La sorpresa de la jornada la protagonizó Iago Aspas, que no debe reintegrarse al trabajo hasta el sábado, pero aprovechó que se encuentra de vacaciones en Moaña para acercarse hasta las instalaciones de A Madroa a saludar. El artillero celeste se vistió incluso de corto y saltó al campo de entrenamiento para charlar un rato con sus compañeros y hablar brevemente con Fran Escribá.

Aspas aprovechó la visita para trabajar durante una hora en el gimnasio y avanzar algo en su puesta a punto. La estrella céltica fue, de hecho, uno de los últimos jugadores en abandonar las instalaciones de A Madroa y el más reclamado a la salida por los aficionados.