Procesión de los lacones: una historia religiosa que desencadenó la peste

Las ofrendas a los santos volvieron a pasearse por las aldeas

Un momento de la procesión de los lacones.

Un momento de la procesión de los lacones. / INAKI ABELLA DIEGUEZ

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Como cada 2 de febrero, los cristianos celebraron la fiesta de la Candelaria, marcada en el calendario de localidades como Cambados y Valga, en este caso con la tradicional procesión de los lacones.

Pero es, también, una jornada muy especial desde un punto de vista profano, ya que se conmemora el Día Mundial de los Humedales.

Por si no fuera suficiente, hay otro motivo de celebración que mezcla esas dos vertientes, la religiosa y la medioambiental, ya que la Candelaria marca, en cierto modo, el inicio del periodo de cría de las aves. Antiguamente se decía en el rural que es el día que se casan los pájaros.

Complejo Intermareal

Lo cierto es que en la fiesta de la Candelaria todas la miradas apuntan cada año a localidades como O Grove, Valga y Cambados. En el caso de la primera, por disponer de uno de los humedales más importantes de España, donde ayer, como en el resto del mundo, se conmemoraba el día internacional con el que llamar la atención sobre la importancia de estos espacios naturales.

En cuanto a los pueblos cambadés y valgués, eran puntos de máxima expectación gracias a las actividades religiosas que se llevaban a cabo.

Valga celebró su tradicional procesión de los lacones, con las mujeres abriendo el desfile y portando sobre sus cabezas las patas de cerdo que, a modo de ofrenda, acompañan a los santos.

Valga celebró su tradicional procesión de los lacones, con las mujeres abriendo el desfile y portando sobre sus cabezas las patas de cerdo que, a modo de ofrenda, acompañan a los santos. / Manuel Méndez

En la villa del albariño, por ejemplo, destacaron los oficios religiosos en la capilla de O Hospital y las bendiciones de las velas y los niños.

San Blas

Hoy se celebra San Blas, con la misa de bendición de los panes. Al igual que se hace en Meaño, durante todo el día, y en Valga, donde además es festivo local y se desarrolla el tradicional almuerzo de confraternidad entre empresarios y dirigentes políticos.

La llegada de los lacones a la iglesia.

La llegada de los lacones a la iglesia. / INAKI ABELLA DIEGUEZ

En esta localidad del bajo Ulla, no obstante, hay que destacar la fiesta de la Candelaria vivida ayer, ya que se celebraba la tradicional y siempre emotiva y concurrida procesión de los lacones, con la que se mantiene viva una tradición iniciada en el siglo XIX, cuando la peste acabó con buena parte del ganado y los vecinos decidieron pedir la mediación de los santos, para lo cual les realizaron todo tipo de ofrendas.

Desde Vilar

De ahí que, como cada 2 de febrero, los feligreses recorrieran un trayecto de casi cuatro kilómetros para avanzar por las aldeas situadas entre Vilar y la iglesia parroquial de Cordeiro, acompañando con devoción y fervor a las imágenes de San Antonio, San Roque y San Paio.

Lo más característico es que son las mujeres las que abren este desfile, portando sobre sus cabezas las cestas de mimbre en las que trasladan como ofrendas las pesadas y saladas patas de cerdo que después se subastan.

San Antonio y San Roque

San Antonio y San Roque realizaban así el recorrido inverso al que efectuaron el pasado día 25 de enero, cuando con motivo de la fiesta de San Pelayo (San Paio) eran conducidos a la ermita de este último, en Vilar, desde la parroquial.

Un hombre que quiso sumarse al traslado de los lacones.

Un hombre que quiso sumarse al traslado de los lacones. / INAKI ABELLA DIEGUEZ

Fue pasadas las diez de la mañana cuando comenzó la procesión de los lacones, después de que se oficiara una misa y se bendijeran las velas a cargo del sacerdote Manuel López Castro.

El llamativo recorrido religioso, que ya forma parte de la historia de Valga, avanzó por Vilarello, Moldes, As Eiras, Outeiro, Ferreirós y Beiro, anunciándose su llegada a cada uno de esos lugares mediante una salva de bombas.

Altares adornados

Y esos puntos, previamente engalanados por los vecinos con acacias, camelias, naranjas y otros artículos, servían como lugar de avituallamiento a los romeros, que dejaban descansar a los santos en los altares habilitados para la ocasión mientras reponían fuerzas antes de retomar el camino.

Un alto en el camino.

Un alto en el camino. / INAKI ABELLA DIEGUEZ

Especialmente durante la parada de Ferreirós, donde la tradición dice que se sirva a los participantes un aperitivo a base de vino, refrescos y dulces.

Trece patas de cerdo

Fue así, detallan en el Concello de Valga, como desde Vilar salieron en procesión nueve lacones, a los que se sumaron cuatro más en Vilarello, donde “los niños de la escuela unitaria salieron a saludar a la procesión y bailaron con la música del grupo de gaitas Aires do Río Vello”, llegado desde Isorna (Rianxo).

La procesión volvió a reunir a numerosos vecinos.

La procesión volvió a reunir a numerosos vecinos. / INAKI ABELLA DIEGUEZ

Ya en el entorno de la iglesia parroquial de Santa Comba de Cordeiro, y tras dar una vuelta alrededor de la misma, se procedió a introducir a los santos y las ofrendas en el templo.

Comenzaba así una misa cooficiada por los curas Manuel López y Arturo Lores que dio paso a la arraigada “Poxa dos lacóns”, los cuales alcanzaron precios de entre 30 y 65 euros, recaudándose un total de 580 euros, destinados a la parroquia.

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