Una fuerte discusión entre un matrimonio de ancianos residentes en el País Vasco que también tienen vivienda en la localidad ourensana de Allariz derivó en una pelea posterior que ha desencadenado la detención del esposo, Manuel A.P., de 80 años de edad, quien se enfrentará a un proceso penal por un presunto delito de violencia machista. El marido fue arrestado el jueves y ayer pasó a disposición de la justicia. El magistrado de instrucción en turno de guardia le ha impuesto una medida cautelar de alejamiento y tampoco podrá mantener comunicación de ninguna clase con su mujer de edad avanzada, a la que presuntamente agredió e intentó asfixiar apretándole el cuello.

La señora, que asegura haber sufrido otros episodios de malos tratos en los largos años de matrimonio, tenía lesiones en el cuello. Según explicaron fuentes judiciales, la víctima pudo reaccionar y tuvo que propinar un empujón a su marido para poder desembarazarse de él. Tal y como puso de manifiesto la víctima en el juzgado, llegó a temer por su integridad. Sin embargo, según los registros policiales, al octogenario no le constaban antecedentes por este tipo de conductas contra su mujer.

La mujer dio la llamada de aviso a la Guardia Civil. Agentes del instituto armado practicaron la detención. Según la apreciación de la situación, la presunta agresión entrañaba un riesgo medio para la víctima, dentro de la escala particular de valoración -con tres niveles de riesgo de menor a mayor preocupación- con la que se califican las agresiones machistas.

El octogenario arrestado, de origen ourensano, fue puesto a disposición de la justicia en el Pazo de Xustiza de la capital ayer por la mañana. Después de pasar por calabozos y prestar declaración ante el magistrado de guardia, quedó en libertad aunque imputado con cargos y sometido a la medida cautelar que deberá respetar para no incurrir en un delito a mayores de quebrantamiento, que incluso podría acarrear ingreso inmediato en prisión.

Según indicaron las fuentes oficiales, el parte médico confirma que la mujer presentaba hematomas leves en el cuello que serían compatibles con un intento de estrangulamiento con las manos. El matrimonio intercala estancias en su residencia del País Vascos en la localidad de Éibar, en la provincia de Guipúzcoa, con visitas frecuentes a la localidad alaricana.

Amenazas por mensaje

No fue el único caso de violencia de género que ayer atendió la justicia. Un joven de nacionalidad rumana de 25 años pasó ayer la noche en prisión preventiva por orden del juez de guardia. Se le imputa un presunto delito de amenazas así como el quebrantamiento de una prohibición de acercamiento a menos de 500 metros que quedó establecida en una sentencia previa, también por amenazas. Supuestamente, el hombre se presentó en el portal de su expareja, también de nacionalidad rumana, y le envió mensajes por la aplicación "whatsapp" presuntamente intimidatorios.

El arrestado trató por todos los medios de evitar ir a prisión y su abogado ya ha anunciado que recurrirá el auto de ingreso. El rumano manifestó al magistrado su disposición a abandonar la ciudad para evitar la cárcel. En junio tiene comprometido un puesto de trabajo en el sector de la hostelería en la costa pontevedresa. Su letrado se basa en la ausencia de peligro para la víctima, porque nunca ha habido parte de lesiones. Según sus argumentos, el detenido se limitó a coincidir con su expareja ya que había acudido en compañía de un amigo a las fiestas del barrio de O Couto.