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O Grove, una isla de decepción

Uno de los restaurantes grovenses cerrados. M. Méndez

La península de O Grove está ahora aislada para afrontar una situación excepcional a la que sus vecinos dicen asistir con enorme preocupación, desánimo, tristeza e incluso rabia y decepción.

Ayer eran ya 53 los positivos por COVID en la localidad, siete más que la jornada anterior, lo cual demuestra que la península meca padece su particular cuarta ola de contagios.

La incidencia acumulada sigue al alza y resulta “demasiado elevada, de ahí que se haya tomado la decisión de volver a cerrar perimetralmente nuestro pueblo y cerrar, también, la hostelería, además de reducirse aforos y recomendarse evitar o limitar las reuniones de no convivientes, que, en cualquier caso, deben hacerse en espacios abiertos”.

Quien así se pronuncia es el alcalde, José Cacabelos Rico, tan preocupado como sus vecinos, que ayer asistían al primer día de la nueva etapa de confinamiento con un claro sentimiento de pena y, ciertamente, desconcertados.

Así amaneció hoy O Grove tras el cierre perimetral y de la hostelería

Así amaneció hoy O Grove tras el cierre perimetral y de la hostelería Manuel Méndez

“Está claro que algo hicimos mal, porque pasamos de estar exentos de coronavirus a situarnos, junto al de A Pobra, como el municipio más afectado de Galicia”, indicaban, a media mañana, tanto el regidor como los propios vecinos.

Muchos de los cuales trataban de sobreponerse y seguir adelante acudiendo a la plaza de abastos y al supermercado, saliendo a pescar centollo, recogiendo almeja en la ensenada de Lordelo o descargando mejillón y navaja en Porto Meloxo.

“Está claro que algo hicimos mal, porque pasamos de estar exentos de coronavirus a situarnos, junto al de A Pobra, como el municipio más afectado de Galicia”

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Unos y otros coinciden en señalar que “la peor parte se la lleva, de nuevo, la hostelería; y eso que no tiene la culpa de nada, ya que es uno de los sectores que más precauciones adoptaron”.

“La gente se contagió en sus casas, con las fiestas del Día del Padre y las comilonas de Semana Santa”, reflexionaban a pie de puerto un par de marineros jubilados que miraban de lejos los catamaranes de recreo, ahora nuevamente amarrados.

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O Grove: Primer día del nuevo confinamiento Manuel Méndez

Una hipótesis que muchos más comparten y en la que incluso abunda el regidor, cuando dice que, según los datos recabados, “todo indica que la mayor parte de los contagios provienen de un ámbito familiar que poco o nada tiene que ver con la hostelería, de ahí que nuevamente deba apelar a la responsabilidad individual de nuestros vecinos”.

“La gente se contagió en sus casas, con las fiestas del Día del Padre y las comilonas de Semana Santa”

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Ciudadanos que, como él mismo apunta, “en 2020 supimos asumir que había una pandemia mundial y un contagio totalmente novedoso para este planeta frente al que supimos arrimar el hombro y adaptarnos, quedándonos en casa, aprendiendo a desinfectar las manos y poniendo mascarillas”.

Pero también unos vecinos que “habíamos puesto enormes esperanzas en 2021, pensando que iba a ser el año de la recuperación y de salir poco a poco de esta situación para volver a la normalidad que tanto añoramos”.

De ahí que el importante paso atrás dado por O Grove, al volver al confinamiento perimetral, haya caído como una losa en la localidad,.

“Habíamos puesto enormes esperanzas en 2021, pensando que iba a ser el año de la recuperación y de salir poco a poco de esta situación para volver a la normalidad que tanto añoramos”

José Cacabelos - Alcalde de O Grove

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Y es que no solo trunca la desescalada que los restaurantes, barcos de pasaje, hoteles y demás piezas del engranaje turístico habían iniciado, sino que también se carga de un plumazo las esperanzas que muchos habían depositado en el verano que está “a la vuelta de la esquina”

Máxime después de haber vivido “momentos para la esperanza y la ilusión” como los de enero, “cuando tras la situación crítica de noviembre y diciembre los datos empezaban a ser francamente positivos”, recuerda el alcalde.

