"Milhomes" es de esos personajes que se quedan pegados a la piel y que permanecen cuando las luces del plató hace tiempo ya que se han apagado. Antonio Durán "Morris" asegura que le costaba desprenderse de él cuando acababa la jornada de rodaje. "Era difícil desconectar del personaje", reconoce el actor vigués, que tiene en este papel una de sus interpretaciones más sólidas.

-¿Qué ha sido lo más complicado de encarnar este personaje?

-Lo más difícil es no desprenderte del personaje, que es muy potente.Estar todo el tiempo en plano y a la vez ponernos a crear la atmósfera de la película cada día te exige estar metido en el personaje doce horas diarias y esto es un esfuerzo muy grande. Psicológicamente es un personaje que te arrastra.

-¿Cómo lo construyó?

-Yo siempre me empapo del texto, pero luego soy un actor de jugar. Llevo todas las herramientas preparadas, pero no voy con una idea preconcebida porque si no me vuelvo muy obsesivo. Creo que lo más bonito del cine es que te permite ver lo que no ves en el texto: el gesto, que es algo que tienes que ir creando a medida que te metes en el personaje y creo que esto lo hemos conseguido. Yo estoy muy satisfecho con la película, que creo que era una película necesaria en la historia del cine gallego, y tengo que reconocer que nunca me he sentido tan abducido por un director como por Ignacio (Vilar), que te deja participar en todo momento.

-"A esmorga" es una historia de personajes frustrados en la que tal vez su personaje, "Milhomes", es el caso más evidente.

-Es un personaje frustrado, sí, los tres lo son. "Milhomes" esconde los sentimientos, su homosexualidad, bajo el alcohol, que utiliza también para que la otra persona se deje tocar. Hay una conversación entre "Cibrán" y "Bocas" sobre su relación con "Milhomes" en la que este le dice: "Sin él no me divierto" y de esto se vale también mi personaje para estar con él. Lo cierto es que es muy difícil encontrar la dignidad en un personaje como "Milhomes", que se deja pegar. Pero también es como pidió Blanco Amor que fuese, sin amanerar. Es algo que dejó escrito y que he respetado desde el principio.

-Luego está "Cibrán", que se debate entre regresar a casa o seguir "a esmorga".

-Sí, pero nadie le pone una pistola en la cabeza. Tiene remordimientos, él habla de pensamientos, porque se ha comprometido con su pareja (Raxada) que será él quien lleve la comida a casa, pero si la cámara la siguiese se la vería a ella y a su hijo esperando con el plato vacío.