"Las orcas están ahí para que disfrutemos de su presencia"

En las últimas semanas se está hablando mucho de las orcas gallegas, especialmente desde que el domingo hicieron entrada, por insólito que resulte, en la ría de Arousa.

Circunstancia que algunos conservacionistas, biólogos, ornitólogos y apasionados de la naturaleza en general quieren aprovechar para hacer un llamamiento a la sociedad.

Lo hacen animando a todos a “disfrutar del momento” cuando se producen este tipo de avistamientos, presentándolos como algo “tremendamente positivo que es sinónimo de riqueza a en nuestras rías”.

Así se mueven las orcas por la ría

Lo que quieren decir es que las orcas “no deben ser vistas como una amenaza”, de ahí que crean preciso “divulgar entre todos el papel que desempeñan estos animales, para así aprender a respetarlos y contribuir a preservar el medio marino en el que se desenvuelven”.

Valores medioambientales

De lo que se trata es de “implicar al conjunto de la sociedad en la defensa de los valores medioambientales que rodean a las Rías Baixas”, lo cual puede hacerse sin necesidad de tener que llevar un chaleco verde, pertenecer a una organización especializada en el tema ni tener el carné de ecologista.

“La orcas, como los delfines, las ballenas azules y demás especies marinas están ahí para que disfrutemos con su presencia”, claman algunos de los que tuvieron la oportunidad de observar de cerca a tales especies en los últimos días.

Isidro Mariño y Juan Diéguez

Entre ellos Isidro Mariño, el patrón del barco “Chasula”, que es el aula flotante de naturaleza especializada en la observación de aves pelágicas y mamíferos marinos que el domingo se topó con las orcas dentro de la ría.

Junto a él, Juan Diéguez, un experimentado fotógrafo de naturaleza que participa en prácticamente todas las expediciones del Chasula y es consciente de que “quizás para muchos la noticia sea que las orcas pueden atacar un velero o jugar con su timón, a pesar de que se trata de algo puntual”.

Así se disfruta de las orcas desde el "Chasula"

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"Son dóciles"

A su juicio, lo reseñable de verdad es que las orcas, “como las demás ballenas, son normalmente dóciles y no se meten con nadie; en realidad cuando interactúan con naves no se trata de ataques”.

Este conocido conservacionista, autor de algunas de las mejores fotos tomadas el domingo desde el “Chasula”, argumenta que “no son iguales todas las orcas ni tampoco todos los barcos los que se ven implicados en esas interacciones, por lo que hay que pensar, quizás, que dependiendo del tipo de timón que se emplee puede emitir alguna frecuencia o generar algún tipo de espuma que los haga más atractivos para las orcas y despierte su curiosidad”.

Lo que está claro es que “si de verdad las orcas atacaran no se limitarían a destrozar timones, sino barcos enteros”.

Dicho lo cual, Isidro Mariño y Juan Diéguez explican lo sucedido el domingo diciendo que el “Chasula” zarpó de Cambados para, como tantas otras veces, llevar a pasajeros y tripulantes hacia la plataforma continental, buscando mamíferos marinos y, sobre todo, aves pelágicas.

"Experiencia apoteósica"

“Pero cuando nos disponíamos a salir de la ría vimos que las orcas entraban en ella, y aquello se convirtió en una experiencia apoteósica que nos dejó atónitos a todos”, señalan.

Vimos perfectamente a las orcas, avanzando con calma muy pegadas a la costa; una imagen espectacular que llevaremos para siempre en nuestros corazones

Juan Diéguez

— Fotógrafo de naturaleza y conservacionista

“Vimos la inconfundible aleta superior de las orcas y cuando nos dimos cuenta ya todos los que estábamos a bordo del ‘Chasula’ nos estábamos centrando en observarlas y nos habíamos olvidado de las aves”, reflexiona el también ornitólogo Juan Diéguez.

Antes de añadir que “si ya es difícil ver orcas en Galicia, mucho más lo es encontrarlas dentro de la ría, por lo que tenemos claro que quienes estábamos en el ‘Chasula’ asistimos a algo único”.

No están por todas partes

En este sentido, es consciente de que “con tantos teléfonos móviles y redes sociales, parece que ahora las orcas están por todas partes y que todos podemos tenerlas a un metro del barco, pero eso no es así”.

De ahí que el domingo “asistiéramos a sus movimientos por la ría realmente conmocionados; sobre todo en el caso de la gente que viajaba por primera vez en el ‘Chasula’ y que nunca había visto orcas, topándose solo unos minutos después de zarpar con este emotivo y sorprendente regalo que nunca olvidaremos”, espeta el fotógrafo.

Tanto él como los demás participantes en la expedición esgrimen que evitaron acercarse a los cetáceos “para respetarlos lo máximo posible”, aún siendo sabedores de que “no hay precedentes de algo así”.

“Pero vimos perfectamente a las orcas, avanzando con calma muy pegadas a la costa; una imagen espectacular que llevaremos para siempre en nuestros corazones”, sentencia Juan Diéguez.

