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Personal de la Audiencia sufre temperaturas de más de 35 grados en sus oficinas cada día

El Juzgado de lo Mercantil 2, en la última planta del edificio, soporta la incidencia directa del sol durante toda la mañana -Los trabajadores denuncian una situación "insufrible"

Los ventiladores presiden las mesas del juzgado de lo Mercantil, donde un termómetro marcaba ayer 36 grados. // G. S.

Los trabajadores del Juzgado de lo Mercantil número 2 califican de "insufrible" su día a día en la oficina en la que desarrollan su trabajo en la última planta del edificio de la Audiencia Provincial, donde la ola de calor hace que se alcancen, declaran, temperaturas superiores a los 40 grados. Aseguran haberse dirigido a la Xunta de Galicia en múltiples ocasiones para solicitar una solución, pero la instalación de dos pequeños aparatos portátiles de aire acondicionado ha sido la única respuesta, que se ha revelado del todo insuficiente. Es un problema que arrastran desde hace años pero la ola de calor de este mes lo ha agravado, como ocurre también en el Hospital Provincial o el Ambulatorio Virxe Peregrina.

El efecto de los dos aparatos portátiles, afirman, es prácticamente nulo en una sala de tales dimensiones y prefieren tenerlos apagados porque "hacen muchísimo ruido", pero además no funcionan correctamente. Estas máquinas operan ingresando en el interior de la sala aire del exterior que absorben a través de un tubo y enfrían después. Sin embargo, los tubos de los aparatos del Juzgado de lo Mercantil número 2 están completamente rotos. "Hemos avisado a la Xunta de cómo están y lo que han hecho es esta chapuza", apunta uno de los trabajadores señalando la cinta aislante con la que un operario envolvió los tubos para tratar de alargar su vida útil. "Ayer, a las 14.30, aquí había una temperatura de 35 grados", explica Enrique Araújo del Sindicato de Trabajadores de Administración de Justicia (STAJ).

El problema comenzó en 2006, cuando tras la reforma de la Audiencia la última planta dejó de ser vivienda del fiscal Jefe y del presidente para pasar a albergar oficinas. La zona en la que se encuentran las de este Juzgado era antes una terraza y para su aislamiento se decidió emplear chapas de metal que acumulan el calor del sol y alcanzan altas temperaturas. "Si tocas los paneles de la fachada te quemas la mano y eso mete más calor dentro", se quejan los trabajadores.

El Real Decreto 486/1997 que regula las condiciones de seguridad y salud en el trabajo fija una temperatura máxima de 27 grados. Por encima de ella se considera una situación de estrés térmico, entendida por los especialistas como el malestar generado por el excesivo esfuerzo que deben hacer los mecanismos internos para mantener una temperatura adecuada. Enrique Araújo del STAJ asegura que solicitarán que Inspección de Traballo acuda a medir la temperatura, pero este trámite no puede iniciarse hasta "aportar pruebas", es decir, ya entrado el verano. Para cuando Traballo acude a medir las temperaturas ya es demasiado tarde, "como el año pasado", señala Enrique Araújo

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