Las circunstancias han mudado. El Celta ha cambiado de técnico y de estilo y transita por la tabla con tres puntos menos que el pasado curso y una competición menos a la que atender después de una inversión en fichajes próxima a los 26 millones de euros, la mayor de la historia del club. Los partidos frente a los equipos de la zona alta de la tabla no llegan en el mismo orden que la pasada campaña, ni en la misma situación de desgaste, pero suponen todo un desafío para los hombres de Juan Carlos Unzué.

El entrenador celeste, sin embargo, no parece especialmente preocupado por el calendario que se le viene encima. "No me preocupa más que lo anterior. Al final no sabes cuáles son los mejores partidos para tu equipo. Evidentemente son rivales fuertes pero ninguno de los que hemos tenido hasta ahora ha sido sencillo y seguro que ninguno de los que nos quedan nos lo va a poner fácil. Muchas veces este tipo de partidos los sacas con más facilidad. Al final, hay que jugar contra todos, así que el orden del calendario no me preocupa demasiado", señaló, tras perder en La Rosaleda, el preparador celeste.

Pero aunque el Celta ha presentado batalla a los grandes en los últimos años, se mire por donde se mire, el equipo vigués está obligado a mejorar los números del pasado curso ante los rivales con los que le resta por jugar en esta primera vuelta para no complicarse la vida.

De los seis primeros que ahora ocupan la tabla, el Celta solo ganó la pasada campaña al Barcelona, seguramente en el mejor partido firmado por los celeste en la Liga. Los de Berizzo se impusieron por 4-3 al equipo dirigido por Luis Enrique, con Unzué como segundo entrenador. En poco más de media hora de juego, los celestes mandaban ya por 3-0 con goles de Pione Sisto, Iago Aspas y un tanto en propia meta de Matthieu. La reacción azulgrana, que recortó distancias tras el intervalo por medio de Piqué y Neymar, de penalti, no bastó a los de Luis Enrique, a los que Pablo Hernández sentenció con un cuarto gol a 14 minutos del final. Aunque Piqué volvió a marcar en el minuto 86, los tres puntos no se movieron ya de Balaídos.

De Riazor se llevó otros tres puntos del Celta por segunda vez en tres años, esta vez gracias un solitario tanto de Iago Aspas, que saldó su vieja cuenta pendiente en el campo del eterno rival tras una gran asistencia de Beauvue.

Frente al Athletic, su próximo rival, el equipo vigués volvió a sucumbir a la maldición que le persigue contra los "leones" en Balaídos, donde el conjunto vasco suma 14 años sin perder con un saldo de cinco victorias y tres empates en sus últimas ocho visitas. El pasado curso golearon a los de Berizzo por un contundente 0-3 con un doblete de Raúl García y un gol de Mikel Rico.

Tampoco le fue bien la pasada temporada al Celta en su desplazamiento al Ramón Sánchez Pizjuán, donde el Sevilla, actual equipo de Berizzo, se impuso a los celestes por 2-1 con tantos de Correa (minuto 48) y Ben Yedder, que decidió el partido a doce minutos del final después de que Aspas empatase, de penalti, en el 53.

A pesar de la paliza propinada unos meses antes en la Copa, los célticos saldaron también con derrota su visita a Mestalla, aunque para entonces -el choque se jugó en el mes de abril- el equipo vigués acumulaba un tremendo desgaste por su larga trayectoria en el torneo del k.o. y la UEFA Europa League. Los de Salvador González, Voro, se desquitaron de la derrota copera con un triunfo mínimo: 3-2. El tempranero gol de Cabral (minuto 16) fue contrarrestado por los tantos de Parejo y Munir y, aunque Aspas igualó, de penalti, la contienda en el minuto 80, Carles Gil dio el triunfo a los valencianistas cinco minutos más tarde.

Mucho antes, en el duelo inaugural de la temporada, el Celta se vio sorprendido en Balaídos por el entonces recién ascendido Leganés, equipo revelación de esta temporada. Los pepineros se llevaron el triunfo en una acción de estrategia por medio de Víctor Díaz en un partido en el que el árbitro anuló, por fuera de juego, un gol legal a Iago Aspas.

Por 0-1 se llevó también la victoria el Villarreal, en este caso con un tanto de Roberto Soldado justo después de lesionar al céltico Marcelo Díaz en una acción en la que el ariete valenciano debió ser expulsado.

El último de los choques ante los equipos de la zona alta lo disputó el Celta frente al Real Madrid el 17 de mayo, aplazado en febrero por los destrozos provocados por el temporal en la cubierta de la Grada de Río. Eliminados de la Copa y la Europa League, un maltrecho Celta sucumbió el empuje de los futuros campeones de Liga y Europa por 1-4. Cristiano Ronaldo, con un doblete, Karim Benzema y Toni Kroos firmaron la goleada blanca. John Guidetti anotó el único gol celeste.