La Festa do Mexillón e o Berberecho es algo más que una degustación gastronómica. También son los conciertos (el Rockin´Vila contó con más de 3.000 espectadores, y también hubo mucha gente en el de Milladoiro); la celebración religiosa de la Virgen del Carmen con su procesión marítimo-terrestre y el homenaje a personas destacadas del mundo del mar; la feria de oportunidades y saldos de los comerciantes, que montaron sus casetas entre la casa consistorial y el Jardín Umbrío; y la siempre espectacular presencia de los vikingos. Una quincena de vikingos irrumpieron ayer de nuevo en la fiesta después del pregón y poco antes de empezar el grueso de la comida. Aunque en esta ocasión lo hicieron de una forma más "calmada", "porque otros años había niños que se asustaban", relata Miguéns. Entre ellos estaba el vilanovés Luis Iglesias.