El escrito que la cambadesa remitió a la jefa de estudios del instituto de Pontevedra plantea que "mi deseo, de corazón se lo digo, no es abandonar el curso, pues me ha costado mucho acceder a él y he puesto todo mi empeño diario en adquirir la formación necesaria para conseguir aprobarlo. Considero que a mi edad y estando desempleada me puede ayudar a reinsertarme en el mercado laboral". Por ello, le dice a la directiva que "le ruego de corazón que me ayude a encontrar una solución a esta situación insostenible".

Dos semanas más tarde, el 13 de febrero, una psicóloga de Cambados emitió un informe en el que apunta que la alumna presenta "sintomatología ansioso-depresiva". "En la exposición de los hechos relatados se observa un temor acusado y persistente ante la idea de reincorporarse al instituto, y reconoce que enfrentarse a la clase le provoca un intenso malestar que no está segura de poder afrontar". La sintomatología, añade, sería compatible con un diagnóstico de fobia escolar.

Las bases para la concesión de las becas de estudio apuntan que un informe médico puede bastar para justificar las faltas a clase -no asistir a un determinado porcentaje del horario lectivo puede ser razón de retirada de la beca-, pero en ese caso el conflicto parece originarse por el cambio de centro.