Cuidar el viñedo resultó bastante complicado, una apreciación en la que coinciden los viticultores que subrayan que fue necesario aplicar fitosanitarios a menudo para conseguir el actual buen estado de la uva. "En junio y julio el tiempo fue bastante frío por lo que la uva se retrasó, y tampoco fue bueno el norte del último mes", explica Benito Vázquez.
Respecto a los últimos días destaca que las temperaturas fueron demasiado estables por el día y la noche, de modo que ni siquiera "hubo ese orballo" que resulta a veces beneficioso para el desarrollo de los racimos.