Al Celta se le presenta la oportunidad esta tarde en Riazor (18:30 horas, Gol TV) de cerrar en casa de su eterno rival el mejor año de su historia. El equipo vigués se quedó a las puertas de las finales de la Europa League y de la Copa del Rey en un 2017 que todavía puede despedir de una manera brillante: con un triunfo en A Coruña, allí donde Iago Aspas anotó el gol de la victoria en el último clásico gallego.

El delantero moañés, que viene de recoger el premio al mejor jugador de LaLiga y del Celta en el mes de noviembre, además del Trofeo Zarra como máximo goleador español de la pasada temporada, regresa al equipo tras cumplir un partido de sanción por acumulación de tarjetas amarillas. Hugo Mallo también vuelve por el mismo motivo, con lo que Unzué dispone de toda la plantilla para enfrentarse a un rival que recupera a Luisinho y que podrá presentar el once que más gusta a Cristóbal Parralo, con Lucas Pérez como principal referencia en ataque.

El duelo entre blanquiazules y celestes ofrecerá otros pulsos de interés -dos porteros gallegos por primera vez en seis décadas, los Emre (Çolak y Mor) frente a frente o el reencuentro de dos perlas uruguayas (Fede Valverde y Maxi Gómez)-, pero lo importante son los tres puntos en juego, con los que Dépor y Celta tendrían la oportunidad de escapar de los puestos de descenso y afrontar el nuevo año con mayor ilusión y optimismo.

Pero en estos derbis gallegos se juegan más de tres puntos. Se juega la satisfacción y el decoro de dos aficiones que intentan encauzar la rivalidad entre el norte y el sur hacia una situación de normalidad, pese a algún que otro cruce de declaraciones previas.

Coruñeses y vigueses se presentan a la cita de hoy en parecidas circunstancias: después de caer goleados en el Camp Nou, los primeros; y sufrir una derrota en casa ante el Villarreal, los segundos. Separados por tres puntos en la clasificación, a favor de los célticos, los proyectos deportivos de Cristóbal y de Unzué ofrecen dudas; mayores, si cabe, en el primero, después de que el pasado octubre sustituyese en el blanquillo blanquiazul a Pepe Mel. El técnico navarro, por su parte, no acaba de dar con la tecla para que el buen juego de su equipo conlleve resultados positivos.

Pero los clásicos son duelos especiales, en los que impera la automotivación de los protagonistas, sin importar los daños anímicos causados en citas anteriores. En este caso, los canteranos juegan un papel fundamental, pues son partidos que vienen afrontando desde su etapa de formación. Conocen el valor de una victoria en estas citas para el club y la afición. El Celta gana por goleada en este apartado, pues entre cuatro y cinco canteranos pueden ser protagonistas en el encuentro de esta tarde en Riazor (Rubén Blanco, Mallo, Jonny, Aspas y Brais Méndez). El Dépor no acaba de realizar una apuesta firme por los futbolistas de su escuela.

En las tres últimas jornadas, el equipo coruñés ha sumado tres puntos, después de ganar por la mínima al Leganés (1-0) y perder ante el Sevilla (2-0) y el Barcelona (4-0). El Celta empató en el Camp Nou (2-2), tropezó en Valencia (2-1), tras un polémico arbitraje de Munuera Montero, y perdió en casa ante el Villarreal (0-1).

En los seis últimos enfrentamientos directos, los célticos presentan un balance favorable y demoledor: cuatro triunfos, un empate y una derrota. La última vez que el derbi gallego se decantó a favor de los blanquiazules fue hace dos años en Riazor (2-0), con goles de Lucas Pérez y de Jonny en propia puerta.

Para la cita de hoy, Unzué dispone de los veintiún futbolistas que componen la plantilla, incluido el canterano Brais Méndez y el tercer portero, Iván Villar. Todos formarán parte de la expedición que esta mañana viajará en autobús a A Coruña.

En el once céltico, que Unzué comunica a sus jugadores poco antes del partido, no se esperan cambios importantes. Las dudas están en el eje de la zaga y en el centro del campo. Cabral o Fontás se juega una plaza en la defensa, donde Mallo y Jonny ocuparán los costados, con Sergi Gómez como segundo central. En la portería seguirá Rubén Blanco.

En el centro del campo, Jozabed y el Tucu Hernández se disputan una de las plazas, mientras que es segura la presencia de Lobotka como pivote defensivo, con Wass y Pione Sisto escorados a las bandas. Con esta disposición táctica de cuatro centrocampista, el técnico navarro ha conseguido darle libertad absoluta a Iago Aspas, que se mueve por toda la frontal del ataque céltico, acompañado de Maxi Gómez.

El moañés y el uruguayo componen una de las mejores parejas de atacantes de LaLiga, en la que entre ambos suman 17 goles (nueve Aspas y ocho Maxi).

Unzué tendrá que realizar tres descartes. Además del guardameta Iván Villar, en la grada posiblemente se queden Facundo Roncaglia y Andrew Hjulsager.

El técnico navarro se estrena en el clásico gallego, al igual que Cristóbal Parralo. Ambos coincidieron unos meses en la plantilla del Barcelona que dirigía Johan Cruyff.

El preparador andaluz, que venía de dirigir al filial del Deportivo, al que ascendió a Segunda B y situó como líder de la categoría de bronce antes de sustituir a Mel, ha recuperado al lateral izquierdo Luisinho para este partido. Con la presencia del portugués, Cristóbal Parralo podrá presentar un once de gala, formado por el portero Rubén Martínez; Juanfran, Schär, Signei y Luisinho, en defensa; Guilherme y Borges, pivotes; con Carlos Gil, Çolak y Adrián López en la línea de tres cuartos; para situar a Lucas Pérez en la punta del ataque.

El Deportivo inicia este derbi en posiciones de descenso, con el Celta a tres puntos, por lo que se espera un duelo más intenso de lo previsto. Los celestes disponen de la oportunidad de cerrar en Riazor su mejor año.