Cada vez hay más gente pescando en los muelles, a pesar de que se prohibiera esta práctica en muchos de ellos. “Nunca vino tanta gente como ahora”, explican los propios pescadores.
Cuando se les preguntan las razones, algunos responden que les apasiona la pesca deportiva y que siempre la practicaron. Pero la mayoría contesta que ahora lo hacen “por necesidad”, ya que “es una forma de ahorrar unos euros”.
Pensiones ridículas y bajos sueldos
Quienes así se posicionan son contundentes: “Con los bajos sueldos que hay ahora y las pensiones ridículas que tenemos muchos de nosotros, no hay dinero en casa para llegar a fin de mes, y mucho menos para ir a comprar pescado”.
Con los bajos sueldos que hay ahora y las pensiones ridículas que tenemos muchos de nosotros, no hay dinero en casa para llegar a fin de mes, y mucho menos para ir a comprar pescado
Pero “la gente tiene que comer, y o bien nos vamos a robar o venimos a pescar al muelle para tener algo que llevar a casa”, esgrimen.
Abundando en ello, estos pescadores relatan que “los precios se han disparado en todos los productos de alimentación, y no todos podemos comer pescado porque es imposible pagarlo a los precios que tiene en las plazas de abastos y supermercados”.
Con o sin licencia
Así que, ni cortos ni perezosos, agarran su caña y se van de pesca al muelle, ya sea de forma legal, previo pago de la correspondiente tasa –apenas 4 euros– o de un modo clandestino, prescindiendo de cualquier permiso para realizar una actividad que consideran “legítima”, ya que “pescamos para consumo propio”, argumentan.
Se trata de “coger cuatro chopos y, con un poco de suerte, también algunas caballas, fanecas o lorchos”, esgrimían varios pescadores en el muelle de pasajeros de Vilagarcía, donde el miércoles se contaban hasta medio centenar de personas y sesenta o setenta cañas, ya que algunos las largaban a dos manos.
Con cebo y potera
“Hay días en los que incluso somos muchos más”, aseguraban esos pescadores, algunos con poteras en su sedal, en busca de chopos, y otros utilizando boyas para pescar “xarda”, tanto con ayuda de vinilos como con cebo natural, sobre todo poliquetos (miñoca).
Los había realizando sus lances tanto por la cara interior del muelle, como por la exterior. Y había tanto hombres como mujeres, la mayoría pensionistas o jubilados.
"Imposible subsistir"
“Con nuestras pensiones es imposible subsistir, así que pasamos la tarde aquí y nos vamos a casa contentos y orgullosos cuando llevamos algo de comida”, indicaba una de las pescadoras.
Lo hacía mientras, como los demás, bromeaba con José, un conocido pescador también jubilado de Vilagarcía que el miércoles estaba dando una auténtica “lección” a todos los presentes, que no dejaban de comentar las constantes capturas de aquel hombre.
También lo hacían algunos de los muchos curiosos que, al pasear por el muelle, no podían evitar acercarse a observar de cerca a aquel nutrido grupo de gente provisto de cañas ocupando un espacio de apenas veinte metros lineales.
“Aquí se puede”
“Hay sitios en los que está prohibido, pero aquí se puede, así que vamos a aprovechar mientras nos dejen”, manifestaba otro de los pescadores presentes.
“Con apenas cincuenta euros puedes conseguir una caña, sedal, boya y cebo o potera para venir a pescar durante meses, salvo que tengas la mala suerte de que se te rompa el material y tengas que comprar repuestos”, indican los pescadores recreativos.
Una inversión
Aún así, consideran que es una cantidad que vale la pena desembolsar porque “puede salir rentable venir a pescar al muelle si cada dos o tres días puede llevar a casa unos chopos y algo de pescado”.
En la otra punta del muelle, frente a la rampa de O Cavadelo, otros pescadores vilagarcianos –en este caso de mediana edad–, reconocían que se iniciaron en esto de la pesca recreativa este mismo año.
Y confirmaban que, si bien les gusta esta actividad, la practican por cuestiones económicas, ya que “hay que buscar el modo de ahorrar todo lo que se pueda en la cesta de la compra”.