La joya mimada de O Salnés que hoy es muy difícil disfrutar
Xunta y Diputación invirtieron más de un millón de euros en obras en la iglesia de Armenteira, que lleva meses cerrada al turismo
La de Armenteira no es una iglesia más. Por su historia, por su ubicación y por su valor artístico, se trata de un templo especial, que trasciende las fronteras de lo religioso. Y así ha sido tradicionalmente tratada, hasta el extremo de que políticos de diferentes colores la han rebautizado como “catedral de O Salnés”. Tampoco es casualidad que esta iglesia de Meis aparezca con asiduidad en las guías turísticas de la provincia, como uno de los principales exponentes del arte románico. Estos días, ha vuelto a la actualidad después de que el Ayuntamiento haya anunciado su intención de solicitar una vez más al Arzobispado de Santiago su reapertura para el disfrute general.
Desde la pandemia, la iglesia de Armenteira abre únicamente durante los oficios religiosos, lo que impide aproximarse con calma a su arquitectura interior. El párroco vive en Santiago, y las autoridades eclesiásticas hace meses que decidieron mantener el templo cerrado, por temor a robos o destrozos.
Pero esta decisión no gusta a muchos. La alcaldesa, Marta Giráldez, ya ha solicitado en varias ocasiones la reapertura de las puertas, al menos durante unas horas concretas del día. Sostiene que es uno de los tesoros artísticos más importantes no solo de Meis, sino del conjunto de la comarca, y que en la situación actual se está privando a vecinos de la comarca y visitantes de la oportunidad de conocer por dentro la iglesia.
También son muchos los peregrinos que realizan la Variante Espiritual del Camino Portugués (Armenteira es una de sus principales paradas) que se marchan contrariados por no haber podido ver por dentro un templo cuya fachada monumental asombra por su gran portada con seis arquivoltas y su enorme rosetón.
La implicación de las administraciones públicas en el buen estado de la iglesia de Armenteira es otra prueba de que no se trata de un templo cualquiera. Entre 2009 y 2013, la Diputación de Pontevedra y la Xunta de Galicia invirtieron más de un millón de euros en obras en el monumento, con las que atajaron el galopante avance de la humedad y las filtraciones de agua. También se mejoró la iluminación, se cambiaron suelos y carpinterías.
La Diputación, además, abrió un punto de información turística a las puertas del claustro del monasterio que pronto demostró con datos que Armenteira era un gran polo de atracción turística.
Según datos oficiales, solo en tres meses recibió unas 12.000 visitas, y el 80 por ciento de ellas eran personas de fuera de Galicia.
Del siglo XII
La iglesia se construyó entre 1162 y 1212. Su interior destaca por su extrema sencillez y austeridad, que son señales de identidad de la orden cisterciense, para la cual era importante evitar los ornamentos que pudiesen distraer la oración de los fieles.
En ese momento, empezaba a imponerse en Europa el gótico, y sin embargo la de Armenteira es todavía románica. Sí llama mucho la atención el baldaquino del altar (es posterior, del siglo XIII), que cobija la imagen de la Virgen de las Cabezas, con el Niño en el regazo.
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