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Vacas "de marcha": "Este é o ocio nocturno que nos gusta"

Vacas "de marcha": "Este é o ocio nocturno que nos gusta"@Alberte_Couto

Una sorprendente y simpática foto compartida en Twitter y un mensaje de lo más hilarante arrancan carcajadas entre los tuiteros. Tres vacas "de marcha" por una calle del casco urbano de una villa que el tuitero identifica como Cedeira. "Este é o ocio nocturno e o turismo que nos gusta", sentencia. Los comentarios no se quedan atrás en retranca, con respuestas como "é unha vila vacacional" o "la pena es que los percebes no salgan a dar un paseo".

Cedeira es uno de los polos de atracción turística del norte gallego gracias al santuario de San Andrés de Teixido. Precisamente hace una semana el entorno de este centro de peregrinación se convirtió en noticia debido a la insalubre e indignante acumulación de mascarillas que los visitantes abandonan como ofrenda para cumplir con el ritual de "enxogar o pano".

La tradición unida al peregrinaje marca que los devotos deben parar en la fuente de los tres caños, al lado de la iglesia, pedir un deseo y beber agua. Pero esta costumbre se vio alterada desde el año 2000, aproximadamente, cuando los visitantes empezaron a mojar un paño en esas aguas y a limpiarse con él como símbolo de purificación. Luego lo abandonaban al sol en algún lugar próximo, confiando en que sus males quedasen impregnados en esa tela y que, al secarse, sus problemas desaparecerían.

Esta práctica siempre fue rechazada por los vecinos de Cedeira, que sostienen que es un ritual importado de otros lugares de Galicia pero que no se corresponde con las tradiciones de San Andrés de Teixido.

La acumulación de pañuelos y toallitas en el entorno del santuario generó un problema medioambiental que se vio agravado con la pandemia al depositar los devotos sus mascarillas usadas. La imagen de un tendal atestado de protectores sanitarios levantó una ola de indignación.

Días después, el Concello anunció la retirada de las mascarillas, paños y otro tipo de ofrendas, y pidió responsabilidad a los visitantes para mantener el entorno del santuario limpio y no causar un problema medioambiental y sanitario. Además, también advirtió de que este tipo de conductas incívicas serían multadas con hasta 500 euros.

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