El asfaltado de los viales de O Salnés atrapa a cientos de conductores en horario nocturno

Atrapados en las glorietas u obligados a circular por carriles provisionales es lo que sufren estos días los conductores que se desplazan por las principales carreteras de O Salnés, en las que se realizan obras de asfaltados de distinta dimensión con el fin de corregir el pavimento muy dañado por el intenso tráfico de todo el año.

La empresa Marconsa ha recibido hace ya unos meses el encargo de “maquillar” la red, con un presupuesto que ronda los dos millones de euros y contempla trazados completos como la VG-4.7, o circunvalación norte de Vilagarcía, desde Godos a Carril; hasta parcheados alternos en la PO-531, pero que también abarca otros trabajos de afirmado en la mayor parte de los accesos a la llamada Autovía do Salnés, o AG-4.1.

Las obras se llevan a cabo con un programa muy discontínuo y se realiza por tramos, especialmente de noche cuando el tráfico es mucho menos intenso.

Pero los conductores afectados han mostrado ya su malestar por la ejecución de unas obras que interrumpen, día sí y día también, el plan de viaje preconcebido, ya que prolonga entre cinco y diez minutos el tiempo del trayecto.

Marconsa tiene muy bien estudiado el plan, de modo que primero ejecutó el pavimentado integral de la circunvalación a Carril, para luego proceder a actuar a casi veinte kilómetros de distancia, pues las máquinas trabajaron durante toda esta semana en Alba (Pontevedra).

En este municipio han actuado desde la rotonda de O Bao, corrigiendo las rugosidades del carril lento, el más utilizado por los vehículos pesados y, por tanto el más dañado, para cortar luego completamente el paso en las dos glorietas contiguas.

Esta actividad se realizó en horario nocturno y obligó, primero, a promover un largo desvío hacia Campañó y A Caeira, por lo que el tráfico en A Barca se multiplicó.

Al día siguiente, el corte se efectuó ya en la glorieta de Alba, lugar en el que fue imprescindible dar pasos alternos a los vehículos que circulaban en dirección a Vilagarcía y luego a los que se dirigían a la capital del Lérez.

Entre tanto, también se llevaron a cabo algunos trabajos de alisado de zonas dañadas en la misma vía, a la altura ya del municipio de Barro, frente a la ITV (estación de control de vehículos), por lo que quedaría por tanto, realizar trabajos de renovación en el distribuidor del polígono de Barreiros.

La empresa deberá continuar por esta vía hasta llegar a las diferentes estructuras existentes a la entrada del polígono Barro-Meis y luego actuar en la macroglorieta que se diseñó hace una quincena de años para repartir el tráfico que se dirige a las distintas localidades de O Salnés o bien hacia la Autopista del Atlántico (AP-9), entre Tui y Ferrol; quizás la obra de mayor complejidad debido a su dimensión.

En el panel de obras existente en esta misma glorieta se especifica desde hace quince días que se va a proceder a la ejecución de estos trabajos, si bien su visibilidad para los conductores es escasamente efectiva.

Este pasado jueves, el delegado territorial de la Xunta en Pontevedra, Agustín Reguera, visitó la localidad de Vilagarcía, en concreto la zona de Carril por donde discurre una de las carreteras en las que se está desarrollando la mejora del firme. Dicha actuación está casi completa a falta del pintado pero como explicó el responsable “beneficia a varias carreteras que pasan por los municipios de Caldas, Meis, Sanxenxo, Barro, Pontevedra, Poio, Vilagarcía y O Grove, con una inversión de la Xunta de más de dos millones de euros”.

Explicó que con este plan se prevén mejoras en la VG-4.1, la VG-4.7, la AG-4.1, la PO-531 y la PO-306. Y añadió que en concreto “se está reparando el firme mediante fresado y reposición de las zonas que se encuentran deterioradas”. Además, la actuación prevé la aplicación de una nueva capa de rodadura en algunos tramos.

Añade que las obras serán aprovechadas para reponer la pintura de la calzada, así como los símbolos y cebreados en todo el tramo de actuación, con la finalidad última de aumentar la seguridad de los miles de conductores que cada día circulan por esta vías.

En la zona visitada por el delegado, explican, se realizaron obras en toda la longitud de la carretera, desde el kilómetro 0+000 hasta el 7+540. En esta reunión los técnicos de la empresa subrayaron que la primera fase fue el fresado, que se retiró una capa de cerca de cinco centímetros de espesor, y permitió reponer el firme debidamente aplicado por lo que ha vuelto a quedar lista para el tránsito. En esta vía, la obras se encuentran ya en la última fase. Reguera destacó la importancia de estas actuaciones y el trabajo constante de la Xunta para mejorar las vías de su titularidad para garantizar la seguridad.

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