Los flamencos vuelven a apostar por O Grove
Últimamente parecen encontrarse a gusto en el Complejo Intermareal
Los flamencos (Phoenicopterus roseus), tan frecuentes en humedales de Andalucía, Castilla La Mancha y el litoral Mediterráneo, están de vuelta en las Rías Baixas, y el hecho de que repitan visita, un otoño más, ya no parece algo casual.
Todo indica que, a causa de la sequía, esta especie tiende a alejarse de sus humedales habituales en el Sur de España para desplazarse hacia el Norte, sobre todo por la costa levantina, para situarse en zonas tan importantes para las aves como el Delta del Ebro.
Reserva Ornitológica de O Grove
Pero también cabe la posibilidad de que algunos ejemplares prefieran el litoral atlántico, de ahí que acaben refugiándose en Galicia y, más concretamente, en uno de los espacios naturales más importantes para las aves en el noroeste peninsular, como es el Complejo Intermareal Umia-O Grove.
Integrado en la Reserva Ornitológica que gestiona la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), este enclave es lugar de residencia, de paso migracional y/o de invernada para todo tipo de especies aladas, algunas llegadas incluso de Siberia y otras tan llamativas como el elanio azul, el águila pescadora, aguilucho lagunero y el halcón peregrino.
Día Mundial de las Aves
Todas ellas especies que fueron observadas el domingo, junto a las anátidas y limícolas de costumbre, por los participantes en las actividades organizadas por SEO con motivo del Día Mundial de las Aves.
Fue en esa visita, que también permitió descubrir la presencia de un grupo de alrededor de doscientas espátulas, cuando se localizaron dos nuevos flamencos sin anillar, lo cual impide determinar de dónde proceden.
Un adulto y un juvenil
Lo que sí se sabe a ciencia cierta es que uno de ellos es adulto, por lo que cabe la posibilidad de que esté repitiendo visita a esta zona, y que el otro aún tiene plumaje juvenil, por lo que queda claro que es un pollo de este mismo año y que es su primera estancia en el Complejo Intermareal Umia-O Grove.
Lo cual puede deberse, como apuntan los ornitólogos, a que tras el periodo de reproducción los individuos jóvenes se dispersan por distintos humedales ibéricos, y algunos se alejan de su área de distribución habitual, llegando incluso a Galicia.
Una circunstancia que, al repetirse en los últimos años, no debe pasar desapercibida, ya que sugiere la posibilidad de que este territorio forme parte a partir de ahora de las zonas de “acampada” de esta llamativa ave de pico curvo y zancudas patas.
Incluso habría que valorar la posibilidad de que, a medio o largo plazo, los flamencos puedan asentarse y anidar en los humedales arousanos, aunque eso es algo que solo determinará el paso del tiempo.
Gustavo Ferreiro
Sobre todo ello reflexiona Gustavo Ferreiro, máximo responsable de SEO/BirdLife en Galicia y uno de los participantes en la ruta ornitológica desplegada el domingo en O Grove.
Como queda dicho, lo más llamativo de esa salida de campo guiada fue, precisamente, el avistamiento de los flamencos, como también la creciente llegada de aves de invernada, es decir, las que recalan en la Reserva Ornitológica para pasar el invierno.
El punto álgido de este movimiento no se alcanza hasta noviembre o diciembre, como bien sabe el propio Gustavo Ferreiro, pero “el número de invernantes ya es ciertamente notable”.
Migración otoñal
Al igual que lo es el de aves de paso, que es como se conoce a las especies migratorias que ahora huyen de sus cuarteles de cría en el Norte de Europa para avanzar hacia el Sur de España o África, haciendo escala en Galicia para descansar, alimentarse y, en definitiva, reponer fuerzas antes de seguir viaje.
Los hacen tanto las pelágicas, que solo tocan la costa cuando crían, como otras aves migratorias que prefieren los humedales y espacios intermareales, de ahí su llegada ahora a O Grove y su entorno.
Otros casos anteriores
Entre esos visitantes, como se decía antes, los flamencos, que “están pasando mucho más tiempo entre nosotros del que cabría esperar, por eso ya el año pasado aguantaron tantos meses en esta zona y ahora han regresado”, explica el naturalista Gustavo Ferreiro.
Se refiere a los ejemplares localizados por una arousana en septiembre de 2022 cuando se alimentaban en la zona intermareal de Castrelo (Cambados), a la altura de la playa de Fontiña, cerca del banco marisquero de Saíñas.
PIO
Los mismos ejemplares que fueron vistos de nuevo e identificados por SEO y el Programa de Inversión Ornitológica (PIO) del Concello de O Grove al mes siguiente, también con motivo de la salida ornitológica del Día de las Aves.
Esta continuidad en la visita de los flamencos, y sus largas estancias en la zona, es lo que más llama la atención de los expertos, ya que si bien fueron vistos otros años, se trataba de algo puntual, casi anecdótico.
¿Qué habrá sido de Mingos?
Es lo que había sucedido con un ejemplar bautizado como “Mingos” que fue visto en la ensenada de O Grove en agosto de 2015, creyéndose que permaneció en ella hasta principios de 2016, ya que fue identificado en varias ocasiones.
A finales de aquel verano fueron vistos otros tres individuos juveniles repartidos por los humedales costeros arousanos, pero, a diferencia de “Mingos”, se fueron pronto, no sin antes dejar imágenes para el recuerdo en lugares de la ensenada de O Grove como Os Leiros o el entorno del islote Tourís, donde se alimentaban con bajamar y descansaban en pleamar asociándose a los grupos de espátulas presentes en la Reserva Ornitológica.
71 especies diferentes
Dicho esto, hay quye resaltar que además de localizar dos flamencos, la expedición ornitológica del Día de las Aves permitió observar otras muchas especies, nada menos que 70 más.
En PIO y SEO destacan, por ejemplo, la localización de ejemplares de cuchara común, ánade friso, silbón europeo, ánade azulón, ánade rabudo, cerceta común, zampullín común y rascón europeo.
Pero también el avistamiento de gallineta común, focha común, ostrero euroasiático, chorlitejo grande, zarapito trinador, zarapito real, aguja colipinta, aguja colinegra, correlimos común, andarríos chico, archibebe claro y archibebe común.
No podían faltar en la visita las gaviotas, tanto la reidora como la cabecinegra, la patiamarilla y la sombría, además de ejemplares de gavión atlántico, charrán patinegro, cormorán grande, garza real y garcetas grande y común.
Busardo ratonero y halcón peregrino
Entre las especies quizás más llamativas y/o menos vistas en anteriores expediciones estaban la garcilla bueyera o garza ganadera africana (6 ejemplares), la espátula común (214), el águila pescadora, elanio común o azul, aguilucho lagunero occidental, gavilán común, azor común, busardo ratonero, Martín pescador común y el pito ibérico.
La relación se completa con el cernícalo vulgar, halcón peregrino, la alondra totovía, la golondrina común, el mosquitero musical, la curruca cabecinegra, curruca rabilarga, reyezuelo listado, gorrión molinero, jilguero europeo y escribano soteño.
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