Manuel Carballo presenta 'Chica de Otoño' para FARO // VÍDEO: J. Fraiz

Los primeros vinilos del Manuel Carballo (Ourense, 1967) adolescente acabaron triturados por el tocadiscos. Era un recopilatorio de canciones de country y rock, la predilección que ha marcado su ruta, tras descubrir la guitarra, con 8 años, en un grupo que amenizaba las misas. Después de más de 30 años de carrera, compaginando los conciertos con otras facetas, en la clase media de la música -la real-, el ourensano ha recurrido a métodos actuales para publicar su próximo disco. Mañana finaliza un proyecto de crowdfunding crowdfunding que recaudará 1.500 euros para aliviar los gastos de su último trabajo, fruto de la autoedición y hecho con mimo: Canciones desde el viejo café relata una etapa importante, pero enterrada. La de cuando experimentó qué es la música desde el otro lado de la barra; durante el periodo de "1 año 2 meses y 15 días" al frente del antiguo Jam Session.

Siete canciones, "siete historias que mezclan la melancolía y la fuerza de la ilusión", componen su cuarto álbum como líder. Ourense lo descubrirá en un marco grande. La banda de Manuel Carballo, "100% ourensana", estrenará los nuevos temas en las fiestas grandes de la ciudad. La fecha es el miércoles 29 de junio, teloneando en las Fiestas de Ourense a Ariel Rot (Plaza Mayor, 22,30 horas, entrada gratuita).

La formación está compuesta por David Outumuro a la batería -junto a Carballo desde el primer disco, el percusionista colabora en diversos proyectos y ha tocado la fama con Eladio y los Seres Queridos-; Efrén Nóvoa al bajo, Alfonso Aydillo a la guitarra y Cecilia Martínez, que toca el piano y pone su voz, a los coros.

Ourense, cuna de músicos

La producción fue obra de Marcos M. Vázquez, que además contribuyó con percusiones y sintetizadores. Otros artistas de la escena local colaboran en varios de los temas. "Ourense tuvo y tiene músicos de calidad, siempre ha sido un hervidero musical. Quizá, a lo largo de los últimos años se haya ido perdiendo unión. Hace un tiempo los músicos nos mezclábamos en proyectos cruzados. También es verdad que las circunstancias no han ayudado: es difícil conseguir locales de ensayo, hay muchas trabas económicas y dificultades para salir a tocar".

Frente a los obstáculos, nuevas ideas. Los 1.500 euros del crowdfunding recompensan a los pequeños mecenas -36, a fecha de ayer- con música y algo más. Según la cantidad, desde camisetas promocionales a "tu canción favorita del disco, manuscrita de mi puño y letra"; "una caña con una tapa de jamón (o especialidad local) en alguna de las ciudades donde haya concierto"; o, para los más espléndidos, "5 horas de master class de guitarra para aprender a tocar las canciones del CD".

Porque más allá del alter ego artístico que es M-Carballo, el ourensano es un profesor de diario en su academia de las Galerías Xesta. Todavía en la época del café, tenía unos pocos aprendices de guitarra. Hoy lleva a 24 alumnos, de 6 a 49 años; algunos pequeños talentos cuyas facultades lo sorprenden.

El antiguo Jam Session nutrió su último disco y ha sido un punto de inflexión en su vida. Organizaba conciertos cada semana, por lo que fue testigo del microcosmos de la música desde la óptica del programador. "El disco tiene la intención de aparcar esa etapa, encerrándola en un álbum. Me quedaba hasta altas horas componiendo y probando canciones. Sí que aporta estar detrás de una barra. Vives muchas experiencias, pasan los músicos y compruebas cómo se comportan antes, durante y después de tocar, ves cómo vuelcan su personalidad en el escenario". También vio los contras. "En Ourense hay público, pero faltan locales y educación musical, tanto por parte de los músicos como de los ciudadanos. No se invierte ni desde los organismos públicos ni desde la propia sociedad en cultura. Eso hace que las programaciones no atraigan la suficiente masa crítica para seguir adelante".

Canciones desde el viejo café, una miscelánea de ritmos country, rock y pop, llevará a Carballo de presentación por varias ciudades de Galicia. Sin intenciones presuntuosas, con honestidad y ese talante bonachón que destila. "Dar el salto cuesta sobre todo dinero, desgraciadamente. Al final, disfrutas la música haciendo tus propias canciones, tocando lo que llevas dentro", añade quien, a los 18, ya había formado su primer grupo, La Banda del Cruel. y probó el éxito con el siguiente, Sector Límite. "Ganamos un concurso a nivel nacional y grabamos una maqueta. Tras un parón por el nacimiento de mis hijos, me planteé irme a Madrid, pero por circunstancias de la vida al final me quedé. Aquí toqué con unos y otros, como Magín Blanco y Cristina Pato, hasta que Fasero [actual director de la SGAE en la zona noroeste] apostó por mi primer disco en Zouma", el sello que lanzó a la gaiteira y a grupos folk como Mutenrohi.

Su firma en bandas sonoras

Carballo, volcado en su academia, no ha aparcado el diseño web que ejerce desde hace años. Además ha recuperado su vieja afición al dibujo, con pulso certero. Durante la preparación del cuarto álbum, encontró tiempo para componer bandas sonoras. Suya es la música de Meu avó tiña unha igual, un documental sobre la Vespa. En Peregrinaxes, un film del cineasta Simone Saibene, Carballo elabora las melodías e incluso se atreve con un cameo como actor. Muy en su línea, interpreta a un peregrino americano que toca el banjo.

"Desde que era pequeño me tiró la música americana. En los años 70 llegaba mucha de fuera, los Allman Brothers, los Doors, Lynyrd Skynyrd..., y también me llamaban la atención las músicas de Ennio Morricone en las películas del oeste. Aunque me gustan el pop español y británico, en el fondo me quedo con esas melodías americanas más de blues, más lloronas; tal vez la explicación sea que tengo un carácter más así". Y ríe.