"No es que Iago Aspas sea el mejor jugador de Celta. Es que, como ha demostrado una vez más este fin de semana, Iago Aspas es el Celta". Así comienza la dedicatoria personal que le ha hecho al genio de Moaña el columnista del periódico británico The Guardian Sid Lowe -colaborador en medios de comunicación españoles-, quien ha honrado el espectáculo del jugador gallego ante el Villarreal con un texto en el que recuerda las lágrimas del canterano : "Iago Aspas rompió y lloró. Se sentó, con los ojos enrojecidos, y observó a medias los últimos minutos de un partido que había ganado. A través de sus lágrimas, el fútbol era un lugar mejor, más significativo".

El recital futbolístico de Aspas no solo ha enamorado a los seguidores del Celta y a los amantes del fútbol en España. Ha tocado el corazón de devotos del balón más allá de nuestras fronteras. El sábado, la épica llegó a tiempo a Balaídos para evitar el bochorno de caer ante un rival directo con una plaza a rebosar, pero también para dar la vuelta al marcador y al mundo. Y no es para menos, el Celta había ganado un solo partido y empatado otro en los diez partidos sin el diez -ante Sevilla y Alavés, respectivamente-. En Vigo, la permanencia en primera división tiene nombre y apellidos.

Sid Lowe, asombrado por la gesta del moañés ante su afición tras varios meses en el dique seco, no ha escatimado en señalar la importancia que tiene en el devenir de este Celta. "No solo juega bien, es que hace que todos los demás jueguen bien". Hasta ha recordado sus inicios en el club, su debut en Balaídos y el altar que la afición improvisó horas antes del duelo ante el submarino amarillo. "Se unió a ellos a los ocho años, mintiendo sobre su edad. En su debut en 2009, anotó dos veces, incluyendo uno en el minuto 94 para rescatar a Celta del descenso a la Segunda División B. En una esquina, junto a las oficinas del club, alguien había colocado un recorte de cartón de tamaño natural de Aspas (1,75 m, 67 kg), convirtiéndolo en un santuario, un altar, un lugar para abogar por la intervención divina". También ha tenido palabras para el milagro del 2013, en el que el canterano asistió a Natxo Insa ante el Espanyol para olvidarse del famoso 4 por ciento: "El máximo goleador llevó al Celta a otra sorprendente salvación, dando el pase decisivo el último día".

Tras tanto elogio, el columnista da paso a sus compañeros de profesión y, para dejar claro que Aspas había sorprendido a todo el mundo del fútbol, cita a varios periódicos de tirada nacional tanto de información general como deportivos y recoge las frases que FARO le dedicó al genio de Moaña en la resaca de la Reconquista viguesa: "Cualquier cosa es posible con Aspas en el campo; es el mejor jugador que ha vestido la camiseta del Celta. En el futuro, la gente les contará a sus nietos sobre él".

Para despedir la "misiva" personal, Sid Lowe vuelve al motivo de toda su dedicatoria: las lágrimas del 10. "Se puso de pie y caminó por el terreno de juego, enterrando su cabeza en su gran abrigo negro, sus ojos picaban, el cuerpo temblaba debajo de él. Cuando llegó al otro lado, le preguntaron a Iago Aspas por qué lloraba. "Por todo", dijo", finaliza el columnista de The Guardian.