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Los delfines sufren acoso estival

La Cemma alerta de la presión que ejerce la flota sobre los mamíferos marinos. Cemma

 En verano aumenta considerablemente el número de embarcaciones que pueblan las rías gallegas, dada la incorporación de la flota de recreo. Esto coincide con un momento especialmente delicado para los mamíferos marinos y, particularmente, para los delfines, ya que se encuentran en plena época de cría y apareamiento.

De ahí que el riesgo de colisión aumente y que diferentes organismos e instituciones públicos y privados alerten del peligro y apelen a la responsabilidad de los navegantes.

Hace días era el Instituto para el Estudio de los Delfines Mulares (BDRI) el que, desde O Grove, explicaba que algunos barcos acechan a los cetáceos y ponen en riesgos sus vidas, sobre todo si se trata de crías. Ahora es la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos (Cemma), encargada de la Red de Varamientos de Galicia, la que hace saltar todas las alarmas.

Lo hace denunciando el peligroso “acoso estival” que sufren los animales, y más concretamente los delfines mulares o arroaces (Tursiops truncatus) de las Rías Baixas.

Perseguidos desde que sale el sol hasta que se pone

Sus manadas, tanto si están formadas por ejemplares residentes como por visitantes ocasionales, sufren ese “acoso estival” al que alude la Cemma “desde hace años”, siendo “perseguidas durante el verano desde que sale el sol hasta que se pone, sobre todo cuando frecuentan los principales puertos deportivos de Galicia, entre los que destacan los de Baiona, Combarro, Sanxenxo y Portonovo”.

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El estudio de los delfines se intensifica y genera refrescantes imágenes Manuel Méndez

Al hilo de esto, la entidad que dirige Alfredo Fernández, lamenta y denuncia que hay motos acuáticas y embarcaciones deportivas que ejercen ese acoso permanentemente, a lo que añade que algunos marineros profesionales arremeten contra los delfines por considerarlos “una plaga”.

Aunque en la organización saben que no todos actúan igual, sino que hay navegantes “que cuando detectan la presencia de cetáceos son respetuosos” con los animales y acatan la legislación vigente, llegando incluso a colaborar con la Cemma.

Un grupo de delfines cerca de un barco de pasaje. Cemma

El humillante caso de la ría Muros-Noia

Pero se dan casos tan “sangrantes” como los vividos en la ría de Muros-Noia con el arroaz llamado “Confi”, ya que “fue tratado de un modo humillante e indigno tanto por navegantes como por los bañistas, llevando a cabo actividades ilegales y punibles que incluso entrañaron un gran riesgo para su salud y su vida”. 

Y tanto esos ataques puntuales a los delfines como el acoso generalizado a los mismos resultan especialmente preocupantes, como se decía al principio, cuando se producen en época reproductora, es decir, en primavera y comienzos del verano.

“Todos los años son encontrados cachorros de arroaz muertos que no sobreviven a las primeras semanas, estimándose que un 20% de los ejemplares nacidos no sobreviven al primer año”, reflexionan en la Cemma.

A la mortalidad infantil hay que añadir que “los arroaces fueron tradicionalmente masacrados en toda la costa”, y que “anualmente mueren más de 70 en Galicia por causas relacionadas con la actividad pesquera”, aseguran en el colectivo naturalista.

Donde no olvidan que “los arroaces de nuestras costas son los más contaminados de toda Europa, lo cual afecta a su salud”.

Todo esto lleva a la entidad a recalcar que “los humanos no tenemos derecho alguno frente a estas especies protegidas, pero sí deberes; son los arroaces los que tienen derecho a vivir libre y tranquilamente en el que es su medio desde hace millones de años, y en el cual los humanos solo somos intrusos”.

Dicen esto antes de recordar que los arroaces están protegidos por ley y que esto implica, precisamente, la prohibición de nadar a su lado, acosarlos o molestarlos de cualquier modo.

Tales prácticas pueden ser objeto de sanciones económicas, de ahí que la Cemma apele a la reflexión y abogue por la divulgación y la educación ambiental para favorecer tanto el respeto a los animales como la protección del medio marino. En la citada entidad terminan animando a la sociedad a denunciar las conductas de acoso que se detecten en las rías.

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