Los problemas nunca vienen solos

Corren tiempos difíciles para las gentes del mar, y casi siempre por problemas que son comunes a todos, aunque generen enfrentamiento internos que no parecen conducir a ninguna parte.

Baste como ejemplo lo que sucede a cofradías y bateeiros, que siguen inmersos en la estéril “guerra de la mejilla” y ayer protagonizaron nuevos enfrentamientos en las rocas del litoral.

Percebeiros y mejilloneros se armaban, y no precisamente de paciencia, sino de piedras y diversos objetos con los que enfrentarse “cuerpo a cuerpo” en el litoral en caso de que los insultos y amenazas vayan a más.

Quizás sin tener presente que tienen otros problemas más amenazantes para su futuro, como puede ser la contaminación de las rías y ríos como el Ulla, donde los bivalvos han desaparecido de las zonas de libre marisqueo.

Contaminación, por cierto, que también les afecta a través del río Con, a causa de los vertidos provenientes del deficiente alcantarillado de Vilagarcía.

El "colesterol" del río Con

El mismo que, según el gobierno local, sufre lo equivalente al “colesterol” en las arterias de las personas, de ahí que se anunciara para el martes pasado una limpieza puntual que no parece haberse producido, al menos oficialmente.

A expensas de que se lleve a cabo y de ver si da resultado, la clave sigue estando en el proyecto de 10 millones de euros a ejecutar por la Xunta para renovar esas viejas tuberías, siendo ésta una de las soluciones definitivas que deben reconfortar al conjunto del sector del mar.

El río Con vuelve a amenazar a la ría con otro vertido en apenas 18 horas

El mismo que también está amenazado por los planes de Costas del Estado que, en teoría, pueden acabar con las depuradoras, cocederos y conserveras del litoral y puertos como Tragove.

Amenaza que pesa sobre todos, ya que si esas industrias desaparecen, con ellas desaparecerán las posibilidades de los productores, es decir, de bateeiros y cofradías.

Los mismos que también viven pendientes estos días de la evolución de las biotoxinas marinas llegadas a las rías con el afloramiento primaveral.

En definitiva, que si a esto se suman los depredadores, furtivismo, pesca ilegal, encarecimiento del combustible y algunos problemas más –pandemia al margen–, parece evidente que son muchos los frentes abiertos para el sector del mar.

Suscríbete para seguir leyendo