Hasta un 48% de los españoles encuestados por la Sociedad Española de Neurología (SEN) tienen algún trastorno relacionado con el sueño, casi la mitad de la población. El más común es el insomnio, para el que hay multitud de remedios que van desde los hábitos del día a la alimentación.

Pero un nuevo estudio de la Universidad de Baylor, en Estados Unidos, ha dado con una nueva fórmula: escribir un listado con las cosas que hay que hacer al día siguiente justo antes de acostarse. Los resultados de la aparecen publicados en el último número de la revista Journal of Experimental Social Psychology.

"Vivimos en una cultura en la que nuestras tareas pendientes parecen estar en constante crecimiento y nos lleva a preocuparnos antes de dormir por lo que hay que hacer al día siguiente", ha reconocido Michael Scullin, principal autor del estudio. Sin embargo, y dado que la mayoría simplemente las repasa en su cabeza, querían estudiar si el hecho de plasmarlas en un papel podía ayudar a conciliar el sueño. Sobre todo si se tiene en cuenta que hasta el 40% de la población adulta reconoce problemas para dormir varios días al mes.

En su trabajo contaron con la participación de 57 estudiantes universitarios que fueron divididos en dos grupos. A uno de ellos se le pidió que dedicaran 5 minutos antes de dormir a recapitular lo que había que hacer al día siguiente, mientras que los miembros del otro debían escribir un diario con todo lo que habían hecho a lo largo del día, lo que en principio no debería generar ningún problema para conciliar el sueño.

Sin embargo, la hipótesis, según Scullin, era que escribir una lista de cosas por hacer ayudaría a descargar esos pensamientos y minimizar preocupaciones". Los participantes se quedaron a dormir en el laboratorio una noche entre semana para que les monitorizaran la actividad eléctrica del cerebro, pensando en que así tendrían más tareas pendientes para el día siguiente. Los estudiantes podían acostarse a las 22.30 horas y estuvieron en todo momento "en un ambiente controlado", según Scullin, ya que se les restringió cualquier dispositivo electrónico.

Y aunque la muestra pequeña, vieron que quienes escribían sus tareas pendientes se dormían antes y mejor que quienes recopilaban lo mejor del día en su diario. "Las medidas de la personalidad, la ansiedad y la depresión podrían moderar los efectos de la escritura al quedarse dormido, y eso podría explorarse en una investigación con una muestra más grande", según este experto, que quiere investigar si esta práctica puede tener alguna utilidad en personas con verdaderos problemas de sueño, como quienes tienen insomnio.