Las cofradías reclaman “una fuerte dotación económica” para recuperar el marisqueo

La pérdida de productividad en la ría vuelve a desatar las críticas y la demanda de soluciones

Integrantes de la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa, ayer. |  // IÑAKI ABELLA

Integrantes de la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa, ayer. | // IÑAKI ABELLA / Manuel Méndez

Manuel Méndez

Manuel Méndez

La Plataforma en Defensa da Ría de Arousa (PDRA) ha vuelto a posicionarse ayer en relación con la preocupante pérdida de productividad de los bancos marisqueros arousanos, en otras ocasiones motivo de lamento tanto para este colectivo como para los propios mariscadores, depuradores, comercializadores e incluso consumidores, que pagan las consecuencias de la escasez de bivalvos viéndose obligados a soportar una igual de llamativa subida de precios.

Formado por cofradías, ecologistas y mejilloneros, dicho colectivo insiste en pedir ayuda a la Xunta, tras constatar, como se ha explicado en repetidas ocasiones durante los últimos tiempos, que la producción está en caída libre.

Las causas

La contaminación, furtivismo, riadas, depredadores, plagas como la Marteilia e incluso una deficiente gestión de los planes de explotación, tanto a manos de la Consellería do Mar como responsabilidad de las propias cofradías, son algunos de los factores determinantes que ahora llevan a la PDRA a exigir soluciones.

Presidida por Xaquín Rubido, esta entidad alerta de las consecuencias económicas que tiene para cientos de familias la pérdida de productividad marisquera, llegando a decir que las pérdidas en el año 2022 alcanzan los 10 millones de euros.

Detalla, incluso, que se perdieron 4,5 millones de euros por la disminución de almeja babosa, unos 3,4 millones en el caso de la fina y algo más de un millón de euros con la almeja rubia.

"Deterioro progresivo"

Pérdidas económicas que son fruto de “un deterioro progresivo de la ría” que, a juicio de la PDRA, queda patente en la disminución del número de permisos de explotación marisquera y la “pérdida de mejilla” en las rocas del interior de la ría.

Es por ello que la PDRA considera “urgente” que la Xunta “deje de mirar para otro lado y de desviar el foco del problema dando explicaciones que no se ajustan a la realidad ni se sustentan en datos científicos”.

Lo que hay que hacer, a juicio de cofradías, bateeiros y ecologistas, es “reconocer que el problema existe, realizar un estudio multidisciplinar que analice las causas del progresivo deterioro y afrontar un plan de regeneración de los bancos marisqueros”, imprimiendo en los mismos “una fuerte dotación económica”.

Regeneración y resiembra

Se trata, en definitiva, de dar continuidad a acciones de regeneración y protección como las llevadas a cabo por la Consellería do Mar en los últimos meses, cuando además de sufragar el paro biológico por cese de actividad y pérdida de productividad del libre marisqueo se sembraron cientos de miles de unidades de almeja en bancos marisqueros como el de O Bohído.

No seguir invirtiendo para salvar el marisqueo, advierten los ahora denunciantes de su declive, provocará “el abandono de la actividad por parte de muchas personas y, a medio plazo, se favorecerá la introducción de la acuicultura industrial en el espacio marino, en sustitución del cultivo tradicional”.

Competencia portuguesa

Del mismo modo que se propicia desde hace ya mucho tiempo la llegada de almeja de Portugal al objeto de satisfacer la demanda que no puede atender la producción gallega.

Dicho todo esto, y desde el convencimiento de que la escasez de producto en la ría también “incrementará los conflictos” –en clara alusión a la “guerra de la mejilla” y al furtivismo–, la PDRA termina pidiendo a la administración “que cumpla con sus obligaciones y dedique los recursos económicos, materiales y humanos necesarios para abordar con seriedad el problema existente”.

Un fracaso, tanto en libre marisqueo como en concesiones

Esta demanda es una forma de asumir que el marisqueo no deja de arrastrarse en la ría, si bien es cierto que la subida de precios puede llegar a compensar la disminución de volumen.

Es un fracaso en las zonas comunes, es decir, las que se reservan al conocido como libre marisqueo y que gestiona parte del sector, a través de la asociación Rañeiros da Ría.

Pero es también un fracaso cada vez más evidente en las concesiones que tienen asignadas diferentes cofradías, dejando patente que también en estos casos son más que necesarios los planes de regeneración.

Arado y resiembra

Y es cierto que ya se llevan a cabo resiembras, labores de arado del substrato y otras acciones, tanto a instancias de los pósitos como de la propia Xunta de Galicia, pero parece que son insuficientes, a juzgar por la pérdida de productividad tantas veces denunciada y de la que ahora vuelve a hacerse eco la PDRA.

Baste recordar, para entender mejor el fracaso que parece experimentar esta actividad que se practica tanto a pie como a flote, que la pasada campaña del libre marisqueo tuvo que ser interrumpida bruscamente a petición del propio sector, siendo necesario establecer un paro biológico subvencionado de tres meses para compensar a armadores y tripulantes por las pérdidas sufridas.

El caso de Cambados

Durante ese tiempo muchos mariscadores estuvieron parados, volviendo a la actividad en los últimos días en terrenos asignados a sus cofradías, y también en estos casos se constata, como se decía antes, que algo falla.

En Cambados, por ejemplo, sus concesiones parecen totalmente agotadas, tal y como advertían los informes previos.

En ellos ya se alertaban de una escasez de bivalvos, y la vuelta al trabajo diario lo confirma, pues el martes, sin ir más lejos, únicamente se subastaron en su lonja 68 kilos de babosa, 66 de fina, 25 de almeja rubia y 792 de japónica. Ayer fueron 100, 48, 44 y 787 kilogramos de dichas especies, respectivamente.

El mayor problema: la almeja fina, la babosa y la rubia

Para hacer valer su preocupación y sus reivindicaciones, la PDRA se aferra a los datos de producción de almeja fina, babosa, rubia, berberecho, japónica y relojito manejados en las lonjas de Arousa entre los años 2002 y 2022, incluidos.

Periodo en el cual estas especies sumaron más de 79.000 toneladas que generaron unos ingresos en primera venta de 703 millones de euros.

Argumenta la PDRA que la almeja fina, con un descenso constante desde 2013, registró una producción media de 329 toneladas anuales en el período 2002-2022, limitándose el año pasado a 134 toneladas, lo cual supone un descenso del 59,3%.

Por su parte, la producción media de la babosa, en decadencia desde 2015, es de 556 toneladas al año, quedándose en 2022 en solo 176, es decir, con una pérdida del 68,4%.

De la almeja rubia, más de lo mismo, pues su producción media es de 292 toneladas, y el año pasado se quedó en 94, elevándose así las pérdidas en Arousa hasta un 67,8%.

Berberecho y japónica

En cuanto al berberecho, de una producción media de 716 toneladas anuales en las dos últimas décadas se pasó el pasado ejercicio a 553, lo cual, en este caso concreto, representa “una leve recuperación”, como reconoce la PDRA.

Una buena noticia que lo es más en el caso de la almeja japónica, ya que su producción media es de 1.329 toneladas y en 2022 la superó, para situarse en 1.355 toneladas vendidas en lonja.

Es “la única especie de almeja que supera la media”, lo cual se debe, según la plataforma, a que “esta especie foránea es más resistente a las condiciones adversas y está ampliando su distribución”.

Por último, el reloj o relojito supone una producción media de 523 toneladas anuales, lo cual acredita su condición de “especie acompañante”.

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