El trampeo, clave en el freno a la velutina en la comarca tras eliminar 12.500 reinas

El servicio mancomunado retiró cerca de un millar de nidos en 8 municipios | Cumple su sexto año de actividad | En 2023 se instalaron por O Salnés 1.960 trampas

Nido de velutinas retirado en una vivienda en Vilanova de Arousa.

Nido de velutinas retirado en una vivienda en Vilanova de Arousa. / Noé Parga

A. G.

Hace seis años, la Mancomunidade de O Salnés tomaba una decisión pionera en la lucha contra una especie invasora del calado de la avispa velutina o avispa asiática, crear un servicio mancomunado para frenar su expansión. Desde entonces, los dos integrantes del servicio han retirado miles de nidos e instalado miles de trampas en los municipios que se han adherido al servicio. Con la campaña de 2023 finalizada, los datos demuestran que invertir en este servicio ha sido clave para evitar la expansión de la velutina. Durante este año, el servicio instaló 1.960 trampas que sirvieron para llevarse por delante a unas 12.500 reinas.

Así lo destaca Chema Pedrouzos, uno de los responsables del servicio al recordar que “hemos hecho el trampeo en todos los municipios, a excepción del de O Grove, que cuenta con servicio propio, lo que ha permitido que se alcanzasen esta cifras”. El proceso de trampeo se está demostrando imprescindible para mantener controlada la plaga, aunque no es el único, ya que también se utiliza una escopeta de perdigones para acabar con los nidos que se encuentran más inaccesibles.

La media de cada trampa sería de unas siete velutinas, pero Pedrouzos asegura que “suelen dar resultados muy dispares, hay algunas que no atrapan ningún individuo, las menos, y las hay que atrapan decenas”.

Es el caso de una trampa que se instaló en un camelio en András, en las inmediaciones de la carretera, donde se atraparon 63 reinas y una quincena de obreras. Todas las trampas que se colocan en la comarca se encuentran geoposicionadas, lo que permite saber qué lugares son en los que existe una mayor presencia de la avispa asiática.

Otra de las actividades que desarrollan los integrantes del servicio de velutinas es la retirada de nidos. Durante el año 2023 se retiraron un total de 960 nidos en ocho municipios de la comarca. El más grande se retiró en un galpón de Sanxenxo, y rondaría los 60 litros de capacidad, aunque la media se sitúa en 30 o 40. La respuesta media del servicio para acudir a una retirada fue de menos de 48 horas, aunque en los meses de julio y agosto, al dispararse la cantidad de avisos y multiplicarse el tráfico, esa media se elevó.

Agua, azúcar y levadura, el atrayente perfecto

Las 1.960 trampas están realizando un importante trabajo, pero desde el servicio mancomunado animan a los vecinos a participar en el trampeo. Para ello Pedrouzos recomienda coger una botella de agua de litro y medio, practicar tres agujeros en el tercio superior de doce milímetros de ancho en los que insertar una manguera de tres centímetros de longitud. Esta debe quedar hacia dentro para facilitar la entrada a la velutina e impedirle la salida. El atrayente a utilizar sería muy sencillo: echar ocho cucharadas de azúcar en medio litro de agua, calentarlo para que se disuelva el azúcar y después echar un taco doméstico de levadura de pan. Una vez elaborado el atrayente ya solo queda escoger el lugar ideal para capturar reinas y ese punto es un camelio donde dé el sol la mayor parte del día.

8.200 perdigones usados contra nidos

El servicio de trampeo cuenta entre sus materiales con una carabina con la que se disparan perdigones a aquellos nidos que se encuentran más inaccesibles. Durante este año, la carabina disparó 8.200 perdigones llenos de insecticida, con una media de veinte por nido. El gasto que eso supone por cada uno de los nidos no alcanza los dos euros, mientras que utilizar un bote de insecticida, que era lo que se utilizaba en los primeros momentos de la lucha contra las velutinas, superaba ampliamente los doce euros. La carabina, además, permite eliminar el nido sin riesgo para los operarios, al disparar desde una distancia relativamente lejana.

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El frío es el único obstáculo que frena la actividad de las velutinas. Es por ello que, en el mes de diciembre son las vacaciones del servicio, que regresará a la actividad en enero, un mes en el que se dedicarán a acabar de recoger las trampas que todavía no han sido retiradas, limpiarlas y prepararlas para la siguiente campaña, colocándolas ya en el mes de febrero. Sobre el mes de marzo será cuando se comience con la retirada de nidos embrionarios. Un mes después, en abril y también en mayo, la lucha se centrará en los nidos primarios. “De ahí en adelante, es cuando comienzan a aparecer esos grandes balones, que coinciden con su período de máxima actividad a lo largo del verano”.

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