Luis Suárez es un ídolo indiscutible para los delanteros uruguayos. Maxi Gómez, ya antes de ser llamado a la selección y después ya como compañero, mostraba con regularidad su devocion por el jugador del Barcelona. Y sucede lo mismo con el ariete contratado por el Celta en cierto modo para sustituir a Maxi, Gabriel Fernández. El "Toro", aunque apenas pudo disputar nueve minutos en un partido que concluyó con derrota celeste, pudo consolarse con la camiseta que le regaló su paisano, al que ayer agradecía el gesto en sus redes sociales.

El "Toro" sigue en fase de aclimatación. Ha participado hasta ahora en nueve encuentros, en cuatro de ellos como titular (los tres primeros y el partido contra el Getafe) y ha anotado un gol, el que supuso la victoria sobre el Valencia en la segunda jornada. Son números que podían esperarse de un jugador sin experiencia en Europa, pero que sufren en la comparación con lo realizado por Maxi Gómez, que en la temporada de su estreno acumulaba a estas alturas siete goles. Cierto que Maxi supo aferrarse al hueco en la titularidad que había dejado Guidetti al lesionarse en el último amistoso de pretemporada mientras que el Toro aparecía claramente por detrás de Mina en el diseño de Escribá y en su estreno Óscar García, pese a la baja del vigués, prefirió reubicar a Aspas como referencia en punta.