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El visto bueno para la iglesia de San Martiño tardó menos de cuatro meses; el del templo de Sisán, más de tres años

A partir de ahora, los concellos podrán tramitar obras menores, ya que las mayores seguirán siendo responsabilidad exclusiva de la Xunta de Galicia. A este respecto, los plazos pueden variar mucho. Así, por ejemplo, Patrimonio tardó poco más de cuatro meses cuando se trató del arreglo de la iglesia de San Martiño de Meis, afectada por la caída de un rayo. En cambio, el cambio del campanario y el acondicionamiento de la fachada de la iglesia de Sisán, en Ribadumia, se demoró más de tres años.

En opinión del presidente de los arquitectos pontevedreses, Manuel Abelleira, en la medida en que se liberase de trabajo al personal de Patrimonio en Pontevedra las demoras serían menores. "Las listas de espera en Pontevedra son muy importantes. El problema de la comisión es que cualquier expediente, por pequeño que sea, va a ella". Por ello, ve con buenos ojos que los Ayuntamientos se hagan cargo de la tramitación de los trabajos más rutinarios. En este sentido, se estima que el 40 por ciento de las obras que van a Patrimonio son "menores".

Fuentes del sector apuntan que las demoras más importantes se producen en la provincia de Pontevedra, si bien hay que tener en cuenta que las tres funcionarias que se encargan de la misma asumen una carga de trabajo mayor que las de Ourense o Lugo.

FARO intentó ayer sin éxito conocer el punto de vista al respecto de la Consellería de Cultura.

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