¿Pescado y marisco?: A patadas y barato

Abundancia y variedad en lonjas y plazas de abastos; lo que falta es el dinero

La plazas se caracterizan estos días por la abundancia de producto, sobre todo lenguado, lubina y especies similares.

La plazas se caracterizan estos días por la abundancia de producto, sobre todo lenguado, lubina y especies similares. / M. Méndez

Manuel Méndez

Manuel Méndez

El precio actual no tiene nada que ver con el de Navidad –en algunas especies está por la mitad–, hay abundancia y variedad de producto, la calidad es máxima y en las plazas de abastos y pescaderías no se sufren las aglomeraciones propias de las fiestas navideñas o del verano.

Así es el día a día en febrero, tradicionalmente el “mes del cocido”, en los puntos de venta de pescados y mariscos.

En mercados municipales como el de Vilagarcía de Arousa, donde ayer, como cada sábado, era día grande –por aquello de coincidir con el mercadillo ambulante–, se apreciaba cierto colapso de producto en los puestos de venta, con una ingente cantidad de lenguado, lubina y otras muchas especies.

"Mejor de precio que nunca"

“Hay pescado y marisco a patadas y está mejor de precio que nunca”, indicaban los placeros consultados.

“El problema es que la gente no compra –añaden las pescantinas–, ya que se está notando mucho la crisis, y en febrero la gente piensa más en el cocido y los carnavales, de ahí que no se incline tanto por pescados y mariscos”.

"No hay dinero"

“Se nota que no hay dinero y que a la gente le cuesta llegar a fin de mes, por eso las ventas se han paralizado desde que empezó el año”, esgrimen otros vendedores.

Una de las vendedoras de la plaza vilagarciana, ayer.

Una de las vendedoras de la plaza vilagarciana, ayer. / M. Méndez

“Enero y febrero son los mejores meses para comprar todo tipo de pescados y mariscos, como la cigala, el centollo y otros muchos, ya que tienen tanta o más calidad que en diciembre, y están mucho mas baratos que entonces”, apostillan los compradores.

Lo cierto es que hay especies que “han bajado una barbaridad su precio” respecto a las cotizaciones de hace un par de meses, coinciden en señalar unos y otros.

Más descargas

Como también lo es que las descargas en las lonjas se han multiplicado con el arranque de febrero, ya que ha coincidido con el fin de la sucesión de temporales que habían provocado el amarre de la flota, prácticamente durante todo el mes de enero.

De ahí que las descargas masivas de mercancía en los muelles se traduzcan en una no menos notoria presencia de pescados, mariscos y cefalópodos en los mercados de abastos, pescaderías y supermercados.

O Grove y Cambados

Tal y como ayer podía comprobarse no solo en Vilagarcía, sino también en O Grove, Cambados y otros puntos de la comarca, en cuyas plazas de abastos había lenguado a 20 y 22 euros, como el coruxo y el rodaballo de la ría.

Una clienta pagando en la plaza vilagarciana, ayer.

Una clienta pagando en la plaza vilagarciana, ayer. / M. Méndez

Además de lubina de entre 14 y 20 euros –dependiendo del tamaño– y centollo oscilando entre los 15 y los 22, dependiendo de si era macho o hembra y de la procedencia, ya que el grovense sigue pagándose más caro.

Con el pulpo de mejor tamaño a 15 euros –si conservaba todas las patas–, también pueden citarse al rapante, vendido ayer a 10 y 16 euros el kilo en las plazas, y la cigala, alguna “realmente bonita”, que podía encontrarse a 30, 35 y 45 euros.

Producto a la venta en la plaza, ayer.

Producto a la venta en la plaza, ayer. / M. Méndez

Incluso el camarón, a 35 y 45 euros el kilo, presentaba un precio más que aceptable, teniendo en cuenta su buen tamaño.

"Algunos pescadores deportivos no van para comer, sino para vender"

Al hablar de la actualidad en las plazas hay que decir que los vendedores se quejan de la “competencia desleal” que ejercen los pescadores recreativos.

Hace días se explicaba que cada vez son más los ciudadanos que, a causa de la crisis, deciden irse de pesca al muelle para conseguir un puñado de chopos y unas caballas.

“La gente necesita comer”, decían algunos de esos pescadores, haciendo hincapié en que este tipo de pesca tiene por finalidad el consumo propio.

Sin embargo, en los mercados de abastos se encuentran con clientes que “cuando vienen a comprar dicen que no quieren caballa o chopo porque ya se lo llevan a casa sus vecinos, que  van a pescar casi a diario a los muelles para después regalar o vender las capturas”, señalan las pescantinas.

Pescadores deportivos en el muelle de pasajeros vilagarciano.

Pescadores deportivos en el muelle de pasajeros vilagarciano. / M. Méndez

Esto es tanto como decir que “existe un alto porcentaje de pescadores deportivos que actúan de forma ilegal, y eso es algo que nos perjudica tanto a nosotros como a los pescadores profesionales”, sostienen los placeros.

"Está claro que algunos pescadores deportivos no van al muelle para coger cuatro chopos para comer, sino que lo hacen para venderlos después puerta a puerta", apostillan algunos pescaderos.

Casi 70.000 licencias

Procede destacar que en Galicia hay 69.018 licencias de pesca recreativa en vigor, correspondiendo 66.223 a permisos para pesca desde superficie, ya sea desde tierra firme o a bordo de una embarcación recreativa de la séptima lista.

Uno de los pescadores deportivos o recreativos que frecuentan el puerto vilagarciano.

Uno de los pescadores deportivos o recreativos que frecuentan el puerto vilagarciano. / M. Méndez

Se completa la relación con 2.785 licencias para pesca submarina y 10 de la sexta lista, es decir, para embarcaciones deportivas o de recreo que se explotan con fines comerciales, como las actividades o experiencias de pesca por un día.

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