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El “Chasula “ y su tripulación se toparon con las orcas poco después de zarpar desde Cambados para salir de la ría de Arousa en busca de aves pelágicas; con el interés añadido de que esté a la vuelta de la esquina el movimiento migratorio otoñal.

Ver a las orcas fue un golpe de suerte en toda regla, sobre todo porque esta expedición ni siquiera estaba prevista en el programa de rutas presentado a principios de año.

Se añadió la fecha del 20 de agosto –que ahora pasará a la historia–, al igual que se sumó la del 23 de septiembre, para atender la creciente demanda de plazas que recibe el programa Chasula Birds.

Al hablar de las orcas hay que destacar, igualmente, que la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos (Cemma), encargada de la Red de Varamientos de Galicia, ha podido identificar a dos de ellas.

La técnica de la fotoidentificación permite concluir que se trata de “Gael” y “Prior”, dos hermanos de 10 y 6 años, respectivamente, que “no fueron observados nunca interaccionando con barcos pesqueros o veleros”, por lo que se cree que no participaron en el encontronazo del sábado con un yate francés entre las islas de Ons y Sálvora.

En la Cemma llegan a decir que son dos orcas “de un carácter muy tranquilo y pacífico”, como pudieron comprobar cuantos el domingo iban a bordo del barco “Chasula” cuando los animales fueron vitos en Arousa.

Estos dos individuos han sido identificados gracias al Grupo de Investigación Internacional Orca Atlántica (GTOA), donde confirman que las dos orcas en cuestión fueron observadas en aguas del Estrecho de Gibraltar.

Y no solo eso, sino que se aclara que “Gael” entró a principios de año en la costa marroquí “con un sedal y un anzuelo clavado en un costado”.

Otro dato llamativo apuntado por la Cemma es que “estas orcas pertenecen a una pequeña comunidad compuesta por cuatro ejemplares que en estos momentos no están siendo observados juntos”.

Esto es tanto como decir que, tal y como indicaba FARO en los últimos días, son varias las familias que se encuentran “disfrutando” de las Rías Baixas.

Pero no solo son un espectáculo las orcas e incluso tiburones como las quenllas nadando cerca de la orilla. También lo es la incesante actividad de los delfines mulares o arroaces cerca de la orilla, a lo que hay que sumar la abundancia de ballenas, incluida la azul, en la costa de las Rías Baixas.

No es nueva la presencia de los arroaces en aguas arousanas, por muchos de ellos empleadas como guardería, propiciando así el desarrollo de sus recién nacidos, y usadas por otros como despensa, aprovechando la abundancia de alimento en el entorno de las bateas.

Ya se ha hablado de ello en multitud de ocasiones anteriores, sobre todo a raíz de los trabajos científicos realizados por el Instituto para el Estudio de los Delfines Mulares (BDRI, por sus siglas en inglés), con sede en O Grove.

Lo que resulta más llamativo y difícil de ver es cómo los arroaces cazan a pie de playa, prácticamente quedándose varados sobre la arena y empleando técnicas de ataque que se asemejan mucho a las empleadas por las mismísimas orcas cuando en otras latitudes acorralan a las focas en la orilla.

De ahí que muchos bañistas llegaran a confundir a las dos especies en las últimas jornadas, sobre todo en A Illa de Arousa, O Grove y Cabío (A Pobra do Caramiñal), que es donde más se está haciendo notar la presencia de los arroaces.

En algunos casos se aprecia perfectamente cómo con su cabeza y su cola golpean con virulencia a los peces, lanzándolos incluso varios metros sobre el agua.

Como el gato con el ratón

Lo hacen tanto para aturdirlos y alimentarse como para jugar con ellos, al igual que el gato hace con el ratón y como los propios delfines juegan en ocasiones con algas que sacan del agua con su hocico.

Unas acciones que incluso realizan para enseñar técnicas de caza a las crías, que parecen ser abundantes este año.

“Efectivamente, se trata de delfines empujando a sus presas hacia aguas poco profundas para alimentarse de ellas; una acción que hemos observado con anterioridad, incluso en la isla de A Toxa”, explica Bruno Díaz López, director del BDRI.

Lo hace tras visionar alguno de los vídeos que muestran los ataques de delfines a ejemplares de gran tamaño mújol (Múgil cephalus), un pez popularmente conocido como múgel, múgil, mugle, llisa, liza, albur, cabezudo, capitón o corcón.

Nueva temporada de investigación científica en el BDRI

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Para añadir que esta “es otra prueba más de la abundancia de alimento que hay en las rías gallegas”, lo cual, a la postre, también provoca la aludida llegada de orcas, ballenas y quenllas.

Todo ello, tanto esa nutrida presencia de los grandes mamíferos marinos dentro y fuera de las rías, como las cacerías de los delfínidos en las playas, se están convirtiendo en las escenas más buscadas y fotografiadas por los atónitos bañistas este verano.