Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Ramón Conde expone sus "Exorcismos recurrentes" en la sala Apo'strophe

" Una veintena de dibujos y tres esculturas conforman la muestra, que se exhibe hasta el próximo 28 de mayo

Ramón Conde, en la inauguración de la exposición. // Ricardo Grobas

Para Ramón Conde, el dibujo es la forma plástica más espontánea de expresar las emociones que se sienten en un determinado momento "por su simplicidad y porque permite un trabajo preciso y lo suficientemente rápido como para que no se te vaya la idea que tienes en la cabeza o para que surja de una manera más espontánea".

Es por ello que para las obras que conforman "Exorcismos recurrentes" haya elegido esta técnica sencilla, "voluntariamente primaria": el dibujo a grafito o a sanguina "y nada más".

La veintena de obras que se exponen hasta el próximo 28 de mayo en la sala Apo'strophe se podrían estructurar en tres partes: dos series que han de verse como historias narradas y otro conjunto de dibujos que, aunque remiten en estilo las unas a las otras, no tienen una continuidad. Así mismo, la muestra incluye tres esculturas.

Las dos series surgieron de sendas anécdotas: una pequeña discusión que presenció en una cola de autobús y un consulta médica que a Conde le dejó una gran impresión. "A los pocos días empecé a realizar dibujos un tanto claustrofóbicos, que con el paso de los días se convirtieron en una narración . Para mí, fue tan revelador de mis miedos como los sueños o las fantasías que nos hacemos para reconstruir nuestra autoestima después de hechos traumáticos", explicaba en la presentación de la exposición.

Los protagonistas de los dibujos de Conde son hombres con una anatomía muy determinada, figuras muy gruesas o muy hercúleas cuyo origen está en la visión que tenía de muy niño de su padre, "un individuo fuerte y grueso a la vez". Son anatomías que también tienen algo de geológico. "Viviendo en Galicia es fácil de comprender, porque aquí las montañas son muy redondeadas, desgastadas, y dan la impresión de ser algo entre poderoso y muy suave al mismo tiempo. Creo que esa es un poco la sensación que producen estas obras".

La muestra se completa con tres esculturas. Dos de ellas, reflejadas en espejos deformantes, las concibió el artista como un juego: "Quería convertir algo estático como es una escultura en algo totalmente cambiante, como es su reflejo en el espejo según se vaya moviendo el espectador. También trato de provocar cierta reflexión sobre la realidad y la percepción", afirma.

La tercera figura la realizó pensando en su padre y será el ejemplo para los niños que participen en un próximo taller, donde les encargará hacer un retrato de su progenitor, bien dibujado, bien modelado.

Compartir el artículo

stats