Pontecesures quiere un regalo en su 100 cumpleaños: el enclave de Valga

El “Pacto da Devesa” permitió que el ayuntamiento se independizara en 1925

En medio de la villa quedó una parcela de 1.200 metros cuadrados que pertenece al municipio vecino

La explanada situada en las inmediaciones de la plaza de abastos de Pontecesures perteneciente al Concello de Valga.

La explanada situada en las inmediaciones de la plaza de abastos de Pontecesures perteneciente al Concello de Valga. / Iñaki Abella

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Muchos piensan, en el Ayuntamiento de Pontecesures, que un buen regalo para conmemorar su primer siglo de existencia como administración local sería recuperar una parcela de terreno que, aún estando situada en el corazón de la villa, pertenece al municipio vecino de Valga.

Es lo que en geografía política se denomina enclave, es decir, una porción menor del territorio de una circunscripción territorial que está completamente rodeada por el territorio de otra.

Una especie de isla

Un terreno de unos 1.200 metros cuadrados que, a modo de isla, quedó situado en la zona portuaria, entre el río, su zona lúdica, los edificios orientados al Ulla y la plaza de abastos.

Históricamente, las carpas de la Festa da Lamprea se instalaron en esta explanada.

Históricamente, las carpas de la Festa da Lamprea se instalaron en esta explanada. / FdV

Para aquellos que no conozcan el lugar, puede decirse que es una gran explanada de tierra y baches usada como aparcamiento y convertida, con demasiada frecuencia, en un gran lodazal.

El mismo espacio en el que solían colocarse las carpas de la Festa da Lamprea, cuando en el río había pescado suficiente para celebrarla, que no es el caso este año.

Mucho se ha hablado en el último siglo de la necesidad y conveniencia de recuperar ese enclave, y a punto estuvo de lograrlo, durante el anterior mandato, el alcalde conservador Juan Manuel Vidal Seage.

Pero las elecciones del año pasado colocaron en su puesto a la nacionalista Maite Tocino, y desde entonces aquel procedimiento parece haberse frenado, según denuncia el exregidor.

De ahí que reclame del actual ejecutivo bipartito que retome aquel expediente y busque la fórmula adecuada para recuperar ese enclave, “que además de afear todo el entorno provoca una evidente falta de seguridad”, espeta Seage.

Zona lúdica

El mismo que en el anterior mandato propició el proyecto para abrir Pontecesures al río y la ría, impulsando la transformación de la fachada fluvial con la creación de una zona de ocio que ayuda a la llegada de más peregrinos, al desarrollo del sector hostelero local y a ofrecer zonas de paseo seguras y alternativas lúdicas para los niños y el conjunto de la población.

Pero esa apuesta por modernizar y embellecer Pontecesures se quedó a medias, precisamente a causa de la existencia de ese enclave de Valga al que no se puede tocar, ya que depende del gobierno vecino. Incluso para celebrar allí cualquier actividad hay que pedirle permiso.

PXOM

Y eso a pesar de que Valga no puede sacarle ningún provecho, ya que desde 2003 es un terreno catalogado en el Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) como zona verde.

Así pues, con la ley en la mano, hay tres opciones posibles, como es la expropiación forzosa, aunque determinar el precio a pagar no parece sencillo, establecer algún tipo de convenio con Valga o acometer una permuta de terreno, lo cual resulta aún más complicado, ya que Pontecesures no dispone de terreno público con el que negociar.

150.000 euros

Teniendo en cuenta todo ello, Seage llegó a contemplar una partida de 150.000 euros, “aunque incluso puede resultar excesiva”, para negociar con Valga y hacerse con el enclave.

“Pero todo aquel procedimiento se está dejando morir por el actual gobierno”, censura.

Ante lo cual, el líder del PP insiste: “Hay que reabrir este procedimiento, llegar a un acuerdo razonable para buscarle encaje económico y cumplir la ley, solucionando así un problema que se arrastra desde hace casi cien años”.

Dicho de otro modo, que “el gobierno bipartito de Pontecesures debe coger el toro por los cuernos para evitar perder una magnífica oportunidad y recuperar un terreno insalubre”.

El alcalde, Juan Manuel Vidal Seage, con el cartel de la fiesta de la lamprea, a desplegar el fin de semana que viene. |   //  FDV

Juan Manuel Vidal Seage, cuando era alcalde. / FdV

Una parcela, dicho sea de paso, que “una vez sea nuestra puede ayudarnos a potenciar todavía más la fachada litoral”, sentencia Juan Manuel Vidal Seage.

El título de villa, en 1881

Para entender todo esto hay que remontarse a 1881, cuando el Rey Alfonso XII concedió el título de villa de San Luis de Cesures a la parroquia de San Julián de Requeijo, perteneciente hasta 1983 al Ayuntamiento de Padrón.

Municipio con el que sigue unida a través del puente romano que se reformó en la Edad Media y que en 1911 se convirtió en la estructura que es actualmente y soporta el tráfico de la carretera Nacional 550.

Fue tras la reorganización territorial que situó al río Ulla como frontera provincial entre A Coruña y Pontevedra, cuando San Luis de Cesures pasó a formar parte del Ayuntamiento de Valga, alcanzando su independencia en 1925, con José Novo Núñez como primer alcalde.

Proceso independentista

Un proceso que no resultó tan complicado como podría pensarse ahora, cuando se habla permanentemente de las ansias independentistas catalanas. Lo que se hizo a orillas del Ulla fue firmar el “Pacto da Devesa”, entre los representantes de las villas valguesas y pontecesureña.

La explanada de la polémica.

La explanada de la polémica. / Iñaki Abella

Lllegaba así la segregación de Pontecesures, que dejó de depender de Valga y pasó a funcionar como municipio propio el 9 de octubre de aquel mismo año, es decir, hace casi un siglo.

Hay quien cree que el puerto fluvial de Pontecesures, en su momento pieza clave para la descarga de los buques areneros y la implantación en la villa de empresas como Nestlé y Calera del Ulla, ahora punto de arribada de peregrinos, fue el germen de aquella independencia.

En cierto modo impulsada por la burguesía de comerciantes e industriales que se había ido formando en torno al río.

En ese movimiento empresarial hay que situar la existencia de un enclave de Valga dentro de Pontecesures, ya que el terreno en cuestión habría estado ocupado por una empresa perteneciente a Valga que, al desaparecer, había dejado esa parcela en manos del Concello vecino.

Pleno en Valga

Fue el 29 de marzo de 1925 cuando la Corporación municipal de Valga, reunida en sesión extraordinaria, analizó e impulsó el informe emitido por la comisión nombrada por el propio Ayuntamiento para establecer las bases de la “Entidad Menor de Puentecesures” y determinar la “administración de la misma, separación de su patrimonio y deslinde de su jurisdicción”.

Así se recoge, por ejemplo, en el libro “Historia de Puentecesures”, publicado en 1989 por el que fuera cronista oficial y alcalde de esta localidad, José Piñeiro Ares.

En el que se habla también de otro de los grandes ejes del proceso independentista pontecesureño, como fue la feria del automóvil que en 1925 permitió proyectar a esta localidad ribereña a nivel nacional.

Y eso que aquel año, el censo de este municipio de apenas 7 kilómetros cuadrados de extensión era de solo 1.645 habitantes.

Que se estrenaron como ayuntamiento con un presupuesto municipal de 20.500 pesetas y un crédito bancario para adquirir la finca que iba a ocupar el actual consistorio, presupuestado en 23.750 pesetas.

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