Aquello “nos hizo ganar confianza poco a poco y llevó a la hostelería a empezar a prepararse para Semana Santa y el verano –remarca el primer edil–; aumentando las expectativas cuando en los primeros días de marzo todos podíamos presumir, como hicimos durante diez días, de ser un pueblo con cero contagios”.

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O Grove se convirtió en un refugio en plena pandemia Manuel Méndez

Pero de ser “un pueblo libre de COVID”, a mediados de marzo –“lo cual permitió reabrir la hostería y recuperar buena parte de nuestra actividad diaria”–, el municipio pasó a alcanzar la situación crítica actual, “quizás porque cada uno de nosotros nos confiamos en exceso y no supimos gestionar aquella situación, confirmando lo que advertía entonces el concejal y médico Javier Caneda, cuando hablaba del riesgo de las falsas esperanzas”.

De aquellos polvos vienen estos lodos, pues “en veinte días hemos pasado de una situación muy positiva a 53 casos, con una incidencia acumulada de más de 300 a catorce y siete días que, por si fuera poco, sigue incrementándose”, lamenta José Cacabelos.

“Un golpe anímico y económico brutal”

No duda en definir la situación como “un golpe anímico y económico brutal” para el pueblo meco, acordándose así, nuevamente, de la hostelería, ya que “es un sector que debemos defender a ultranza por el papel que ha desempeñado en las últimas semanas –insiste–, ya que ha cumplido estrictamente los protocolos COVID y ha colaborado con policía y Guardia Civil para que nada fallara en Semana Santa”.

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La Usecic de la Guardia Civil también vela por el cumplimiento de las normas COVID Manuel Méndez

Lo que sucede es que esa “responsabilidad” de la hostelería “no se ve para nada recompensada, de ahí esta sensación de tristeza, rabia contenida e incomprensión que tienen ese sector y tenemos todos”, asevera el máximo mandatario.

"Volver a empezar"

Sea como fuere, ahora solo cabe “volver a empezar” y “pedir de nuevo a los vecinos que vuelvan a actuar con responsabilidad porque, como queda claro, el COVID sigue ahí y se resiste a abandonarnos”.

Razón de más para dar importancia a los cribados, que volvieron a realizarse ayer entre niños y adultos, y a las vacunaciones, recibidas ya por no pocos vecinos mecos en la ciudad de Pontevedra.

Uno de los cribados realizados esta semana en O Grove. Noé Parga

En ello profundiza Cacabelos cuando señala que la única forma de “dar pasos definitivos hacia adelante y no volver atrás es con la vacuna, por eso en O Grove reclamamos que se vacune al conjunto de la población cuanto antes”.

Nuevos positivos

Lo dice al tiempo que pide que nadie rechace esta posibilidad de inmunización y resalta que, con los cribados realizados en los dos últimos días, “ya se han detectado nuevos positivos”.

Supone esto que el cierre perimetral de O Grove y las medidas restrictivas introducidas “pueden prolongarse al menos diez días”.

El cribado en el IES Monte da Vila. Noé Parga

Puede que “todo el mes de abril”, lo cual es tanto como decir que “el verano se nos viene encima sin que hayamos solucionado o atenuado este grave problema, con lo que esto supone de amenaza para la hostelería y el conjunto de la economía local”.

El temor es más que evidente “porque parece que esto no se acaba de normalizar y además genera pérdidas añadidas a muchos negocios, puesto que compraron materia prima y contrataron personal para trabajar en Semana Santa y enlazar ya con el verano, pero ahora resulta que tienen que cerrar todo de nuevo, cancelar reservas y enviar trabajadores a ERTE”.

"El verano se nos viene encima sin que hayamos solucionado o atenuado este grave problema, con lo que esto supone de amenaza para la hostelería y el conjunto de la economía local”

José Cacabelos - Alcalde de O Grove

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Frente a lo cual, esgrime el alcalde que “es preferible cerrar dos meses y abrir de forma definitiva, y con garantías de continuidad, en lugar de meternos en esta montaña rusa anímica, económica y social que nos hizo pasar de un momento de máxima confianza a un bajón absoluto, siendo con A Pobra, los dos únicos municipios gallegos en esta grave situación”.

