Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

O Salnés finaliza una magnífica cosecha de tinto Barrantes

Los productores insisten en la necesidad de que se legalice esta variedad híbrida

Ramón Pintos, ayer en su viñedo de “folla redonda” de A Bouza (Besomaño). | // PABLO HERNÁNDEZ

Los cosecheros de “folla redonda” afrontan la recta final de la vendimia. La mayoría de ellos ya han terminado la recolección, y los que por una razón u otra han empezado más tarde prevén finalizarla esta semana. Es el caso de Ramón Pintos, veterano productor de la parroquia de Besomaño, en Ribadumia, que ayer vendimiaba en una finca del lugar de A Bouza, y que está muy satisfecho con el balance de la campaña. “Este año tengo el doble de vino que el año pasado”, aseveró.

La práctica totalidad de los productores de tinto tipo Salnés que también cultivan albariño acostumbran a empezar la vendimia por esta última variedad blanca. El albariño resiste peor las embestidas de las primeras lluvias de otoño, tiene un mayor interés comercial y está sujeto a los pedidos de las bodegas, de ahí que los cosecheros prioricen su recolección con respecto a la variedad tinta “folla redonda”.

Concluida la vendimia del albariño, arranca la de esta uva híbrida, tan tradicional de la parte central de O Salnés, sobre todo en municipios como Ribadumia, Meis, Cambados o Vilanova. La presente cosecha se está caracterizando por el buen estado sanitario general de la uva, y por su relativa abundancia. “Hay en torno a un 60 por ciento más que hace un año”, afirma una persona vinculada al sector que prefiere mantenerse en el anonimato debido a la situación de alegalidad en la que sigue inmerso el tinto tipo Barrantes.

Para el cosechero Ramón Pintos, precisamente, lograr el reconocimiento oficial de esta variedad de uva y, consecuentemente, del vino que produce sería un paso fundamental para que esta práctica agrícola no termine por desaparecer en O Salnés. “Si se legalizase podríamos trabajar con tranquilidad, porque ahora andas con este vino como si fuese un producto de contrabando”, lamenta.

50 aniversario de la fiesta

El alcalde de Ribadumia, David Castro, ha impulsado un proceso para la legalización del tinto Barrantes, para lo cual es imprescindible la complicidad y apoyo de la Consellería do Medio Rural de la Xunta de Galicia. En este sentido, el regidor ha manifestado que, “estamos pendientes de reunirnos con la Consellería para recordarles que para nosotros es imprescindible regularizar esta variedad”.

La variedad de uva tinta “folla redonda” no está reconocida oficialmente porque es el resultado de la hibridación de dos plantas, que se habría hecho a finales del siglo XIX o principios del XX tras una plaga de filoxera que arrasó buena parte de los viñedos autóctonos existentes entonces. Esto hace que el tinto tipo Barrantes esté sumido en un limbo administrativo y legal. Por una parte, la administración conoce y tolera su existencia, pero por otra mantiene la puerta abierta a la imposición de cuantiosas multas económicas a quien venda este caldo.

Una situación que Ribadumia quisiera cambiar. “Cada vez son más los viticultores que demandan la legalización”, continúa David Castro. En este sentido, el alcalde recuerda que el tinto es una fuente de riqueza económica en el rural de buena parte de O Salnés, y que además forma parte de la gastronomía tradicional gallega, al ser un acompañante habitual de platos como el pulpo “á feira”, el cocido o la carne “ao caldeiro”.

Pero, además, plantea que la situación de ilegalidad más o menos consentida en la que se encuentra actualmente el Barrantes puede terminar haciendo estériles todo los esfuerzos que Ayuntamiento y cosecheros han realizado durante años para dignificar esta producción mediante la Festa do Viño Tinto do Salnés, que se celebra cada primer fin de semana del mes de junio.

“En 2023 esta fiesta cumplirá 50 años, y creemos que es el momento de que las administraciones tomen cartas en el asunto”, resalta Castro. El alcalde de Ribadumia advierte de que con el escenario actual incluso salen beneficiados quienes recurren a la picaresca de ofrecer en sus negocios tinto Barrantes, “cuando la realidad es que en muchos casos no lo es”.

“Para nosotros, la regularización de este vino es un asunto prioritario”, remacha David Castro, quien añade que la legalización de este caldo en ningún caso supondrá una competencia comercial para el albariño.

Para San Simón

La vendimia de tinto ya está terminando, de modo que ahora empieza el paciente trabajo de bodega. La tradición dice que el “viño novo” podrá degustarse dentro de un mes en San Simón, pequeña aldea de Baión (Vilanova) en la que se celebra la primera gran romería religiosa del otoño arousano. Allí, pulpo “á feira” y tinto de Barrantes volverán a ser una pareja inseparable.

El kilo de uva se ha pagado a una media de 75 céntimos

No todos los cosecheros de tinto recolectan la uva para hacer vino en sus bodegas. Algunos optan por venderla. Fuentes del sector señalan que este año la uva se comercializó en una horquilla comprendida entre los 60 y los 80 céntimos de euro el kilo, situándose el precio medio en 75 céntimos. La graduación alcohólica media ronda los 10 grados, ya que las condiciones meteorológicas de las últimas semanas han sido propicias para la maduración del fruto, gracias a los días secos y soleados. Ramón Pintos, que obtuvo premios por sus caldos tintos en dos ediciones de la fiesta de Barrantes, vaticina que la próxima añada será de buena calidad por el buen estado sanitario de la uva.

La abundancia de este año con respecto a la del pasado evitará que vuelva a producirse la carestía de tinto Barrantes que se ha dado este verano. Fueron muchos los hosteleros que se quedaron sin él, y tuvieron que llamar a más de una puerta para conseguirlo. Algunos agricultores optaron por vender un poco menos a cada cliente para que ninguno quedase sin existencias. Esto se debió a una conjunción de dos factores: por un lado, la cosecha de 2021 resultó muy escasa; y, por otro, fueron muchos los agricultores que cortaron sus cepas, ya sea por desánimo o para plantar en su lugar albariño. De hecho, en el concurso de la fiesta se presentaron la mitad de cosecheros que en ediciones anteriores.

Compartir el artículo

stats