No defraudó, el derbi que ayer disputaron en el campo de Condomínguez el Val Miñor y el Celta. Los de Nigrán querían los tres puntos para acercarse un poco más a la salvación matemática, mientras que los vigueses no podían fallar para mantener la ventaja de cinco puntos sobre el segundo clasificado, a seis jornadas para la conclusión del campeonato liguero.

Los dos equipos apretaron fuerte en los primeros cuarenta y cinco minutos de juego. La lucha por el centro del campo era intensa y no había demasiadas ocasiones de gol, aunque daba la impresión de que eran los jugadores locales los que estaban un punto mejor que los vigueses.

La segunda parte prometía también mucho, pero a los siete minutos llegó una falta en la frontal del área del Val Miñor, muy protestada por los locales, que Gyesi transformó rompiendo la igualdad inicial. Fue un duro golpe para los jugadores del Val Miñor, que se desconcentraron en exceso permitiendo que, cinco minutos más tarde, el Celta sentenciara el partido al marcar su segundo tanto, esta vez por mediación de Iker Losada.

Se las prometían felices los vigueses, pero a veinte minutos para la conclusión del encuentro se quedaron con un jugador menos por la expulsión de Alberto. El Val Miñor tocó a arrebato, pero las llegadas al area del Celta eran más con el corazón que con la cabeza. Los vigueses controlaban perfectamente el encuentro, y no dejaban que los jugadores locales se acercaran con peligro a las inmediaciones de su área.

Esta incapacidad de marcar llevó al Val Miñor a ceder un poco en su iniciativa, permitiendo al Celta jugar relativamente cómodos los minutos final del encuentro, sumando tres importante puntos en su lucha por proclamarse una vez más campeón de Liga y luchar por el título nacional.