Tribuna Libre
Miguel Louzán: ¿Un prodigio?
Ramiro García
No descubrimos la pólvora si -en los tiempos que nos ha tocado supervivir- los acontecimientos susceptibles de ser clasificados como “buenas noticias” parecen haber pasado a mejor vida. Afortunadamente, no sucede así:
Las “noticias” semejan a las meigas gallegas: aunque (casi) nadie crea en ellas, haberlas haylas. Y, -a poco que nos fijemos en el interminable rosario de “acontecimientos noticiables” que a diario nos facilitan los distintos medios de comunicación- podemos comprobar la existencia de noticias que los lectores clasificamos “buenas” y/o “malas”: de todo hay.
Obviamente, la referida clasificación no precisa de ser probada: es de dominio público.
No ocurre igual respecto del tratamiento que se viene dispensando a las dichas noticias a la hora de abordarlas: a juicio del autor de esta publicación, clama al cielo por un análisis, que tratamos de efectuar y efectuamos. Para ello, recurrimos a sendos supuestos de palpitante actualidad. A saber:
En la mente de todo quisque permanece el llamado caso del “beso no consentido” (supuestamente). Fue el mismísimo presidente del Gobierno, doctor Pedro Sánchez Pérez-Castejón, el primero en denunciar al autor del dicho suceso con todo lujo de detalles. Las demás denuncias surgieron después.
Digna de toda loa nos resulta toda medida tendente a proteger a las mujeres víctimas de violencia de género, siempre que las dichas medidas se efectúen conforme a Derecho. Ello supuesto, la actuación del dicho doctor no nos parece ejemplar, entre otras, por las siguientes razones, que resumimos:
El “comportamiento inadecuado” denunciado por el presidente es un hecho constitutivo de un delito perseguible, únicamente a instancia de la parte perjudicada.
Por otra parte, el dicho doctor incurre en flagrante incumplimiento de los artículos 14 de la CE, y 1 la Ley 15/2022, de 12 de julio, integral para la igualdad de trato y la no discriminación, al señalar al autor del beso y no hacer lo mismo en otros supuestos, como identificar a los autores de supuestos delitos gravísimos, que no excluyen a los violadores.
Con posterioridad a la analizada noticia del beso, surge otra relativa al individuo con cuyo nombre encabezamos esta publicación. Copiada y pegada, una de las cuales reza del siguiente tenor: “La multinacional de hemoderivados Grifols ha nombrado a Miguel Louzán como Chief Digital Information Officer, un cargo de nueva creación con el que la compañía busca acelerar el uso de las plataformas digitales, la ciencia de datos y las nuevas tecnologías”.
A tenor de nuestras fuentes, el extraordinario -y joven- ejecutivo -actualmente en EEUU-, “se hará cargo de esta nueva responsabilidad tras una larga experiencia en el ámbito de la industria farmacéutica y sanitaria, en firmas como LifeScan y en Boston Scientific”.
-¿Es un prodigio”?
Que lo juzguen quienes tengan a bien leernos. Aunque, para el autor de esta publicación, Miguel es, sobre todo, un currante al que no le preocupan las poltronas: Lo conozco muy bien. Y sé que es feliz poniendo su privilegiada sesera al servicio de la gente y cuando se reúne con los suyos en Vilagarcía de Arousa de donde es natural, y donde vivimos su madre y demás familiares. Y donde te esperamos con los brazos abiertos en estas familiares fiestas navideñas.
*Profesor de Criminología
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