Fran Escribá recurre a la prudencia al analizar la situación del Celta, después de ganar al Girona y situarse en la decimoquinta plaza de la clasificación. Habla de "márgenes mínimos" de puntuación entre los rivales que pelean por la permanencia y que la situación puede cambiar cada semana, pero se muestra ambicioso y apunta que si pueden pelearán por algo más que por evitar el descenso. El entrenador valenciano admite que resta mucho camino por andar antes de poder cantar victoria. Valora el trabajo de su homólogo Rubi al frente de un Espanyol que conoce bien, respeta y valora.

Escribá pide sosiego al celtismo, entusiasmado tras la tercera victoria consecutiva en Balaídos. "No tenemos hecho nada. Ojalá. Sería el primero en decirlo, llegado el momento, pero el margen [que tenemos sobre el descenso] es mínimo". Sí admite la transformación anímica de la plantilla celeste tras las últimas victorias. "Las sensaciones que transmite el equipo son mejores. Está en situación de poder aspirar a sacar puntos en cualquier campo; pero de ahí a pensar que tenemos algo hecho, no", insiste para rebajar posibles euforias.

Los cálculos que maneja el entrenador del Celta le llevan a expresarse con cautela, que mantendría aunque hoy ganase al Espanyol. "¿Qué si ganamos mañana [por hoy] estamos muy cerca? Evidente, pero seguiremos necesitando seguir ganando. Pasa un poco como el otro día. Nada será definitivo ni en un sentido ni en otro, pero una victoria nos dejará muy cerca porque quedarían 12 puntos por jugar, porque el margen puede ser algo mayor... pero tendremos que seguir luchando hasta el último minuto del último partido porque la idea no es solo evitar el descenso, sino sacar el máximo número de puntos y hay que dar lo mejor posible. Esa es nuestra obligación".

Aunque no ha querido comprometerse con el Celta más allá de junio, Escribá admite que su único objetivo es salvar al equipo vigués de la difícil situación. "Yo no me juego nada que no se juegue el equipo, el club o los jugadores. Lo único a lo que vine y mi único objetivo es la permanencia. A partir de ahí, lo dije y lo mantengo, no tengo ningún otro objetivo posterior al 19 de mayo. Solo me obsesiona y me preocupa la permanencia del equipo. Lo demás no tiene ninguna importancia".

Con los 35 puntos del Celta a falta de cinco jornadas, Escriba no se atreve a pronosticar la puntuación necesaria para evitar el descenso. "Ni idea. Lo digo de verdad. Ojalá fuera esto matemático y decir que equis puntos nos salvan. Quedan 15 por jugar. Cuando se habla de 40, 42 puntos para salvarse... puede ser, pero lo cierto es que el que está ahora en descenso puede sumar 47. Nuestra ambición tiene que ser intentar sumar 50. No quiero otra mentalidad que no sea ganar el siguiente partido y sumar el mayor número de puntos".

El Celta no gana fuera desde principios de diciembre. Su entrenador cree que han estado cerca del objetivo en Huesca (3-3) y que podrán romper esa racha negativa si mantienen la línea de las últimas jornadas, "en el sentido de jugar con mucha intensidad, ser agresivos desde el minuto uno".

Y destaca el potencial del Espanyol: "Jugamos contra un muy buen equipo, que se ha quedado casi sin objetivos, pero va a intentar apurar las posibilidades que le quedan de estar en Europa. Viene de un último mes donde ha sacado muchos puntos. Vamos a intentar ganar aunque sabemos que es un campo complicado".

Analiza en profundidad al adversario de hoy: "Es un equipo que corre muy bien y tiene gente arriba muy rápida, que se desmarca muy bien tanto si juega con tres arriba más abiertos como si tiene dos referencias más claras. Es un equipo muy peligroso en transiciones, además de que juega bien a nivel posicional. En aquellas fases en las que dominemos el juego, será muy importante el cómo quedar por detrás del balón porque ellos tienen gente muy rápida arriba y que se desmarca muy bien. Sus transiciones ofensivas son peligrosas y habrá que estar muy atentos".

Anuncia que Aspas se presenta a la cita en plenitud física. "Está muy bien. La recuperación que ha hecho ha sido muy buena con el readaptador, no es un jugador que se ha sostenido sobre el físico siempre, si no sobre el talento y conoce muy bien su cuerpo. Sabe medir muy bien los esfuerzos y regularse bien".

Reconoce el papel de la afición en estos momentos: "Los jugadores se sienten muy respaldados y la afición siente que el equipo le responde. Eso le genera a todos una alegría mayor, pero al mismo tiempo no nos tiene que distraer. Falta muchísimo por hacer y me alegra que la gente no esté tan preocupada, pero el entrenador sigue igual de preocupado que antes".