Entrevista | Cristina Constenla Pediatra de A Illa y Ribadumia

“Huir del sedentarismo es la mejor opción de lucha contra la obesidad”

“Sufrir esta patología puede acabar derivando en una situación muy problemática de autoestima”

Cristina Constenla a las puertas del centro de salud de A Illa.

Cristina Constenla a las puertas del centro de salud de A Illa. / Noé Parga

A. G.

El pasado día 4 se celebró el Día Mundial contra la Obesidad, uno de los grandes males que afecta a una sociedad excesivamente sedentaria y no siempre correctamente alimentada. Es por ello que la responsable del servicio de pediatría de A Illa y Ribadumia, Cristina Constenla, ha organizado unas charlas en los dos centros de salud en los que ejerce para concienciar a las familias de la importancia de la alimentación y de los hábitos saludables. Serán hoy en Ribadumia y mañana en A Illa, de 13.00 a 14.00 horas y contará con la colaboración de la nutricionista Gloria Sendón y de la enfermera Beatriz Crespo.

–¿Qué tenemos que hacer para evitar la obesidad, especialmente a edades muy tempranas?

–Llevar hábitos de vida saludables. Estos se forjan en los primeros años de vida y lo hacen dentro del ámbito familiar. La obesidad es un tema muy sensible porque hay todo un sistema de creencias que debemos ir desmontando para que los niños tomen la mejor decisión para la que será su vida, y eso pasa por moverse, hacer ejercicio físico y, sobre todo, huir del sedentarismo, algo que no siempre es fácil. A ello hay que sumar que la pandemia no fue precisamente una ayuda, ya que provocó un incremento en el número de personas, tanto niños como adultos, que sufren esta patología. La idea es hacer un acto informal donde se involucren las familias, una charla corta con nosotras sobre esos hábitos saludables y, sobre todo, en saber identificar las trampas que llevan a acabar sufriendo obesidad, así como utilizar las herramientas adecuadas para evitarla.

–¿A qué se debe que, cada vez más, exista un índice más alto de niños obesos?

–Es todo una cadena que va desde los alimentos de baja calidad, que son los más baratos en los supermercados, hasta la ausencia de ejercicio físico y sedentarismo. Ambos factores son modificables cambiando nuestros hábitos de vida. A estas circunstancias habría que sumar el papel que juega la genética, que es muy relevante en una cuestión como la obesidad

–Pero la genética no es un factor modificable.

–Es uno de los factores que no se puede modificar, pero si se puede controlar, ya que siendo conscientes de nuestro problema nos permite conocer si podemos comernos tres trozos de tarta o uno solo. No es el único factor no modificable, hay otros, como la prematuridad; la lactancia materna, que reduce las probabilidades de obesidad cuanto más tiempo se recibe; o cómo estuvo la madre durante el embarazo, sobre todo si consumió sustancias tóxicas para el organismo. Todos estos factores van a determinar como va a ser tu salud. Los modificables son los relacionados con el entorno, la autoestima, como me desarrollo a diario, si cojo el coche o voy andando, si me quedo en el sofá o voy a caminar. Son hábitos de vida y para los pequeños siempre es importante tener referentes, y esos suelen ser sus padres.

Todo lo que lleve la palabra “milagro” acompañando no suele ser real, y en las dietas menos

–¿Puede la obesidad derivar en un grave problema psicológico?

–Si, puede acabar convirtiéndose en una situación muy problemática que afecte, sobre todo, a la autoestima. Desde que somos muy pequeños se hacen comparativas y, en una época de la vida en la que estás todavía desarrollando tus propias herramientas te encuentras con esa etiqueta, de que el mundo te rechaza, de que no eres como deberías ser, ... , esto se puede convertir en un lastre para el resto de tu vida.

–Es por eso que mucha gente recurre a las dietas milagro

–Todo lo que lleve la palabra “milagro” acompañado no suele ser real, y en las dietas menos. Es normal que queramos creer, que pensemos que nuestro esfuerzo encontrará un premio inmediato, pero cambiar los hábitos de vida lleva su tiempo. Nuestro papel, como cuidadores de la salud, es importante para motivar a la gente de que sean conscientes de que el cuerpo tiene que estar siempre en un equilibrio.

–¿Qué pasos pueden dar los padres para evitar un problema de obesidad?

–Eso es un tema muy complejo. La primera pregunta que nos debemos hacer es que estamos haciendo, de que manera estamos contribuyendo a esa situación. No son los niños los que hacen la compra, por eso debemos ser los padres los que revisemos nuestra conducta. Cuesta mucho. No es fácil exteriorizarlo, pero la sanidad pública, el Servizo Galego de Saúde, cuenta con recursos en atención primaria, como somos los pediatras o los nutricionistas, para dejarse guiar y caminar hacia hábitos de vida saludables, o lo que es lo mismo, reaprender a cuidarnos.

–¿Deben ser protagonistas los niños en la lucha contra la obesidad?

–Los niños deben estar empoderados y participar en las decisiones familiares elaborando un menú semanal de forma conjunta y participando en la compra. Hay que ser positivos y que aprendan lo que es mejor para ellos haciéndolo divertido y planificándolo todo. Cuando los pequeños están involucrados en la dinámica de vida ellos mismos ayudan a sus padres. Además, ahora hay muchas herramientas accesibles y gratuitas avaladas por el Sergas y nuestras puertas siempre están abiertas para dar consejo.

Constenla en la consulta del centro de salud de A Illa

Constenla en la consulta del centro de salud de A Illa / Noe Parga

[object Object]

–Siempre se habla de que la obesidad es un mal que afecta más a las clases más bajas que a las altas ¿Es tan así?

–La obesidad es un mal muy transversal, no por pertenecer a una familia con más dinero o mejor clase social no vas a sufrirla. Ahora bien, es cierto que si tus ingresos no te permiten acceder a alimentos de calidad, si te cuesta llegar a final de mes, pues va a ser más complicado, o imposible, adquirir alimentos de calidad, ya que son los más caros. Ese es un factor discriminatorio injusto, pero hay otros factores para los más pequeños. Los padres venimos de una generación en que las abuelas echaban dos huevos más a la sartén porque no querían que sus nietos pasasen hambre, como le ocurrió a ellas; en los supermercados distribuyen los productos de una determinada forma; comemos chuches cuando nos aburrimos, ... La vida está llena de trampas y debemos ser inteligentes para sortearlas. No se trata de tener un cuerpo tremendo, simplemente de estar sano.

Suscríbete para seguir leyendo