José Cacabelos charla con la subdelegada del Gobierno. Noé Parga

Estas reflexiones le sirven para arropar a unos hosteleros locales que se quejan también porque en Sanxenxo y otros municipios en situación semejante a la que ahora atraviesa O Grove “les permitieron abrir las terrazas”.

No quiere polemizar

Pero Cacabelos, aún haciéndose eco de ese “enfado, rabia y decepción” de la hostelería local, no quiere entrar a valorarlo, “por lealtad y respeto a las autoridades sanitarias”, aduce.

Y también porque asume que “en O Grove tenemos demasiados positivos en muy poco tiempo; y aunque no llegamos al pico de 64 contagios que tuvimos en noviembre, vamos camino de ello”, sentencia.

El edil Juan Ramón Outeda supervisa la instalación de un banco, en O Corgo. M. Méndez

La actividad municipal continúa

Aunque la localidad esté sometida a restricciones extremas, la actividad municipal continúa.

Ayer, por ejemplo, el concejal Juan Ramón Outeda supervisó la instalación de nuevo mobiliario urbano en O Corgo, As Baladas y otros puntos del pueblo, según destaca el alcalde.

Ya no llegan clientes de otras localidades vecinas ni turistas

En los negocios ya se nota tanto el cierre de la hostelería como el perimetral, pues no reciben clientes de otras localidades.

Los responsables de la carnicería La Bellota. M. Méndez

Carlota Montenegro, de la carnicería La Bellota, explica que algunos acudieron el miércoles a por provisiones. “Este cierre perjudica a todo el pueblo”, sentencia.

Descargas de mejillón y navajas en Porto Meloxo, ayer. M. Méndez

Descargas de mejillón y navajas en Porto Meloxo

Los grovenses no pueden salir del pueblo, salvo por causas justificadas. Los que sí salen son los productos que descargan en sus puertos.

Por ejemplo, el mejillón de Amegrove destinado al mercado de fresco y las navajas recién extraídas en San Vicente. Todo ello llegó ayer a Porto Meloxo.

Chema Caamaño, Dolores Gondar, M.S.P., Carlota Montenegro, Ángel Sueiro y Blanca Cao. M. Méndez

Los grovenses muestran su preocupación y exculpan al sector hostelero

Estas son algunas de las reacciones que FARO DE VIGO pudo recoger ayer en O Grove:


Blanca Cao (Vendedora de la plaza de abastos): “Los contagios no fueron en la hostelería”

“Esto es una ruina para el pueblo y, sobre todo, para la hostelería. Es horrible y un golpe terrible para este sector, que no tiene culpa de lo que está pasando, ya que los contagios no se produjeron en los bares o restaurantes, donde desinfectan permanentemente, sino en domicilios particulares”.


M.S.P. (Ayudante de marinero): “Mucha fiesta y muchos botellones en A Toxa”

“Lo que está pasando en O Grove no es normal, y es evidente que perjudica a todo el pueblo, pero muy especialmente, a los hosteleros. Se debe a que mucha gente estuvo de fiesta, con niños, y todo, como si no pasara nada; y en A Toxa los chavales no dejaron de hacer botellones”.


Chema Caamaño (Gerente de Pescadería San Martiño): “El primer día ya se nota; está el pueblo desierto”

“Siempre hay gente haciendo cola para entrar y en el primer día del nuevo confinamiento ya se nota un bajón terrible, pues no pueden venir clientes de otros municipios ni pueden llegar turistas, por eso está el pueblo desierto. Es un paso atrás terrible del que no es culpable la hostelería”.


Ángel Sueiro (Marinero jubilado): “Volvemos a estar castigados”

“Este nuevo confinamiento es como se estuviéramos nuevamente castigados, y esto perjudica enormemente a todo el pueblo; muy especialmente a los hosteleros. Aunque la hostelería lleva la culpa y paga las consecuencias sin motivo, ya que los contagios que hay ahora fueron en domicilios”.


Dolores Gondar (Presidenta de la agrupación de marisqueo a pie): “Esto es hambre para el pueblo”

“En el marisqueo no tenemos problemas en cuanto a contagios porque usamos mascarillas y adoptamos medidas de seguridad; pero económicamente también nos resentimos, sobre todo por el cierre de la hostelería, que no tiene culpa de nada. Esto supone hambre para todo el pueblo”.

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