho mejores que las que tiene en estos momentos, se dedicó a construir castillos en la arena.

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