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José Cacabelos: “O Grove es un pueblo social, económica y empresarialmente al límite”

José Antonio Cacabelos Rico, alcalde de O Grove. M. Méndez

O Grove sigue siendo uno de los municipios gallegos más castigados por la pandemia. Los 72 casos positivos que tenía ayer no solo explican que siga cerrado perimetralmente y con su hostelería clausurada, sino que hacen temer que este confinamiento pueda prolongarse algún tiempo más.

José Cacabelos, el alcalde, sabe del difícil momento que atraviesan sus vecinos y repasa la situación para FARO DE VIGO. Ayer ya se avanzaba en la edición digital del decano un vídeo resumen de la entrevista.

–¿Cuál es la situación actual y cómo viven los mecos tan difícil momento?

–Estamos en una situación límite y cansados de este estado de máximas restricciones. Diría que es una situación sanitaria realmente preocupante, dado que nos mantenemos por encima de los setenta casos y, por tanto, en los máximos niveles desde que se decretó la pandemia.

Entrevista al alcalde de O Grove: "Estamos al límite social y económicamente por las restricciones"

Entrevista al alcalde de O Grove: "Estamos al límite social y económicamente por las restricciones" Manuel Méndez

–Se nota cierta tristeza en las calles, y eso que en el momento de realizar esta entrevista son las doce del mediodía de un domingo casi estival. ¡O Grove tendría que estar a tope!

–Así es. Y es lógico, ya que estamos cansados anímicamente, por eso se ve mucha tristeza en el pueblo y todos deseamos recuperar la normalidad cuanto antes, para que podamos aprovechar el verano. No hay más que ver lo que sucede hoy (ayer para el lector).

Nuestro pueblo tendría que estar lleno de gente paseando por las calles y en sus plazas. Las terrazas de bares y restaurantes tendrían que estar a tope, con clientes disfrutando del momento, de los amigos y la familia. Pero nada de esto es posible. Por eso lo que vemos son locales cerrados y calles vacías. Esa es la imagen actual de O Grove; la de un pueblo al límite, tanto social como económica y empresarialmente.

Con el alcalde de O Grove en la panadería. M. Méndez

–Es una especie de bloqueo total del día a día de todo un pueblo. ¡También afectará a la administración!

–Cierto. Difícilmente podemos planificar proyectos y la Festa do Marisco está en el aire. Esto es solo un ejemplo que sirve, también, para mostrar lo mucho que están sufriendo los empresarios. No hay que olvidar que O Grove es un pueblo turístico y que la hostelería es una base económica fundamental para nosotros, de ahí que lamentemos que lo esté pasando tan mal y deseemos que pronto pueda superar todo esto.

El alcalde en una de las casi vacías calles de O Grove. M. Méndez

–Hablaba usted anteriormente de la necesidad de empezar a preparar el verano. ¿Aún cree que puede salvarse la temporada?

–Queremos ser optimistas, aunque no va a resultar sencillo y existen demasiadas dudas, lo cual genera aún más inquietud si cabe. En su momento desde el gobierno de O Grove ya apuntamos la necesidad de que se realizaran cierres más prolongados en el tiempo para que, una vez superados, fuera posible que la hostelería volviera a trabajar de forma continuada. Se optó por abrir, cerrar, confinar, reducir aforos, limitar horarios...

Y el resultado es estar siempre en una montaña rusa de medidas sanitarias, emocionales y económicas que no ayudan. Lo que se necesita es la continuidad a la que aludía antes. De lo contrario, pasa lo que pasó, como fue que se abrió en Semana Santa y se trabajó muy bien, cumpliendo todos los requisitos sanitarios.

Pero después los casos volvieron a subir y ahora estamos en 72, lo cual hará que se prolonguen las máximas restricciones, por lo menos, hasta mediados de mayo, es decir, a las puertas del verano. De ahí que muchos hosteleros me estén trasladando su preocupación ante lo que está por venir.

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O Grove: Primer día del nuevo confinamiento Manuel Méndez

–¿Qué les dice cuando le preguntan si van a poder trabajar en verano como lo hicieron en 2020?

–Poco puedo decirles, pero es una preocupación lógica y plenamente justificada, pues ahora estamos mucho peor que en abril del año pasado. Claro que todas nuestras ilusiones, esperanzas y objetivos económicos están puestos en el verano, pero para poder aprovecharlo necesitamos que la vacuna llegue a todos cuanto antes, dado que es la única forma posible de evitar nuevos pasos atrás.

Así amaneció hoy O Grove tras el cierre perimetral y de la hostelería

Así amaneció O Grove tras el cierre perimetral y de la hostelería Manuel Méndez

–¿Qué puede decir en un momento así a sus ciudadanos?

–Que respeten las normas preventivas y que nadie olvide que si no tenemos salud no tenemos amistades, no tenemos familia y, sobre todo, no tenemos economía. Ojalá podamos recuperar todo eso cuanto antes, pero ahora mismo la situación es muy compleja.

Vecinos y hosteleros abordan al regidor a diario, aunque sea domingo, tratando de encontrar respuestas o consuelo

FARO DE VIGO acompañó ayer al alcalde de O Grove, José Antonio Cacabelos Rico, para ver de cerca cómo es un domingo en la vida de un regidor. Pero no un domingo cualquiera, sino uno en plena pandemia, con su municipio cerrado perimetralmente.

Además de disfrutar de sus seres queridos, el primer edil salió a hacer ejercicio y, tras una ducha, dio un paseo por las calles mecas, antes de ir a comprar el pan y almorzar.

Tanto en ese momento como en casi todos a lo largo de la jornada, como siempre le sucede cuando está en la calle, fue abordado por diferentes vecinos que querían tratar con él todo tipo de cuestiones, sobre todo relacionadas con obras, asfaltados, planes de limpieza y similares.

Cacabelos en la Praza de Arriba, ayer. M. Méndez

Esto de tener que despachar a pie de calle no es nuevo, y suele suceder a casi todos los alcaldes, por mucho que los ciudadanos que los abordan empiecen diciendo aquello de “sé que no es un buen momento”.

En el caso de José Cacabelos, esas consultas vecinales en la calle se han multiplicado últimamente, debido a la creciente preocupación de sus ciudadanos por ese virus que no acaba de desaparecer y ayer mantenía en la localidad 72 casos activos.

Esto hace que también aumenten las llamadas telefónicas tratando de encontrar respuestas y/o consuelo.

Una vecina abordaba ayer al alcalde para hablar con él mientras esperaba en la cola de la panadería. M. Méndez

Hoteleros y restauradores

Lo mismo que buscan los hoteleros y restauradores, que son, junto a los armadores de los barcos de pasaje y demás negocios ligados al turismo, los que peor lo están pasando a causa del COVID-19, pues ya no saben qué hacer ni cómo organizarse para salir adelante.

Temen que el verano les dé la puntilla, y ese es el temor que exponen al alcalde los propietarios de bares, restaurantes y, sobre todo, los dueños de los locales de ocio nocturno.

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