Sus habitantes son personas en situación de exclusión social extrema que no tienen a dónde ir, que ya no les queda nada ni nadie. Ni vivienda ni entorno familiar. Actualmente en la Casa de San Cibrán que gestiona Cáritas Interparroquial de Arousa viven nueve personas, entre las que predominan las mujeres. Aunque la capacidad es de 14 plazas, no siempre pueden llegar a ocuparse todas por las dificultades de determinados usuarios para compartir habitación.

Al director de Cáritas, Francisco Fernández, "le tocó" -como él mismo dice- inaugurar esta casa de acogida para personas sin hogar. Echa la vista atrás y recuerda que en estos doce años han pasado por las instalaciones de Sobradelo más de 200 personas. No obstante, lamenta que "después algunos hayan fallecido", fundamentalmente por la destructiva adicción a las drogas.

Entre los usuarios hay diversas problemáticas. Además de drogodependientes, también hay alcohólicos y expresidiarios que salen de la cárcel sin un techo bajo el que cobijarse y totalmente desorientados.

Francisco Fernández lo tiene claro: "No vamos a dejar de atender a nadie. Todo el mundo merece una oportunidad".

Los residentes de la Casa de San Cibrán pueden vivir en ella un máximo de dos años. Varios días a la semana se encargan del Proyecto Siembra, que consiste en unos invernaderos en los que plantan, cuidan y recolectan productos hortícolas de calidad que después Cáritas vende a Horsal. Las hortalizas que por calibre u otra razón no acaban en la cooperativa se destinan a los comedores de la ONG religiosa, ya sea el "sobre ruedas", el de la propia Casa de San Cibrán o el de la Praza da Constitución, recientemente renovado con pavimento antideslizante y aseos nuevos.

Fernández admite que este último, el comedor social, es el recurso más conocido de Cáritas en Arousa. Para dar a conocer entre la población otros servicios, la entidad realizó hace un par de meses unas jornadas de puertas abiertas en la Casa de San Cibrán, con motivo del Día de las Personas Sin Hogar.

El director de la entidad considera que estas jornadas han sido fructíferas. De hecho cree que "el pequeño repunte" registrado recientemente en la ocupación de esta casa puede atribuirse a la mayor difusión de la misma mediante las citadas jornadas.

Otros servicios que ofrece Cáritas además del comedor social y la casa de acogida son el ropero, el servicio de peluquería, higiene y lavandería, el comedor sobre ruedas o el proyecto Arrumí para personas de etnia gitana. A ello hay que añadir las intervenciones de atención primaria, donde destacan la orientación y acogida (1.558 personas en 2016), la alimentación (616), la salud (959) y vivienda y organización del hogar (555).

La entidad comarcal tiene pendiente la elaboración de la memoria de 2017, en la que se concretará toda la actividad realizada a lo largo del año. A priori, Francisco Fernández no ha apreciado grandes cambios en relación a ejercicios anteriores, pues las peticiones de ayuda por parte de familias sin recursos no cesan.