El Celta quiere sustituir la ausencia de John Guidetti con la llegada de otro atacante, y para ello ha puesto sus ojos en el argentino Lucas Boyé, actualmente en el Torino italiano.

El jugador de 22 años, apodado en Argentina 'el Tanque' o 'el Toro' por su poderío físico, es fruto de la cantera del histórico River Plate, del que salió dedido a Newell's Old Boys. Allí mostró las cualidades que luego le llevarían a Italia. Su envergadura -mide 1,79 y pese 81 kilos- le permite tener un buen juego de espaldas y va bien de cabeza.

Con todo, Lucas Boyé destaca por su hábil manejo del balón, su capacidad para regatear y su facilidad para asociarse y filtrar pases al espacio. En cambio, en el debe hay que anotar que no ve puerta con demasiada facilidad: en los 33 partidos de su primera temporada en el Torino -30 de Liga y tres de Copa- anotó cuatro goles.

De hecho, en un perfil en 'La Gazzetta dello Sport' se cuenta la anécdota de que un día el entrenador, Mihajlovic, le pidió que prolongase la sesión de entrenamiento para practicar el disparo a puerta. Tras unos primeros intentos pobres, el técnico se acercó para explicarle dónde impactar el balón y cómo colocar el cuerpo, tras lo que su producción mejoró notablemente.

Pese a su juventud y sus dificultades de cara el gol, en su primer año en Italia gozó de la confianza de su técnico, gracias a su buena aportación al juego colectivo. Sin embargo, en la segunda temporada, los problemas físicos le han llevado a jugar muy pocos minutos.