La mejilla de criadero pisa fuerte

El nuevo conselleiro destaca la necesidad de encontrar alternativas para evitar la dependencia de la cría del litoral

Dolores Fernández, directora de Proinsa, explica al conselleiro de Mar y al presidente de Portos las características de sus bateas y las cuerdas colectoras de cría de mejillón.

Dolores Fernández, directora de Proinsa, explica al conselleiro de Mar y al presidente de Portos las características de sus bateas y las cuerdas colectoras de cría de mejillón. / FdV

Manuel Méndez

Manuel Méndez

A falta de apenas siete semanas para que comience una nueva temporada de recolección de mejilla –cría del mejillón–, la administración, centros de investigación, universidades y el propio sector bateeiro siguen buscando el modo de garantizar la disponibilidad de esa semilla.

No hay que olvidar que su obtención, y posterior encordado en los viveros flotantes, constituye un paso indispensable para que Galicia siga siendo una potencia mundial en cuanto a producción de “oro negro” de batea.

Escasez y enfrentamientos

Y tampoco está de más recordar que en los últimos años se ha detectado una menor producción de cría en la costa, lo cual ha desatado duros enfrentamientos entre bateeiros, percebeiros y la propia administración autonómica. Sobre todo cuando ésta decidió limitar las zonas de obtención de semilla.

De ahí la importancia de los estudios científicos y proyectos de investigación y desarrollo que se llevan a cabo para, precisamente, acabar con esos problemas enmarcados en la llamada “guerra de la mejilla”.

Se trata, en definitiva, de garantizar el abastecimiento de la misma, tal y como remarca la Consellería do Mar.

Alfonso Villares

Su nuevo titular, Alfonso Villares, parece mantener el mismo criterio que su predecesora, Rosa Quintana, cuando resalta la idoneidad de la producción industrial de cría y la adopción de medidas como la colocación de cuerdas colectoras, es decir, reservadas a la captación de las larvas.

Respecto a lo primero, FARO DE VIGO ya había detallado el pasado mes de junio que los problemas generados por la escasez de mejilla pueden tener solución empleando ejemplares de mejillón salvajes para producirla en criadero.

Mejillón listo para ser descargado en Porto Meloxo (O Grove).

Mejillón listo para ser descargado en Porto Meloxo (O Grove). / M.M.

Y ya se apuntaba entonces que es posible producirla en cantidades industriales y garantizar su plena adaptación una vez trasladada al medio natural.

CIMA

Así lo atestiguan los estudios desarrollados por el Centro de Investigaciones Marinas (CIMA), que en 2022 entregó a ocho bateeiros arousanos 2,5 millones de unidades de semilla de mejillón con la que encordar trece cuerdas a las que se hizo un seguimiento posterior con el que determinar parámetros de crecimiento y posibles condicionantes.

Evolución positiva

Esto permitió constatar una evolución francamente positiva, de ahí que en la primera mitad de este año se entregaran 3 millones de unidades de mejilla más.

Una colaboración entre la Xunta y el sector que no se ha detenido, tal y como indica el conselleiro cuando manifiesta que gracias al trabajo del CIMA de Corón (Vilanova) “fue posible constatar la viabilidad de producir semilla de mejillón en criadero”, elevándose la entrega de semilla en el último año a “11 millones de unidades”.

Intecmar

A lo que añade “diferentes líneas de investigación” en el propio CIMA, el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino de Galicia (Intecmar) y la Universidade de Vigo “para conocer en tiempo real la presencia de larvas en las rías”, tratando así de “optimizar la captación y determinar la abundancia de mejilla en el litoral”.

En cuanto a la alternativa que supone instalar más cuerdas colectoras, tal y como autorizó Mar en su momento, el conselleiro hace hincapié en “los avances del sector bateeiro” en la captación de esa cría para “complementar la procedente del medio natural”.

Ares-Betanzos

A modo de ejemplo, Villares alabó hace días los progresos alcanzados en esta materia con la bateas experimentales de la empresa Proinsa, en la ría coruñesa de Ares-Betanzos.

Acompañado de María Dolores Fernández Vázquez, la directora general de esta entidad, el presidente de Portos de Galicia, José Antonio Álvarez, y la directora xeral de Desenvolvemento Pesqueiro, Susana Rodríguez, Villares pudo conocer de primera mano el funcionamiento de la histórica compañía sadense dedicada a la producción, depuración y comercialización del “oro negro” de batea.

Viabilidad y sostenibilidad

Lo cual llevó al conselleiro a decir que el buen conocimiento de la captación de la semilla “es un proceso fundamental para mejorar la viabilidad y sostenibilidad del sector”.

Algo de lo que saben mucho en Proinsa, que lleva dos décadas perfeccionando esa obtención de mejilla en el medio natural con el conocido sistema de “long-lines”.

Lo cual le permite estudiar el comportamiento evolutivo de la semilla y determinar parámetros como “el tiempo medio que deben permanecer las cuerdas en el agua para resultar productivas o la identificación de posibles depredadores”, apuntan en Mar.

Para sentenciar que esos estudios “pretenden ser la base del desarrollo de un programa matemático que recoja los efectos de los diferentes elementos que tienen una influencia relevante en la producción de semilla de mejillón por este sistema”.

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Los bateeiros gallegos esperan mantener esta semana el alto ritmo de descargas de producto para Italia y Francia que ya se vivió la semana pasada.

Aunque insisten en que el “oro negro” de batea no alcanza el tamaño deseado en algunas zonas, los propios productores remarcan que los pedidos no dejan de aumentar y que sí hay polígonos donde la calidad es suficiente para satisfacer a los consumidores, sobre todo a los que prefieren el mejillón pequeño o mediano.

Como ya se explicaba en FARO hace días, a la actividad centrada en estas descargas para el mercado de fresco (depuradoras) se suma la de reparqueo, consistente en sacar el mejillón del agua para trasladarlo de las cuerdas a sacos de malla plástica antes de volver a colgarlo durante días. De este modo, cuando llegue el momento de enviar esos sacos al mercado italiano, el producto aguantará mejor.

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