Fran Escribá inicirá el nuevo curso con la tarea pendiente de triunfar donde fracasaron los cuaros técnicos que le precedieron, esto es, reducir drásticamente la sangría de goles que ha lastrado al Celta en las últimas cuatro campañas.

Disminuir el elevado peaje defensivo fue ya la gran prioridad hace un año de Antonio Mohamed, que fracasó en el empeño después de probar diferentes esquemás tácticos y todo tipo de combinaciones de zagueros. En los trece encuentros dirigidos por el técnico argentino, el Celta encajó 21 goles, lo que supuso una media de 1,53 tantos por encuentro. El promedio fue solo 4 décimas más bajo que el logrado la campaña precedente por Juan Carlos Unzué, que recibió 60 en 38 partidos (1,57). Una mejoría prácticamente imperceptible.

Peor le fueron ilas cosas a Miguel Cardoso. Con el portugués al mando, el Celta recibió 24 goles en 14 encuentros, 1,85 por encuentro, el promedio más alto desde el último ascenso del equipo celeste a Primera División. Con piezas distintas -el luso dio protagonismo a David Costas y se lo restó a Cabral- y defensa de cuatro hombres, salvo en un par de partidos, Cardoso protagonizó un sonado naufragio defensivo del que el Celta no logró recuperarse del todo.

La llegada al banquillo de Fran Escribá puso algo de orden a la defensa. El técnico valenciano apostró por defensa de cuatro, apostró decididamente por Gustavo Cabral y Néstor Araújo como pareja de centrales y dio la alternativa a Lucas Olaza, cuya aportación fue determinante en la mejoría defensiva mostrada por el equipo celeste en el tramo final de la temporada.Con estos mimbres, la media de goles recibidos se redujo a 1,5 por partido, mucho más alta de lo deseable, en todo caso.

Escribá inicia desde cero un nuevo proyecto y se propone echar mano de dos las virtudes que se le atribuyen a sus equipos, el orden táctico y el equilibrio, para acabar con la sangría defensiva. Con independencia de la situación de Cabral, cuya continuidad está en el aire, el técnico verá reforzada su retaguardia con al menos dos fichajes, pues el club planea incorporar os centrales (seguramente alguno de ellos con capacidad para jugar en banda), para competir con Néstor Araújo y David Costas en el eje de la línea.

En los flancos no habrá previsiblemente novedades. Hugo Mallo y Kevin Vázquez competirán por un puesto en la banda derecha con el capitán muy por delante en el orden de preferencias y Juncà y Olaza harán lo propio en el costado izquierdo, con el uruguayo claramente también por delante del catalánen criterio de rendimiento. El club buscará además centrocampistas de perfil más físico y comprometido, que colaboren en tareas defensivas. El reto está servido.