Sonrisas y Lágrimas inicia una nueva etapa con los mismos objetivos

Las dependencias de la guardería de A Illa, con más de 120 alumnos, fueron ayer visitadas por el Arzobispo de Santiago

Los niños de la guardería participaron en el oficio religioso que presidió el arzobispo de Santiago.

Los niños de la guardería participaron en el oficio religioso que presidió el arzobispo de Santiago. / Noé Parga

A. G.

Más de cuatro décadas de existencia avalan el trabajo que ha venido desarrollando en A Illa la guardería concertada Sonrisas y Lágrimas, un proyecto que inicia una nueva etapa este curso pero que va a mantener los mismos objetivos, el de formar a los más pequeños y seguir viendo generaciones y generaciones de isleños crecer.

El templo de San Xulián se llenó de familiares de los niños de la guardería.

El templo de San Xulián se llenó de familiares de los niños de la guardería. / Noé Parga

Esta nueva etapa arrancó con el curso, ya que el centro pasó a tener una nueva dirección con la marcha de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl que, tras años en A Illa, tuvieron que dejar el centro por la falta de relevo generacional. Fue ahí donde apareció el cura párroco, David Álvarez, que quiso continuar con la labor que desempeñaban las religiosas y mantener los 17 puestos de trabajo entre profesorado y personal administrativo con los que cuenta el centro.

Las instalaciones han pasado a manos del arzobispado de Compostela y, ayer fueron visitadas por Francisco José Prieto Fernández, el actual arzobispo, para hacer partícipes a todas las familias y a las instituciones del municipio de los nuevos cambios que ha experimentado el centro. La jornada se celebró por la tarde, con la Eucaristía en la iglesia parroquial de San Xulián, que se llenó de niños y familias y en la que el arzobispo tuvo un agradecimiento a todas ellas por seguir confiando en el proyecto de Sonrisas y Lágrimas.

Al acto acudieron el alcalde, Luis Arosa, y el exregidor, Carlos Iglesias.

Al acto acudieron el alcalde, Luis Arosa, y el exregidor, Carlos Iglesias. / Noé Parga

Una vez finalizado el oficio religioso, la comitiva se dirigió a las dependencias del centro para visitar las instalaciones y participar en varias actividades diseñadas para las familias. Los actos finalizaron con la celebración de un ágape.

La guardería Sonrisas y Lágrimas fue el paso final a la labor educativa que desarrollaron las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl en A Illa desde mediados de los años 50. Centro concertado con Educación cuenta con aulas para niños de preescolar y de infantil. En estos momentos cuanta con unos 120 alumnos, la mayor parte de A Illa, pero también de otros municipios, ya que su prestigio ha traspasado el puente que les une al continente.

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